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En el sentido más materialista posible, nuestros impulsos y reacciones corporales son procesadas por el cerebro: esta mano que sentimos tocando superficies ásperas o suaves es, en realidad, la reacción del cerebro traduciendo las sensaciones que la mano le indica. En el sexo ocurre más o menos lo mismo, y el misterio de qué ocurre en el cerebro de una mujer excitada (ese “continente oscuro” que dejó pasmado a Freud) parece haber sido al menos vislumbrado.

 

Un estudio de la Universidad Rutgers en Nueva Jersey utilizó máquinas de resonancia magnética para observar el cerebro de varias mujeres durante el orgasmo. Los científicos identificaron 30 zonas del cerebro que se activan, incluyendo los centros responsables de las emociones, el tacto, la alegría, la satisfacción y la memoria. El truco está en que no siempre se activan en el mismo orden para cada mujer.

 

El doctor Barry Komisaruk, líder del estudio, afirmó que “conocer la secuencia de eventos desde la estimulación al orgasmo, nos permite ver qué partes del cerebro se activan en qué orden. Si podemos comparar esto con la actividad cerebral de mujeres anorgásmicas, podremos ver en qué punto sus orgasmos se bloquean y trabajar en posibles soluciones a esos bloqueos”.

 

Secuencia mágica

 

2 minutos antes del orgasmo las zonas del cerebro asociadas a la recompensa se activan, y la última zona en despertar es el hipotálamo, el área “primitiva” que regula la temperatura, el hambre, la sed y el cansancio. Un descubrimiento fascinante de la investigación fue que el sistema nervioso de la mujer bloquea la sensación de dolor durante la secuencia del orgasmo, dejando solamente las sensaciones placenteras.

 

En el instante del orgasmo, la zona que recibe las sensaciones táctiles se activa en todo el cuerpo, por lo que podemos deducir varias cosas: los orgasmos se provocan por estimulación genital, pero se procesan en el cerebro y la sensación se distribuye en todo el cuerpo. Dicho de otra manera, la sexualidad (femenina y masculina, es decir, humana) no puede reducirse al ámbito genital sino que debe tomar en cuenta al cuerpo y la mente de cada individuo como una totalidad, al igual que el aspecto relacional: los individuos concretos en su relación consigo mismos, sus deseos y los deseos de los otros.

 

Futuros estudios buscarán mapear estas secuencias en el cerebro de los hombres, para contrastarlas con estudios previos que afirman que las mujeres producen mayores niveles de oxitocina (hormona que provoca la sensación de “unión” emocional con la pareja, sin importar si se trata de un encuentro casual o una relación estable), mientras que los hombres producen mayor dopamina, la hormona del placer que puede generar adicción.

 

(Agencia)