El representante diplomático de España en Caracas, Jesús Silva, considera que las medidas coercitivas unilaterales implementadas ilegalmente por Estados Unidos y otros países, «no son deseables ni son nada buenas, pero a veces son inevitables» .
 
En una entrevista con el periodista Vladimir Villegas, añadió que los países de la Unión Europea no han «impuesto sanciones a la economía venezolana», sino que «únicamente» han «adoptado medidas restrictivas a personas del gobierno».
 
En otro punto de la conversación, el diplomático justificó el apoyo mayoritario, «casi unánime», que le ofreciera Europa a Juan Guaidó, aduciendo que la decisión «se adoptó en el marco de un proceso, de un contexto donde se consideró que había habido un proceso electoral que no había reunido unas condiciones mínimas para ser reconocido como tal» y que el reconocimiento a Guaidó representaba «una alternativa», para la solución de los problemas de Venezuela «por una vía democrática, electoral, acordada y pacífica».
 
En su criterio, no media contradicción entre el reconocimiento del parlamentario como «presidente interino», a contrapelo de lo que establece la Constitución venezolana y la comunicación con el Gobierno Bolivariano a través de su sede diplomática en Caracas. 
 
«Hay, digamos, un principio de pragmatismo: España no puede dejar de estar en Venezuela, no puede dejar de tener una Embajada, no puede dejar de estar representada, porque son muchos los intereses en juego, y son muchas las interacciones que existen entre España y Venezuela», explicó. 
 
«Estamos estudiando y analizando la Ley Antibloqueo»
 
Silva precisó que las autoridades venezolanas les habían «invitado a conocer» y les habían ofrecido «explicaciones» acerca del alcance y propósitos de la Ley Antibloqueo, con la que el Ejecutivo pretende sortear las medidas coercitivas y promover la inversión extranjera, con el propósito de reanimar la golpeada economía criolla, pues esta «tiene un componente muy importante de diplomacia económica y de intentar atraer inversiones extranjeras». 
 
Señaló, asimismo, que «a España y a las empresas españolas les gusta Venezuela, les gusta América Latina» y subrayó que las compañías con capital español han «asumido una actitud de vanguardia» en lo que se refiere a «invertir y crear riqueza», puesto que en su mayoría, «no son especuladores». 
 
Empero, advirtió que esta apuesta venezolana entraña que el país se inscriba y compita dentro de la lógica del sistema-mundo, en la que las inversiones se rigen por el costo de oportunidades, pues «las empresas tienen unos medios limitados a la hora de invertir y tienen que elegir aquellos destinos donde haya un buen coste de oportunidad, donde la inversión sea fácil y la posibilidad de tener un retorno también exista».
 
«Esas son las reglas y cualquier intento de desvirtuarlas, conduce al fracaso», concluyó.  
 
(LaIguana.TV)