Con la apertura de los colegios electorales para definir la nueva integración de la Asamblea Nacional, pasamos balance al contexto de esa nación suramericana, que hace de estas elecciones una de las más importantes de su pasado reciente.

Venezuela enfrenta actualmente una grave embestida por parte de Estados Unidos, con el objetivo declarado de hacer salir del poder a los representantes de la Revolución Bolivariana. En ese sentido, la nación norteamericana ha puesto en función de tal fin todo su arsenal de medidas de presión.

Durante toda la administración del presidente Donald Trump, pero fundamentalmente durante el presente año 2020, las medidas coercitivas de corte económico han arreciado contra Venezuela. Se le ha probado de prácticamente la totalidad de sus capacidades de exportación de petróleo, su principal rubro comercial.

No contento con presionar a los socios comerciales de Venezuela para que no adquieran hidrocarburos de ese país, EEUU persigue y sanciona a las empresas navieras que consientan en transportar petróleo venezolano, sometiéndolas a agresivas presiones.

De tal suerte, Venezuela ha visto disminuida notablemente la posibilidad real de embarcar su petróleo, con el consiguiente impedimento de comerciar con éste, acarreando una importante reducción en los ingresos del país.

Igualmente, debido a las propias medidas de bloqueo, la industria venezolana no ha podido surtirse adecuadamente de los insumos necesarios para la refinación del petróleo, lo que ha redundado en que uno de los principales productores de este rubro en el mundo, tenga problemas en la producción y distribución de gasolina.

Como si todo lo anterior fuera poco, EEUU persigue minuciosamente las transacciones financieras venezolanas en todo el mundo, penalizando a todas las entidades que sean contrapartes de Venezuela en las mismas.

Agresión armada

Estados Unidos no escatimó tampoco en promover y facilitar un intento de agresión armada contra Venezuela durante 2020. El 3 de mayo pasado, un contingente de mercenarios tocó tierra en las costas de la Guaira, como parte de lo que se denominó la “Operación Gedeón”.

Aunque fue neutralizada de inmediato, y la inmensa mayoría de sus participantes capturados en el acto o en jornadas posteriores, este hecho marcó hasta dónde podía llegar la administración Trump en su afán de derribar el Gobierno legalmente constituido en Venezuela.

No sólo participaron activamente en los hechos varios ciudadanos estadounidenses, exmiembros de las fuerzas especiales de ese país. El Gobierno presidido por Donald Trump jugó un papel decisivo en los mismos.

Baste citar dos ejemplos. La empresa de contratistas de seguridad Silvercorp, involucrada en la Operación Gedeón, prestó numerosos servicios al Gobierno estadounidense bajo la administración Trump.

Asimismo, los mercenarios se encontraban concentrados en Colombia, al amparo de un reconocido narcotraficante. Cercano al lugar donde se encontraban, una unidad de la Administración para el Control de Drogas (DEA) estadounidense, los dejaba actuar, con pleno conocimiento de lo que estaba pasando.

Complejidades de la pandemia

La emergencia sanitaria provocada por el nuevo coronavirus SARS-Cov-II ha tensado al mundo entero en todos los sentidos. Venezuela no ha sido menos, más bien, los efectos de la Covid-19 se han multiplicado por los efectos del bloqueo.

Aun así, el país ha logrado mantener el control de la enfermedad, asegurando la atención a cada uno de los afectados.

Hasta la fecha, Venezuela contabiliza más de 105.000 casos de Covid-19, estando activos unos 4.000 de ellos. Asimismo, la menta la muerte de 909 pacientes, para una tasa de letalidad de 32 por cada millón de habitantes, ocupando el lugar número 130 a escala internacional, atendiendo a este indicador.

(teleSUR)