El papel que podría corresponder ahora al expresidente Evo Morales es el de gran líder de la integración de la Patria Grande, ese rol que una vez desempeñó el comandante Hugo Chávez, a juicio del doctor en Antropología y profesor universitario boliviano Álvaro Zárate.

El académico (conocido también como Willka, por ser descendiente de Pablo Zárate Wilka, llamado “el Temible Willka”, un coronel que se alzó contra el gobierno a finales del siglo XIX) compartió con LaIguana.TV su análisis de la jornada electoral del domingo pasado, en la que el Movimiento Al Socialismo retomó el poder que le había sido arrebatado en 2019.

“Volvimos en millones. Haber vivido casi un año de una dictadura racista, reforzó la organización de un pueblo que había tenido una de los mejores índices de desarrollo, en un país puntal de la economía y que ahora tiene el PIB en menos 11%, un total desastre. También fue una respuesta, con el voto, a las masacres y al robo de la ayuda internacional para combatir la pandemia. Dada la cantidad de población, Bolivia es uno de los países con mayor mortalidad por Covid-19”.

Zárate explicó por qué el pueblo boliviano reaccionó de manera tan formidable luego de once meses, y no hubo una reacción similar al momento del derrocamiento de Morales. “El gobierno del compañero Evo venía ya muy cercado y, seamos, sinceros, sufrían un desgaste por los 14 años de gestión, especialmente en las ciudades. La derecha quería pelear, desarrolló un ataque muy sistemático a la figura del compañero Evo. Además, los once meses de la dictadura fueron un desastre. Mucha gente que había emergido de la pobreza y ya era de clase media, volvió a ser pobre en ese breve lapso. Acá la derecha decía que votaran por ellos para que Bolivia no se convirtiera en Bolizuela, pero fueron ellos los que llevaron a Bolivia a una situación tan difícil como la que vive Venezuela. Volvimos a vivir la pesadilla neoliberal. Estaban vendiendo nuestra Pacha y ahora nos toca recuperarla”.

A su juicio, en la avalancha electoral influyó el prestigio de Luis Arce, quien es reconocido como el autor de la política económica exitosa de los gobiernos de Morales, basada en los principios comunitarios y en las ideas de Álvaro García Linera del socialismo comunitario, la tesis de nacionalizar recursos naturales para tener un mayor excedente y desarrollar políticas sociales eficientes.

Respecto a los motivos principales que tuvieron los pueblos indígenas para reaccionar, señaló en primer lugar el peso que tuvo la quema de la Wiphala, un símbolo de la unidad de las comunidades originarias, convertido ya en emblema de la resistencia de todos los pueblos indígenas del mundo. “Quizá algunos sectores que no habían estado muy contentos en los últimos tiempos del gobierno del presidente Morales, retomó fuerzas al ver sus símbolos quemados, pisoteados, vilipendiados. También vieron el irrespeto y las humillaciones a nuestras mujeres, a las cholitas. Hay que tener en cuenta que Bolivia no tuvo tanta migración europea como otros países, de manera que 80% de nuestra clase media es también indígena o tiene rasgos”.

Señaló que quienes gobernaron Bolivia durante once meses son parte de una élite, principalmente croata, que se considera dueña del país.

Sobre la importancia para los pueblos indígenas de David Choquehuanca como parte de la llave de la presidencia, Zárate señaló que viene de los movimientos indígenas y fue uno de los constructores del gobierno de Morales. “Entró con una carga espiritual, de filósofo, y construyó una narrativa muy importante. Evo llegó a ser la figura más importante para los aymara, después de Katari y de Pablo Zárate Willka, que es mi abuelo. Es el primer indígena en ser presidente de un país indígena. Tuvo que enfrentarse a las descalificaciones racistas. Decían que los indios éramos ignorantes, nos animalizaban, nos comparaban con las llamas. Y él logró reconstruir el país y llevarlo a una de sus mejores etapas. David ayudó en esa tarea y ahora tiene el desafío de sustituir al compañero García Linera, quien establece su ligazón con el movimiento indígena a través de la lucha guerrillera y es uno de los pensadores más versados, después de (José Carlos) Mariátegui, sobre la realidad indígena”.

Choquehuanca, según el entrevistado, tendrá ahora la oportunidad de profundizar en la diplomacia de los pueblos, que fue su eje como canciller. Se trata de cambiar la lógica colonial que prevalece en la diplomacia convencional y empezar a hablar de pueblo a pueblo.

Para Zárate, profesor de varias instituciones fuera de Bolivia, entre ellos la Universidad Católica de Chile y la Universidad de Estocolmo, en los próximos tiempos podrían producirse nuevos avances en la integración nuestroamericana. “El compañero García Linera siempre ha advertido que hay flujos y reflujos, como olas. Durante un tiempo veníamos en caída, pero se anticipaba un retorno. México ya había sido un gran logro, luego vino Argentina y ahora Bolivia. El presidente electo ha dicho que vamos a retomar las relaciones con Venezuela, Cuba e Irán, vamos a reconstruir el ALBA y la Unasur, que son el sueño de la Patria Grande. Ese fue el sueño que nos dejó Chávez y que ahora creo que le corresponde a Evo ser su símbolo, puede ser la figura fundamental, como en su momento fue el comandante Chávez o Néstor Kirchner”.

El golpe nos pegó muy duro, nos devolvió a un lugar de conciencia, nos obligó a volver a ser. Tuvimos que revisar lo que hicimos mal. Yo soy muy crítico y digo que nos habíamos blanquizado. Optamos por incorporar gente que no tenía la conciencia y cuando se produjo el golpe fueron los primeros en delatar, en pisotear la Wiphala. Eso pasó con funcionarios civiles y también con la policía y los militares. A la primera oportunidad que tuvieron, mataron al pueblo con los equipos que les había comprado el gobierno del compañero Evo. Eso hay que cambiarlo porque la realidad es que nunca fueron amigos por mucho que gritaran ‘patria o muerte’. Quedó demostrado que, por más que somos un país indígena, subyace un odio visceral a lo indígena”

Consideró positivo el anuncio de Arce quien dijo que estará en el poder por un solo período y luego dará paso a otro dirigente más joven, entre quienes se menciona a Andrónico Rodríguez y Adriana Salvatierra. “Ya no habrá un liderazgo absoluto, que fue lo que criticó la derecha, que nos estábamos convirtiendo en un partido hegemónico. En estos años que vienen otro de los ejes importantes será la formación de nuevos cuadros”, expresó.

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)