Inna Afinogenova, una de las voluntarias que participa en la tercera fase de pruebas de la vacuna rusa contra la COVID-19, Sputnik-V, compartió en sus redes sociales detalles asociados al funcionamiento del fármaco, la administración de las dosis, los efectos secundarios que sufrió y el tiempo tras el cual se alcanzaría la inmunidad.

Afinogenova, quien es periodista, explicó que la Spuntik-V es una vacuna de «doble vector» –es decir, el segundo potencia la acción del primero– administrados en dos dosis, con 21 días de distancia entre una y otra.

El primero está basado «en un adenovirus humano tipo 26» y tiene como función iniciar la generación de anticuerpos, mientras que el segundo es «un adenovirus tipo 5» ha de cumplir el propósito de potenciar la respuesta inmune.

Empero, la comunicadora advirtió que «los anticuerpos no se generan el día de la primera inyección. Ni a la semana de la primera inyección», pues, de acuerdo con los desarrolladores del Centro Gamaleya, empiezan a generarse, en promedio, después de dos semanas de haber recibido la primera dosis «y llegan a unos niveles suficientes para proteger unas tres-cuatro semanas después de la segunda».

Esto quiere decir que aún habiendo recibido la vacuna, las personas deben guardar las medidas biosanitarias recomendadas por las autoridades, pues antes de que la Sputnik-V sea capaz de proteger de la infección causada por el Sars-CoV-2, debe transcurrir al menos «un mes y medio», en tanto, durante el lapso comprendido entre las dosis –e inclusive, acota, «unos días después de la segunda»–, todavía existe riesgo de contraer la COVID-19, si bien en este caso, los expertos prevén que «la enfermedad transcurra de forma más leve».

En el marco de la fase III, que contempla la realización de ensayos clínicos a gran escala y dadas las condiciones precisas en las que se garantiza la inmunidad, la periodista rusa alertó que «es probable que en algún momento se reporten contagios entre los pacientes que han recibido la primera dosis», pero que ello no es razón para desmoralizarse ni para dudar de su eficacia.

Afinogenova comunicó que hoy había recibido la segunda dosis de la Sputnik-V y «de momento», se siente bien, aunque el brazo le duele un poco más que cuando recibió la primera inyección, tres semanas atrás.

El equipo médico le explicó que «la reacción al segundo vector, muy posiblemente sea similar a la del primero» –fiebre ligera, de 38 grados y cansancio– y que lo más probable es que los síntomas aparecieran hacia el final del día.

El siguiente paso será realizarse un test de anticuerpos en un par de semanas. «En un par de semanas me haré un test de anticuerpos y a ver qué tal. Si todo va bien, los desarrolladores calculan que la inmunidad va a durar hasta dos años. De momento todo son suposiciones, y lo que hay que chequear en el transcurso de la investigación es precisamente si la vacuna es eficaz y, en caso de serlo, cuánto dura la inmunidad que genera», detalló.

Señaló, asimismo, que su decisión de participar como voluntaria en las pruebas de la primera vacuna rusa contra el coronavirus, no estaba relacionada con su trabajo sino que se trataba de «una decisión personal muy meditada».

«En la situación en la que estamos, habría participado en los ensayos de cualquier vacuna, sea la rusa, la china, la cubana o la de cualquier gran farmacéutica. Tuve acceso a esta y me inscribí», subrayó.

La comunicadora, que labora en la agencia de noticias RT, es muy popular en las redes sociales en los países hispanohablantes, gracias a un programa de análisis informativo en el que se dedica a desmontar las matrices impuestas por los grandes medios y agencias, aunque su interés en comunicar su experiencia como voluntaria en las pruebas de la Sputnik-V, tampoco, aseguró, está relacionada con esto, sino con la audiencia que la respalda.

«La decisión de compartirles información sobre cómo me va tampoco tiene que ver con mi trabajo. Creo que es de interés general y sería estúpido no informar de esta experiencia contando con la audiencia con la que cuento. Si por el camino vamos despejando las mentiras que se han generado en torno a esta vacuna en particular, no es cosa mía, sino de ciertos medios y de ciertos periodistas ‘científicos’ que se apresuraron a echarla por tierra antes de interesarse siquiera por informarse de ella en profundidad. Ni que decir tiene que mucho menos esperaron a que concluyesen las pruebas de la tercera fase con ella. Según se ve, les bastó con ver el nombre y la procedencia para saber todo lo que había que saber para hablar de ella», finalizó.

(LaIguana.TV)