En Venezuela existe una arraigada cultura del voto. Independientemente del tipo de elección que se convoque, desde hace más de 20 años, la mayor parte de los venezolanos en edad de votar, acude a las urnas para dirimir sus diferencias políticas.

Las elecciones parlamentarias no constituyen una excepción y en ese sentido, al celebrarse hoy unos comicios semejantes, conviene repasar cómo ha sido la participación en las tres convocatorias precedentes, que tuvieron lugar en 2005, 2010 y 2015.

En 2005 participó el 25,26 % del padrón electoral, conformado en aquel entonces por 14.272.964 de votantes, con la particularidad de que ese año los partidos opositores al Gobierno del presidente Chávez (AD, Copei, Primero Justicia, Proyecto Venezuela) decidieron retirarse de los comicios, alegando pocas garantías ofrecidas por el CNE.

En 2010 participó el 65,59% de los electores, de un padrón electoral conformado por 17.458.473 de votantes, mientras que en 2015, la participación alcanzó un histórico para este tipo de elección, habiendo concurrido a las urnas 73,62% de los 19.496.365 de personas habilitadas para sufragar, de acuerdo con datos del Consejo Nacional Electoral compilados por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica en un informe poselectoral elaborado tras las parlamentarias de 2015.

Siguiendo la misma fuente, en el primer caso, el chavismo se impuso en el parlamento, al acumular 5.417.165 votos y los partidos de oposición lograron capturar, entre todos, 5.384.194 votos.

En el segundo, la oposición logró hacerse del control de la Asamblea Nacional, al haber sido apoyada por 7.726.066 votantes, al tiempo que el principal partido del chavismo, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), fue respaldado en las urnas por 5.370.968 personas.

En contraste con los comicios precedentes, en esta elección legislativa ni el chavismo ni la oposición concurrirán en bloque único y, además, el sector de la oposición extremista encabezado por Juan Guaidó decidió no participar.

Esto, sin dudas, afectará la participación –que muy probablemente sea menor que la registrada en 2015–, pero también impactará positivamente en cuanto a la diversidad fuerzas políticas que constituirán la legislatura 2021-2025.

Adicionalmente, para esta elección se aumentó significativamente el número de curules en disputa. En 2010 la Asamblea electa quedó conformada por 165 diputadas y diputados y en 2015, la cifra se incrementó a 167, pero hoy serán electos 277 parlamentarios, lo que implica un incremento del 65,87%.

(LaIguana.TV)