María Palacios, trabajadora de la Gerencia de Administración y Finanzas de PDVSA-Bolivia, fue encarcelada por el gobierno de facto de Jeanine Áñez durante 10 meses bajo cargos falsos que implican duras sanciones penales.

En conversación exclusiva con la periodista Madelein García, corresponsal de la cadena multiestatal teleSUR, Palacios detalló los horrores a los que fue sometida por el régimen de Áñez, que intentó en vano arrancarle una confesión imposible, porque se trataba de algo que nunca sucedió: precisar cuánto dinero recibía el gobierno de Evo Morales de la Embajada venezolana en La Paz y de PDVSA-Bolivia.

La trabajadora, sobre la que todavía pesa una detención domiciliaria, en su calidad de imputada, fue autorizada para acudir a la retoma de las instalaciones de PDVSA-Bolivia y allí compartió su historia.

En su afán de construir un expediente falso contra Morales, los funcionarios de Áñez le abrieron causa a Palacios por sedición, terrorismo y financiamiento al terrorismo, así como por legitimación de recursos del Estado, sin tener prueba alguna en su contra.

«Se ha demostrado que los recursos que yo llevaba a la Argentina son de PDVSA, se ha demostrado que los recursos retirados del Banco Prodem se ha hecho el cambio en el Banco Unión, todo con la documentación legal, correcta», explicó la afectada, quien aseguró que en el momento de su detención, contaba con los documentos que respaldaban el destino de los 100.000 dólares que intentaba trasladar a Argentina: se usarían para cancelar salarios, honorarios y viáticos de trabajadores de PDVSA.

Pese a ello, la dictadura de Áñez la detuvo en el aeropuerto y allí empezó su calvario: la trasladaron primero a su oficina y luego, hacia su casa, escoltada por policías encapuchados y armados con ametralladoras en seis camionetas con vidrios ahumados, como si se tratara de una peligrosa delincuente.

Ya en su casa, no tuvieron reparos en registrarlo todo de la peor manera. No los detuvo que su mamá es una anciana de más de 80 años y no se cansaron de amenazarla, pensando que con ello se quebraría y les diría lo que que querían escuchar.

No podía decirles aquello que no conocía y no quiso mentir para salvar su pellejo, pero pronto habría de descubrir que el gobierno de facto no hablaba en el aire cuando la presionó con dañar a sus hijos e incluso, cuando las amenazas los alcanzaron a ellos directamente: detuvieron a su hijo mayor bajo un falso cargo. Todavía está encarcelado.

«Ellos, al ver que yo no daba información solamente a pedido, buscaron a la expareja de mi hijo. Le dieron dinero a ella, compraron su conciencia para que ella lo denunciara por intento de violación a una niña, que es hija de ella. Se hicieron todas las pruebas y se detectó que no existe tal daño, que no existe esa acusación por la que mi hijo está detenido en este momento», detalló María atravesada por el llanto.

Considera que ella y su familia han sido víctimas de una gran injusticia. «no es justo que ellos pidan información a costa de mi hijo, a costa de mi seguridad y sufrimiento», añadió.

A la dura situación, vino a sumarse la pandemia. En su casa quedaron su hijo mayor –que sufre de diabetes– y su anciana madre. Tuvo que pedir ayuda para que ellos recibieran víveres y pudieran alimentarse. No podía ayudarlos, porque estuvo encarcelada hasta el pasado 28 de octubre, cuando ya Luis Arce había sido declarado oficialmente ganador de los comicios presidenciales.

De momento, aspira recibir permiso para trabajar la semana próxima y continuar luchando por liberar a su hijo.

Antes de su entrevista con Madeleine García, María Palacios y su madre conversaron con el canciller venezolano, Jorge Arreaza y este se comprometió a no dejar el caso a su suerte e interceder por ellos ante las autoridades bolivianas.

«Cuando nos reunamos con el vicepresidente David, con el presidente Luis, en los próximos días, vamos a manifestarle nuestra preocupación, para que se pueda incluso compensar, de alguna manera, el sufrimiento que ustedes han vivido y que su hijo pueda salir en libertad», aseguró el diplomático.

(LaIguana.TV)