Este miércoles 11 de noviembre, el filósofo, comunicador y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela explicó en Desde Donde Sea las verdaderas razones por las cuales el actual presidente estadounidense, Donald Trump, se niega a abandonar el cargo, tras su aparente derrota en los comicios del pasado 03 de noviembre. 
 
Trump, el mal perdedor que se niega a abandonar la Casa Blanca
 
El experto mencionó que los acontecimientos ocurridos en las últimas 24 horas, no habían hecho más que complicar todavía más el escenario político y social en ese país, comenzando por las afirmaciones del mandatario en Twitter, con las que, lejos de retroceder en su posición, reiteró que ganará. 
 
En la misma línea se pronunció el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien ante la pregunta de un periodista acerca de si la administración Trump aceptará la transición, respondió que sí habría una transición que Biden debía respetar, porque sería la que conduciría a Trump a la reelección. 
 
Pérez Pirela refirió también que, paralelamente, la institucionalidad parece estar dándole la espalda al actual presidente, pues en las inmediaciones del Capitolio ya se está construyendo el escenario para la toma de posesión de Biden, aunque para ello faltan algunas semanas.  
 
El candidato demócrata y aparente vencedor de las elecciones del 03 de noviembre, Joseph «Joe» Biden, de su lado, manifestó que quiere reunirse con Trump lo antes posible, con el propósito de discutir los términos del relevo presidencial, aunque hasta ahora no hay ningún indicio que apunte hacia un cambio de postura del mandatario y su llamado luce, antes que voluntad sincera, como abierta provocación. 
 
El analista venezolano considera que Donald Trump –que ha reconocido no ser un buen perdedor–, no renunciará fácilmente a su posición no solo por razones políticas, sino también por sus orígenes y hábitos, puesto que al provenir de una familia de multimillonarios, está acostumbrado a obtener lo que desea. 
 
A su parecer, no debe perderse de vista que eventos que a ojos corrientes lucen extravagantes, exagerados e inimaginables –como viajar en aviones privados, adquirir vehículos de lujo o comprar una isla–, para él son cosa de todos los días, pues Trump creció en un entorno altamente privilegiado y está acostumbrado a que su dinero y sus influencias sean suficientes para alcanzar lo que fuere. 
 
En contraste, el candidato demócrata, Joe Biden, sabe lo que es la derrota pues ya antes lo han vencido en elecciones y además cuenta de una dilatada carrera dentro de la política estadounidense, que se aproxima a los 50 años. Por ello, destacó, tiene la suficiente experiencia en esas arenas como para saber que la victoria no es lo único que caracteriza a la política y que saberla administrar es tan importante como saber perder. 
 
Del otro lado, Trump considera que sus intereses y necesidades están por encima del resto, que debe tolerar sus desmanes, solamente porque se trata de él, aunque ello implique burlar la ley, como ocurrió con sus declaraciones de impuesto, en las que, valiéndose de artilugios legales, consiguió eludir tributos o cancelar montos irrisorios, comparables a los que pagan trabajadores ordinarios como maestros y enfermeros. 
 
De cómo la insistencia de Trump en el fraude electoral ha dejado al descubierto una crisis sin precedentes en los EEUU
 
Miguel Ángel Pérez Pirela considera que no es prudente menospreciar ni relativizar lo que sucede en los Estados Unidos. No se trata solamente, insistió, de una malacrianza de un mandatario herido en su orgullo, sino que ello es muestra de unas fracturas de amplio calado dentro de la sociedad estadounidense, cuyos efectos serán duraderos. 
 
«Cuando hablamos de los Estados Unidos, debemos hablar de los Estados «Desunidos» de América, pues al pasearse por el mapa político, social y cultural, es posible apreciar que el país está dividido en dos bandos» cada vez más enfrentados, incluso en ámbitos privados, como la familia y los amigos, comentó. 
 
De ahí que, en su criterio, no resulte impertinente preguntarse por qué el presidente Donald Trump insiste en señalar que hubo fraude en los pasados comicios y asegura: «nosotros ganaremos». 
 
Antes dijo, como indicio del resquebrajamiento institucional que atraviesa el país: «la gente no aceptará esta elección amañada» y advirtió que está dispuesto a llevar la causa a la máxima instancia judicial, que ya dijo que investigaría las denuncias formuladas por Trump y formalizadas por su equipo legal.
 
Insiste en mostrarse seguro de su victoria, al punto que ayer escribió en Twitter: «Estamos haciendo un gran progreso. Los resultados empezarán a llegar la semana que viene. Hagamos grande a América otra vez».
 
En todo caso, más allá de si Trump tiene razón o no al denunciar que el proceso electoral fue fraudulento –algo que deberán determinar las autoridades–, el también director de LaIguana.TV opina que si la justicia estadounidenses admite sus solicitudes de reconteo, estas deben proceder, pero lo que no es admisible desde ningún punto de vista es que los medios de comunicación llenen el vacío del inexistente Poder Electoral Judicial y se arroguen el derecho de anunciar el ganador, sin que estén disponibles los resultados oficiales.  
 
A Donald Trump lo respalda el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien al ser consultado por la prensa sobre si la actual administración admitiría una transición, hábilmente se apropió del término –que está siendo usado para aludir al cambio de testigo entre Trump y Biden e indicó que «habrá una transición fluida a un segundo período de Trump». «Se contarán todos los votos. El mundo está mirando lo que sucede», agregó. 
 
Sin ánimos de defender a Trump y a Pompeo, que han atacado, bloqueado y sancionado inmisericordemente a Venezuela para derrocar a Nicolás Maduro y sentar en Miraflores a un gobernante que pueda ser manejado desde Washington, el experto considera que el exigir el conteo de todos los votos antes de anunciar a un ganador antes de que culmine el escrutinio, como hiciera Fox News, es lo adecuado. 
 
Desde su punto de vista, «pareciera que están apurados en declarar a Biden presidente», mas recordó que la autoridad para eso no la tienen ni la tendrán los medios de comunicación y aunque pueda criticarse la lentitud en el conteo de los votos, impropia de la condición de gran potencia bélica que posee Estados Unidos y mucho más congruente con lo que ellos denominan «repúblicas bananeras», no es en modo alguno una excusa de la que puedan valerse los medios para adelantar el anuncio del ganador.
 
Por otro lado, destacó que cuando Pompeo dice que «el mundo está mirando lo que sucede», se refiere a China y a Rusia, que se han negado a reconocer la victoria de Biden, justamente por la ausencia de resultados oficiales. 
 
Paradójicamente, añadió, estas naciones, que han sido atacadas por Trump sin contemplaciones han mostrado mucho más respeto hacia él, hacia su gobierno y hacia las propias instituciones estadounidenses, que quienes parecían sus incondicionales en la región, como Juan Guaidó e Iván Duque, que fueron de los primeros en reconocer el triunfo del demócrata. 
 
Guaidó recibió de la administración Trump, según denuncias del presidente Nicolás Maduro, 800 millones de dólares para «gastos de bolsillo» y con la colaboración de las instituciones y funcionarios estadounidenses, se apropió irregularmente de miles de millones de dólares del Estado venezolano, mientras que Duque apoyó abiertamente la reelección de Trump entre los latinos residentes en Florida. 
 
Trump, el primer candidato en no reconocer su derrota
 
De acuerdo con las pesquisas realizadas por Pérez Pirela para esta edición de Desde Donde Sea, Donald Trump sería el primer candidato en la historia de los Estados Unidos en no reconocer su derrota y también el primero que no lo hace, siendo presidente. 
 
En 1992 cuando George Bush, padre, trató de reelegirse y perdió contra Bill Clinton, en su primer discurso tras haber perdido la elección, citó al político británico Winston Churchill, con una frase que aludía a la «patada» que recibió del pueblo estadounidense para que abandonara el cargo y confesó que reconocía su revés por «el profundo respeto» que sentía por las instituciones democráticas estadounidenses. 
 
En los comicios de 2000, donde finalmente se impuso George W. Bush, hijo del anterior, el candidato demócrata, Al Gore, reconoció la derrota, pero luego se echó atrás, aduciendo que tenía dudas sobre el proceso. Finalmente, la Corte Suprema dictaminó que Bush hijo era el ganador y Gore acató la decisión, en respeto por la institucionalidad.  
 
De otro lado, el comunicador informó que republicanos prominentes han instado a Trump a reconocer la derrota, puesto que el mandatario es una tendencia dentro del partido y no su único líder, razón por la cual, quienes le adversan dentro del partido del elefante, no parecen estar dispuestos a pagar el precio de la confrontación de Trump con el «establishment» y en su lugar, estarían apostando a la recomposición de sus fuerzas, de cara a los venideros comicios, a partir de la mayoría que, según proyecciones, conservaron en el Senado.  
 
Las renuncias de fraude de Trump, por otra parte, no parece que llegarán a buen puerto, pues aún prosperando en las instancias judiciales, tendría que demostrar que cientos de miles de ciudadanos estadounidenses quebrantaron la ley electoral –arriesgándose a la cárcel– para impedir él ganara.
 
Para más, The Washington Post informó que Richard Hopkins (32), el empleado postal de Pensilvania que acusó a su supervisor de ordenarles a los trabajadores fechar los votos que llegaron después del 03 noviembre como que si hubieran llegado antes, al ser sometido a interrogatorios policiales, admitió que había inventado la historia, con el propósito de ayudar a Trump.   
 
Miguel Ángel Pérez Pirela recordó que, con base en esta denuncia, el senador de Carolina del Sur Lindsey Graham, exigió al Departamento de Justicia que se abriera una investigación. 
 
Empero, insistió en que si bien a Donald Trump le será muy cuesta arriba comprobar sus acusaciones, sí es verdad que los medios le dieron un golpe de Estado.
 
La ola de renuncias masivas en el Pentágono
 
El analista señaló que aunque apenas ha sido mencionado en la gran prensa dentro y fuera de los Estados Unidos, las instituciones están empezando a distanciarse del mandatario. Así, la cúpula civil del Pentágono dimitió ayer después de que Trump destituyera al Secretario de Defensa, Mark Esper, porque este se negó a enviar tropas para sofocar los disturbios antirracistas en agosto. 
 
«Hoy, el subsecretario interino de Defensa para Políticas, Dr. James Anderson, el subsecretario de Defensa para Inteligencia y Seguridad, el Sr. Joseph Kernan, y el jefe de gabinete del secretario de Defensa, el Sr. Jen Stewart, presentaron sus cartas de renuncia», reza un comunicado divulgado por el Pentágono. 
 
En el documento también se indica que serán reemplazados por Anthony Tata, Ezra Cohen-Watnick y Kash Patel, personas conocidas por ser cercanas al mandatario. 
 
Además, según explicó Pérez Pirela, se trata de los cargos más altos que pueden ocupar civiles dentro del departamento de Defensa estadounidense, una instancia estratégica dentro del gobierno, que ahora estará en manos de supremacistas, el grupo que a la postre ha sido su principal base de apoyo. 
 
The Wall Street Journal asegura que Patel es un ferviente defensor de Trump y de acuerdo con el diario, ello indica que la Casa Blanca «tiene un pie en el Departamento de Defensa».
 
Sin embargo, el analista explicó que la crisis dentro del Pentágono no es nueva, puesto que antes de las elecciones, se filtraron declaraciones en las que funcionarios del Pentágono aseguraban que no aguantarían cuatro años más con Trump al frente de los Estados Unidos. 
 
En resumen, la situación en los Estados Unidos no puede ser más complicada: el presidente se niega a salir de la Casa Blanca, un candidato se declara presidente con el apoyo de los medios, Trump despide a su secretario de Defensa, la cúpula civil del Pentágono renuncia y en el Capitolio se monta una tarima para juramentar a Biden, pese a que no ha sido declarado ganador oficialmente.
 
¿Serán las múltiples demandas que acechan a Trump, la razón real por la que se niega a reconocer su derrota?
 
Otro de los aspectos que habría que considerar cuando se analiza la negativa de Trump a reconocer su derrota en las elecciones presidenciales, es que al salir de la Casa Blanca, al mandatario le espera un aluvión de demandas judiciales –incluyendo algunas familiares–, de las que no le resultará fácil librarse, una vez deje de gozar de la protección que le otorga el cargo. 
 
Inclusive, Pérez Pirela especula que puede ser que la explicación real tras sus acciones actuales, con las que trata de llevar al límite la institucionalidad de su país, sería negociar que se desestimen algunos procesos judiciales en su contra, a cambio de admitir que fue vencido por Biden. 
 
Para ilustrar, presentó una compilación de algunas de las demandas que acechan a Trump y que podrían costarle incluso más que el cargo de presidente: 
 
-Tras investigar el funcionamiento de la Organización Trump, la oficina del Fiscal del Distrito de Manhattan en la ciudad de Nueva York, le investiga por presuntamente haber ordenado el pago de sumas de dinero a mujeres que alegaban haber tenido relaciones sexuales extramaritales, a cambio de que permanecieran en silencio.
 
Las transacciones habrían estado a cargo del abogado de Trump, quien declaró bajo juramento que no dudaba que el mandatario estaba al tanto de los pagos.
 
Otra de las aristas del funcionamiento de la Organización Trump que se encuentra bajo la lupa de los fiscales de Manhattan, es el inflado sistemático de activos familiares para aparecer dentro del listado de Forbes de las personas más ricas del mundo, para luego desinflarlos con el propósito de evadir impuestos. 
 
Más allá de si las tretas –que son delitos– son ciertas o no, algunos –incluyendo a Pérez Pirela– consideran que Donald Trump está quebrado.  
 
-Su sobrina Mary Trump, autora del betseller «Too Much and Never Enough: How My Family Created the World’s Most Dangerous Man», lo demandó porque el mandatario, en contubernio con otros familiares, le impidió acceder a la parte de la herencia de su abuelo que le correspondía. El cargo que se le imputaría en este caso, sería fraude. 
 
-En 2017, los Fiscales Generales de Maryland y Washington lo demandaron por incumplir con la cláusula de  emolumentos, al alojar a mandatarios extranjeros en sus hoteles y cobrarle la factura al Estado. 
 
-Jane Carrol, un mujer a quien presuntamente Trump violó durante la década de 1990, lo demandó por esa causa y justo antes de las elecciones de 2020, un juez rechazó la petición de Trump –que incluso estaba representado por abogados del Departamento de Justicia–, de desestimar la acusaciones Carrol.
 
A modo de defensa, Trump dijo que la agraviada «no era su tipo», una declaración que, lejos de ayudarle, lo hundió más, puesto que admitió indirectamente que, de «ser su tipo», sí la habría violado. 
 
-Una exconcursante de El Aprendiz, el show de telerrealidad que tenía en actual presidente, lo demandó en 2017, asegurando que cuando él negó las acusaciones por violación que la corte formuló en su contra a partir de la denuncia que ella hiciera, la sometió al escarnio público y la difamó. El caso fue archivado y solo podrá retomarse cuando abandone el cargo. 
 
-Finalmente, la empresa china Tik Tok presentó una demanda de última hora para detener los decretos de Trump con los que se pretende prohibir la aplicación a partir del 12 de noviembre, aduciendo razones de seguridad nacional. 
 
Lo más grave es que Estados Unidos está acéfalo y registra récord de infectados y fallecidos a diario por causa de la COVID-19. Sigue siendo el país más afectado, con más de 10 millones de casos positivos y computa 60.000 hospitalizados y casi 240.000 muertos, reflexionó el analista. 
 
No en balde, muchos analistas afirman que la crisis sanitaria fue la causa de la derrota de Trump y no la fortaleza de Biden, quien frecuentemente denunció el deficiente manejo de la pandemia por parte del presidente y ya anunció la conformación de un grupo de expertos para atender la crisis sanitaria. 
 
Mientras esto sucede, el pueblo estadounidense padece la ausencia de un acceso universal a la salud, amén de estar surcado por protestas antirracistas, pero la mediática internacional escamotea esta situación, que, a todas luces, es explosiva, finalizó Pérez Pirela. 
 
Libro del día
 
La expansión territorial de los Estados Unidos, escrito por Ramiro Guerra Sánchez y publicado por Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, como parte de la colección Una mirada a los Estados Unidos.

 

(LaIguana.TV)