El presidente de Colombia, Iván Duque, aseguró que este 2020 será recordado en Colombia como el año en el que las autoridades bajo su cargo lograron el mayor éxito en la lucha antidrogas, esto a pesar de que Colombia sigue siendo el país con mayor producción y distribución de drogas en el mundo, específicamente de cocaína.

A finales de 2019 la jefa de investigación de la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), Ángela Me, presentó un detallado informe sobre la producción y consumo de estupefacientes alrededor del mundo, que refleja un incremento en la producción mundial de drogas y en las muertes asociadas a su consumo.

En ese sentido, condenó al régimen uribista de Duque por ser el país que produce y distribuye más del 70% de la cocaína que se consume en el mundo.

El informe de la ONU sostiene que el Gobierno de Colombia no hace prácticamente nada para luchar contra las mafias del narcotráfico colombiano y los grupos paramilitares que producen y distribuyen por toneladas la cocaína colombiana.

Al respecto, indica el informe que el Estado colombiano está ausente en gran parte del territorio y su negligencia permite a los grupos de narcotraficantes y paramilitares a elevar la producción y distribución de la droga de forma masiva y descontrolada.

Se calcula que cerca de 450.000 familias en Colombia que viven cerca de las zonas de producción de cocaína, son víctimas de las constantes amenazas de los grupos mafiosos narcoparamilitares que producen y distribuyen la droga.

La permisividad del Estado colombiano también se evidencia en las cruentas masacres experimentadas por la población, sobre todo la rural y campesina, que durante el régimen de Duque contabiliza a más de 1.000 víctimas asesinadas, entre líderes sociales, indígenas, políticos, ex guerrilleros que asumieron el tratado de paz, entre otros.

En el mismo informe se revela que Estados Unidos sigue siendo el país que más consume la cocaína colombiana, algo que no se entiende debido a que el país norteamericano tiene más de dos décadas supuestamente trabajando directamente en la lucha antinarcóticos -con bases militares incluidas- en territorio colombiano; algo parecido a lo que sucede en Afganistán, lugar donde aumentó la producción de heroína, una vez entraron las tropas invasoras estadounidenses y se quedaron ahí; hecho que coincide con la epidemia de opiáceos estadounidense que ha dejado más de 100.000 víctimas mortales en los últimos años.

La situación colombiana es de tal magnitud, que hasta el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tuvo que salir al paso al conocerse el informe de la ONU, y reclamar públicamente a Duque. Trump, incluso, amenazó con eliminar la certificación de Colombia como país comprometido en la lucha antidrogas y advirtió con poner al país en la lista negra donde figuran las naciones que incumplen sus compromisos internacionales contra el narcotráfico.

Trump, sin embargo, no dijo nada sobre las políticas estadounidenses para evitar que llegue a su país la cocaína colombiana y mucho menos sobre el proceso de distribución interna de la droga.

(LaIguana.TV)