Tras diez meses de lucha contra la COVID-19, Miguel Ángel Pérez Pirela presentó a la audiencia de Desde Donde Sea el panorama de la pandemia, analizando los efectos de las decisiones que han tomado algunos gobiernos en el marco del rebrote que se vive en los países de Europa Occidental y los Estados Unidos, causado principalmente por la flexibilizaciones irresponsables que hicieran los gobiernos durante los meses del verano boreal, motivadas por el interés económico, inconsciencia de las personas y agotamiento emocional, tras largos meses de confinamiento. 
 
Presentó, asimismo, la posición, recomendaciones y advertencias más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), derivadas de la evidencia científica disponible hasta el momento y datos precisos relacionados con las vacunas que se encuentran en la fase de ensayos clínicos generalizados o que han reportado resultados relativos a su eficacia, tranversalizados por el hecho que, de acuerdo con las autoridades sanitarias, para que se alcance la inmunidad global –única manera de poner fin a la pandemia–, se requiere que entre el 60% y el 80% de los habitantes sea vacunado, lo que significa la producción, distribución y administración de entre cinco y ocho billones de dosis. 
 
El coronavirus, ese gran desconocido
 
Pérez Pirela comenzó su disertación, destacando que, aunque es innegable que durante los últimos meses la ciencia ha encontrado hallazgos relevantes que han permitido afinar la lucha contra el coronavirus, este agente patógeno sigue siendo un gran desconocido y los únicos mecanismos que permiten relentizar e incluso, frenar, la tasa de contagios en el mundo, son el uso de mascarillas, el lavado frecuente y prolijo de manos, la distancia física y el confinamiento. 
 
Refirió que en el primer trimestre del año, cuando se conocía todavía menos acerca del virus, gobernantes como el presidente de Francia, Emmanuel Macron, sostuvieron públicamente que la COVID-19 solamente afectaba a personas de la tercera edad; otros, como Donald Trump o Jair Bolsonaro, minimizaron el riesgo asociado a la pandemia y se negaron a usar tapabocas en público, lo que trajo consecuencias que aún se padecen en sus países.  
 
De acuerdo con las cifras oficiales compiladas por la OMS, es cierto que la letalidad de la infección causada por el nuevo coronavirus es, en promedio, muy baja en menores de 50 años, ello no significa que las personas jóvenes no puedan padecerla, contagiar a otros o fallecer. 
 
Por otro lado, la evidencia estadística apunta hacia que después de los 50 años, la probabilidad de muerte asociada a la COVID-19 se aproxima al 0,5% (1 de cada 200 casos) y si la persona que enferma tiene más de 70 años, la tasa de mortalidad aumenta hasta el 5%. 
 
En virtud de lo anterior, a su parecer declaraciones irresponsables como las de Macron o las de Trump hayan traído no solamente un incremento en la tasa de contagios y defunciones globales, sino también una negativa de las personas jóvenes a seguir las normas sanitarias recomendadas por los expertos, así como una estigmatización y rechazo fáctico de las personas ancianas, muy especialmente si los sistemas de salud están colapsados, como ya ocurrió durante la primavera boreal. 
 
Apenas, aseguró, se están empezando a investigar las secuelas de la COVID-19 en el organismo y ya hay algunas investigaciones que reportan pérdida del sentido del olfato y afectaciones cognitivas entre algunos de los pacientes que lograron sobrevivir a la fase infeccioso. 
 
Incluso el uso de mascarilla fuera del hogar, que figura entre las recomendaciones sanitarias sobre las cuales parece existir más consenso, es objeto de controversias, pues algunas investigaciones sugieren que su uso protege de contagio a terceros si quien la porta está infectado, mientras que otros indican la viceversa: impide que el virus penetre a las vías respiratoria en una cantidad capaz de infectar. 
 
En todo caso, lo que sí está demostrado es que su uso correcto, combinado con el lavado frecuente de manos y la distancia física, reduce significativamente el riesgo de enfermar de COVID-19 y estas son, hasta el momento, las únicas herramientas de las que dispone la humanidad para enfrentar la pandemia. 
 
Las decisiones políticas sin base científica: el desastre que pagan los pueblos
 
El también director de LaIguana.TV considera que cuando gobiernos toman decisiones políticas sin sustento científico, los pueblos corren peligro y sostiene que eso lo que pasó en Europa Occidental, que vivió un duro brote en marzo y abril, pero tras un descenso parcial en la curva de contagios, los gobiernos decidieron priorizar la economía y decretaron la apertura de las fronteras y el relajamiento excesivo de las medidas sanitarias, lo que hace que ahora sufran un rebrote más grave que el brote del primer trimestre. 
 
La situación promete ser todavía más grave, si se considera que pronto llegará el invierno en el hemisferio norte y con él, las gripes estacionales y también, condiciones todavía más favorables para la expansión del virus, como la convergencia de gran cantidad personas en espacios cerrados o mal ventilados, producto de las bajas temperaturas exteriores. 
 
Otra dimensión que cobra fuerza son los efectos psíquicos del confinamiento, sobre los cuales ya los expertos advierten y que de momento, reflejan por un lado, el cansancio de la población tras haber estado confinada en distintos grados y niveles durante meses y por otro, el incremento en las tasas de infección y de mortalidad, por causa de la resistencia de la población a permanecer confinada o a cumplir con los protocolos sanitarios. 
 
El sombrío panorama de la Europa Occidental –y en alguna medida, también de los Estados Unidos– hace prever que las naciones que conforman el bloque corran con las consecuencias de haber decretado un relajamiento exagerado de los confinamientos y las medidas de bioseguridad, pese a las reiteradas advertencias de la OMS.
 
Algunos eventos recientes parecen conceder la razón a tales desalentadores presagios, pues pacientes provenientes de países como Francia o Bélgica, que disponen de sistemas sanitarios públicos, robustos y gratuitos, usualmente capaces de brindar una atención médica integral y de calidad, han tenido que ser trasladados a Alemania, debido a la insuficiencia de camas y de unidades de cuidados intensivos para atender los casos graves.  
 
Al otro lado del Atlántico, en los Estados Unidos se vive una transición presidencial traumática, con dos posturas antagónicas en relación con el abordaje de la pandemia. Con las consecuencias de esta pugnacidad entre la saliente administración Trump y su sucesora, liderada por Joe Biden, las padece el pueblo estadounidense, que además lidia con el desempleo y la crisis económica, al tiempo que numerosas protestas se suceden en su territorio.
 
Lo antes descrito, apuntó el analista, describe los efectos de la COVID-19, pero no sus causas, puesto que, de ser el caso, la solución estaría a la vista. Lamentablemente, no es el caso, puesto que este novísimo fenómeno está todavía bajo estudio y en esas circunstancias, lo que lo mínimo que pueden hacer los gobiernos es actuar con responsabilidad y no impulsar al relajamiento del confinamiento. 
 
De otro lado están aquellas personas que deben salir de sus hogares a buscar el sustento o las que, independientemente de cualquier decreto de cuarentena, deben salir a trabajar, como es el caso de los trabajadores sanitarios y otros que desempeñan labores en áreas esenciales, porque aunque se exponen a sí mismos y a sus familias a un eventual contagio, no tienen otra alternativa. 
 
No es el caso de quienes, aún sintiendo pesadez y desánimo por causa de la ausencia o reducción drástica de relacionamiento social, pueden permanecer encerrados sin que su subsistencia se vea comprometida. 
 
A este respecto, el filósofo venezolano hizo un llamado a la conciencia, pues para superar la pandemia, se exige un compromiso global y en su opinión, quienes se niegan a cumplir con las recomendaciones sanitarias sin una buena razón, comprometen el esfuerzo de otros, como los trabajadores de la salud, que exponen su vida para que otros puedan vivir. 
 
La OMS ha determinado que los rebrotes tendrán efectos todavía más notorios sobre la economía, en la salud mental y las vidas perdidas y ha advertido a las potencias europeas y a los Estados Unidos, que urge que se adopten las recomendaciones sanitarias para evitar que los rebrotes constituyan una crisis todavía peor a la experimentada durante la primavera. 
 
El duro invierno del Norte: las cifras del rebrote en algunos países
 
En Alemania, la cancillera Angela Merkel advirtió hace semanas que enfrentarían un difícil invierno. Solamente ayer, se reportaron 17.561 casos nuevos y desde el inicio de la pandemia, más de 830.000 personas han padecido COVID-19, mientras que los decesos superan las 13.000 almas. Frente a la segunda ola de infecciones, el gobierno decretó el cierre de restaurantes y bares e impuso otras restricciones de circulación y reunión.
 
En el Reino Unido, luego de que a inicios su Primer Ministro, Boris Johnson banalizara el riesgo de la pandemia y hablara públicamente de la inmunidad de rebaño como estrategia, la política sanitaria viró en dirección opuesta tras enfermarse Johnson y en este momento está vigente un confinamiento estricto, con salidas permitidas solamente para hacer compras o estrictas emergencias, del que están excluidos los trabajadores esenciales. 
 
El gobierno dijo que las medidas se mantendrán hasta diciembre para prevenir un pico de mortalidad como el que se vivió abril e incluso discuten la aplicación de multas de hasta 10.000 libras esterlinas a quienes quebranten la cuarentena, aunque esta sanción fue dejada de lado, tras múltiples quejas de abuso policial. 
 
En España, el gobierno nacional sigue enfrentado con los gobiernos locales, lo que ha dificultado la adopción de medidas comunes. Aún así, se declaró un segundo estado de alerta que incluye toques de queda y hasta el momento, se computan unos 1,5 millones de contagios oficiales y unos 41.700 decesos. En la última jornada se informó de 13.159 casos nuevos y 435 decesos.
 
En Italia y Polonia volvieron los cierres de abril e incluso definieron zonas rojas, en las que rigen medidas extremas. 
 
Por su parte, en Francia, además de haber relajado casi por completo todas las medidas biosanitarias durante el verano, el gobierno de Macron obligó a estudiantes y profesores a asistir a clases, lo que ha contribuido grandemente con el rebrote actual. 
 
A eso ha de sumarse las innúmeras protestas, especialmente de gente joven, que ha salido a las calles a protestar masivamente en contra del uso de mascarilla y el confinamiento. 
 
El 29 de octubre, último día de la flexibilización, hicieron una toma aérea de París y los bares y cafés estaban abarrotados de gente, que se volcó al exterior a disfrutar sin mirar las consecuencias e ignorando todo respeto por la alteridad, ello pese a que Francia ha informado de más de dos millones de casos de COVID-19 y que las autoridades han informado que su sistema sanitario está al borde del colapso, al punto de haberse visto obligadas a requerir la asistencia de Alemania para atender a los casos más graves a los que no fue posible brindarle atención en unidades de cuidados intensivos. 
 
Al otro lado del mundo, Japón atraviesa también la segunda ola de la pandemia y en Tokio, su capital, se reportaron 493 casos nuevos ayer, pero en contraste con los países europeos, su gobierno sí se ha tomado en serio la amenaza y existe una gran tradición de uso de mascarilla entre quienes padecen infecciones respiratorias, así como un sentido de responsabilidad colectiva que es ajeno a Occidente. 
 
En América del Sur, Uruguay, que es una de las naciones menos afectadas del mundo, reportó 100 casos el martes y las autoridades alertaron sobre la posibilidad de un rebrote masivo. 
 
Los últimos anuncios de la OMS sobre la pandemia
 
El director general de la OMS, Tedros Adhanom, anunció que el ente había decretado al 2021 año de los trabajadores del sector sanitario y en ese sentido, exhortó a todos los países a  aumentar los recursos destinados a los profesionales de la salud, así como a su formación. 
 
Un informe reciente refiere que la COVID-19 expuso a los trabajadores sanitarios y a sus familias a niveles de riesgo sin precedentes. Muchos países informan infecciones de coronavirus en el personal de salud (en promedio, 14% de los casos notificados, aunque se informó incluso del 35%) mucho mayores a los de la población general, especialmente en los países pobres. 
 
Además de los riesgos físicos, la pandemia ejerce niveles extraordinarios de estrés psicológico sobre estos trabajadores, que deben lidiar con largas jornadas laborales, salas abarrotadas de pacientes y carencia de insumos, se destaca en el documento. 
 
Según cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) correspondientes al pasado septiembre y que el experto consultó para el programa, 570.000 trabajadores de salud se habían infectado de COVID-19, 75% de los cuales son mujeres. 
 
Como causas de esta afectación, la OPS establece una combinación entre la falta de entrenamiento del personal, colapso de los hospitales y carencia de equipos de protección apropiados, algo que es frecuente en muchos países pobres. 
 
Por otra parte, la máxima instancia sanitaria advirtió acerca de las consecuencias del uso incorrecto de los antibióticos para tratar el coronavirus y previó un aumento de las resistencias de las bacterias a las cefaloxporinas de tercera generación, que podrían perder su eficacia en el corto plazo, puesto que fueron usadas o prescritas a un elevado porcentaje de pacientes, sin que existieran razones para ello. 
 
Según María Neira, Directora de Salud Pública de la OMS, probablemente, los grupos más vulnerables se podrán vacunar el primer trimestre de 2021. En la segunda parte de 2021 se continuará aumentando la producción e Indicó, asimismo, que la inmunidad no se generalizará hasta fin de 2021.
 
Aseguró que la navidad no será tan socialmente divertida y expansiva como otros años. Paciencia, estrategia y un cierto optimismo activo. Con ello, precisó Pérez Pirela, lo que dicen es que la gente debe encerrarse durante las fiestas, so pena de que la ola de contagios crezca todavía más. 
 
La funcionaria exhortó a que el mundo revise el triángulo salud humana, salud ambiental y salud animal, a fin de implementar un estilo de vida que disminuya los riesgos de zoonosis.
 
Las vacunas: ¿salvación para la humanidad o factor de guerra geoestratégico entre potencias y trasnacionales farmacéuticas?
 
Miguel Ángel Pérez Pirela es de la opinión que las vacunas se han convertido en el factor fundamental de guerra geoestratégica en el mundo y que incluso está en marcha una suerte de Guerra Fría, para determinar qué país o empresa logra producir y aplicar masivamente su vacuna antes que el resto.
 
Con base en datos aportados por la OMS, comentó que aunque hay gran cantidad de vacunas en distintas fases de desarrollo, solamente 48 de ellas están en fase experimental y de estas, solamente 11 están en la fase tres de los ensayos clínicos, que implica su aplicación en grupos humanos conformados por miles de personas provenientes de distintos lugares del mundo. 
 
A ese respecto, ofreció detalles puntuales sobre las vacunas que desarrollan algunos países y conglomerados farmacéuticos:
 
-Pfizer y Biotec solicitarán autorización para que las vacunas estén disponibles en breve. Según estudios preliminares presentados, su eficacia está en torno al 95%. 
 
-Moderna: vacuna eficaz en 94,5%, de acuerdo con sus reportes. La empresa estadounidense planea producir 20 millones de dosis antes del final del año, una cifra ínfima en comparación con la demanda, que es de cuando menos de 5 billones de dosis. 
 
-Sinovac: esta vacuna elaborada por China, se encuentra aplicando la fase tres de su ensayo clínico en miles de voluntarios de Brasil. 
 
-Sinopharm: Es otra vacuna desarrollada por empresas chinas, en alianza con institutos de investigación estatales y contempla dos alternativas distintas. De momento, han informado que producirán 610 millones de dosis por año. 
 
-En India, BaratBiotec empezó a reclutar a cerca de 26.000 personas para los ensayos clínicos. Se estima que estará disponible el primer semestre de 2021. 
 
-AstraSeneca y la Universidad de Oxford elaboraron una vacuna que usa como vector un adenovirus. Se esperan los resultados este año, aunque se han reportado efectos adversos durante los ensayos clínicos.
 
-Johnson & Johnson: tiene en marcha dos ensayos clínicos con adenovirus modificado correspondientes a dos candidatas a vacuna distintas. Una de ellas de administraría en una dosis y la otra, en dos. Disponen de un grupo de 90.000 voluntarios y anunciaron que los resultados estarán disponibles durante el primer trimestre del próximo año. 
 
-Cancimo Biological conjuntamente con el ejército chino, produjo otra vacuna cuya tercera fase de ensayos clínicos se desarrolla en China, Rusia y Pakistan.
 
-La Sputnik V, producida por el Centro Gamaleya y el ministerio Defensa ruso, se basa en dos adenovirus y los resultados de los ensayos clínicos indican una eficacia del 92%. 
 
-La compañía Novavax comenzó su ensayo fase tres en el Reino Unido durante el mes de septiembre y se espera que en los Estados Unidos se inicie a fines de noviembre. Aseguran que los datos preliminares estarán listos para 2021. 
 
Aunque la OMS instó a los países a prepararse para la distribución de la vacuna, Pérez Pirela insistió en que debe recordarse que las farmacéuticas hacen medicamentos para quien pueda pagarlos y que la distribución estará mediada por criterios políticos. 
 
Además, antes de cantar victoria, habrá que comprobar si efectivamente las vacunas son tan eficaces como anuncian sus fabricantes o se trata de pura propaganda. Por otro lado, también habría que hacer frente a la negativa de la población a vacunarse.
 
La OMS reconoció que durante los primeros meses de 2021, la disponibilidad de dosis será limitada,  aunque insistió que los gobiernos deben ajustar su sistema de salud para emprender una campaña de vacunación, que será un paso esencial para contener la pandemia. 
 
Libro del día
 
Del sociólogo alemán Max Weber: El método de las ciencias histórico-sociales. 

 

(LaIguana.TV)