Las protestas populares que se iniciaron en octubre de 2019 con el protagonismo de los estudiantes, y que han sido salvajemente reprimidas por el gobierno de Sebastián Piñera, son la clave para lograr el plebiscito constitucional en Chile. «Sin la movilización no hubiese sido posible la consulta», aseguró el periodista Nicolás Romero, de la revista De Frente.

Romero concedió una entrevista al programa Cara a cara, de LaIguana.TV, en la que analizó la exitosa jornada electoral del 25 de octubre, en la que los chilenos y las chilenas resolvieron iniciar desde cero la creación de una nueva Carta Magna, para sustituir a la que está vigente, legado de la criminal dictadura de Augusto Pinochet.

Carácter histórico

Romero destacó los rasgos históricos de lo ocurrido. Por primera vez el pueblo chileno opina sobre la vigencia de su Constitución, y 80% se pronunció a favor del cambio. Votó la mitad del padrón: 7,5 millones de votantes. La derecha bajó su votación y la participación aumentó en Santiago y en el norte, en las llamadas zonas de sacrificio, donde más daño al ambiente y a las masas de trabajadores ha hecho el neoliberalismo que reina en Chile desde hace más de 30 años.

“Si hablamos de las causas del plebiscito, la movilización es todo. No hubiese habido plebiscito sin protestas. Lo que se llamó el Estallido chileno fue una rebelión popular ante el acumulado de malestares que el pueblo chileno y el pueblo mapuche tenían contra el neoliberalismo», expresó.

Aseguró el comunicador alternativo que Chile no ha parado en las movilizaciones, a pesar de la pandemia y cada día es más notorio el desconocimiento a la legitimidad de Carabineros, a la policía y a la política represiva del gobierno de Piñera.

“Al igual que en Venezuela y los demás países nuestroamericanos, no se debe perder de vista que Estados Unidos es el factor de influencia fundamental. Impulsó el golpe contra Allende y luego maniobró para mantener el modelo privatizador neoliberal pero con gobiernos democráticos de derecha o de las llamadas izquierdas renovadas. Ahora el modelo neoliberal chileno está en una crisis muy profunda y por eso las clases dominantes, asesoradas por las derechas del resto de continente, accedieron a abrir una puerta, pero con trampas para impedir que se realicen verdaderos cambios”, advirtió Romero. 

Explicó que la victoria en proporción de 80-20 fue posible porque una parte de la derecha votó por el “Apruebo”,  fruto de una diferencia táctica en el seno de las fuerzas conservadoras. “Lo que se empezarán a ver ahora son los contornos de la alianza y cuál es su verdadera capacidad de ruptura con el orden existente”, pronosticó.

Aspectos centrales

Consultado sobre los puntos fundamentales que debería contener la nueva Constitución para que sea un cambio real y no solo algo cosmético, señaló que lo primero es dotar a la discusión de un nivel estratégico, pues se trata de desmontar el neoliberalismo implantado en Chile mediante una sangrienta dictadura.

Otro aspecto medular a revisar es la relación de la sociedad con las Fuerzas Armadas, distorsionado no solo por los años de dictadura, sino desde antes, por el enfoque militarista que ha existido en Chile desde el siglo XIX.

“También hay un desafío geopolítico. Chile debe buscar alianzas de integración regional, crear una OPEP para el cobre, el litio y el  gas natural (materias primas cuyas mayores reservas están entre Perú, Bolivia y Chile), y generar alianzas con China y otros actores del escenario internacional”, dijo.

Por supuesto que también será crucial crear y ampliar la normativa constitucional sobre derechos sociales, sistema previsional, sanidad y educación, como parte de la visión estratégica frente al neoliberalismo.

Venezuela, tema sensible

Romero opinó sobre la permanente presencia que tiene el tema de Venezuela en el debate político chileno. “Se fomentó migración un fuerte, sobre todo inicialmente de clases medias altas pero se ha ido ampliando a otros sectores, casi todos con discurso antichavista y anti-Maduro. Por eso escribí un artículo en el que hablaba de Chilezuela. Las derechas latinoamericanas buscan separar entre buenos y malos: los buenos son ellos y los malos son los comunistas, los chavistas. Venezuela sirve para esa división. Acá se violan los derechos humanos, hay asesinatos y mutilaciones, pero la preocupación en el debate es  lo que sucede en Venezuela”.

Como un simple ejemplo, señaló que Piñera se basó en un informe de Inteligencia del Ejército que hablaba de 60O ciberguerrilleros venezolanos instigando las protestas, incluyendo al comunicador Pedro Carvajalino. “Lo bueno es que muy poca gente cree que Maduro, aunque lo considere un dictador, esté organizando una guerrilla. La gente se ríe de eso. Uno de los roles de la prensa alternativa ha sido desarticular los montajes que hacen. Así pasó con el caso del carabinero que lanzó a un muchacho de un puente. Pretendieron negarlo, pero había hasta cuatro videos que lo comprobaron”, aseveró.

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)