La noche del pasado 13 de febrero de 2019, en la parroquia Rafael Urdaneta de Valencia, estado Carabobo, será recordada siempre por Miguel Ángel Herrera, su expareja, sus hijos y vecinos.

Aquel día, cuando toda la familia estaba dentro de la vivienda, Herrera y quien era entonces su pareja iniciaron una discusión que terminó en una escena atroz cargada de violencia, gritos y sangre.

En medio de la discusión Herrera entró en una ira incontrolable, su odio lo encegueció y lo hizo tomar un cuchillo y atacar sin piedad a la mujer que en algún momento amó, la madre de sus hijos.

Miguel Ángel Herrera arremetió por la espalda contra su expareja, le propinó una primera puñalada y luego otras varias más en el abdomen. El ataque era continuado en medio de gritos de terror de su víctima y de odio que él lanzaba. Sus hijos también gritaban y solicitaban auxilio. Los vecinos al sentir el escándalo no dudaron en prestar ayuda, algo clave en el hecho.

Mientras los hijos gritaban por ayuda, su madre se logró refugiar por unos instantes en uno de los dormitorios de la casa. Pero el ataque de su pareja no había terminado, estaba decidido a acabar con su vida. Miguel Herrera entró hasta la habitación donde estaba la mujer llena de terror, a él nada lo inmutó para continuar la agresión, ni siquiera sintió lástima de aquella escena.

Así, el victimario continuó propinando puñaladas a mansalva contra la madre de sus hijos mientras ella trataba de escudarse con brazos y piernas, sitios donde le propinó el resto de las heridas punzopenetrantes.

Los vecinos llegaron al lugar y buscaron detener al hombre pero Miguel no paraba. Sin embargo, uno de los vecinos logró paralizarlo y enseguida avisaron a una comisión de efectivos policiales que casualmente pasaba por la zona.

Cuando Herrera reaccionó, se escondió en otra habitación mientras los vecinos sacaron a su víctima del dormitorio y la llevaron inmediatamente al ambulatorio de La Isabelica, y luego al Hospital Central, donde finalmente recibió atención médica que le permitió salvarle la vida.

A Miguel Ángel Herrera lo lograron detener en la misma vivienda donde fue la escena del crimen. Al sitio llegó una comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), que hizo el levantamiento respectivo de las pruebas, para luego privar de libertad al agresor y ponerlo a la orden del Ministerio Público, según reseña el diario Panorama.

Durante la audiencia preliminar, las fiscalías 30ª de Carabobo y 47ª Nacional ratificaron la acusación contra el hombre por la comisión de feminicidio agravado en grado de frustración en detrimento de su expareja.

Tras escuchar la admisión de los hechos por parte de Herrera, el Tribunal 1º de Control de Carabobo le dictó una condena de 13 años y un mes de prisión y ordenó su reclusión en el Internado Judicial de Tocuyito.

(LaIguana.TV)