El Comité de Víctimas de la Guarimba y el Golpe Continuado de 2014, que agrupa a cerca de un centenar de personas, eleva su voz para decirle al país que, a cuatro años de aquellos sucesos, siguen sin recibir el alivio de la justicia.

 

El comité, del que participan víctimas directas y familiares de personas que fallecieron o sufrieron graves lesiones aquel año, planteó sus inquietudes a través de Luis Durán, quien visitó la sede de LaIguana.TV, acompañado de Ydalia Estanga.

 

A continuación, una versión de la conversación que sostuvo Durán con el periodista Clodovaldo Hernández:

 

-Van cuatro años de los sucesos de 2014, ¿cuál es el balance que ustedes hacen?

 

-Han sido cuatro largos años de espera infructuosa porque hasta el momento no hemos logrado nada. De 43 muertos y 850 heridos que tuvimos, solo tenemos resuelto el caso en el que resultó imputado Johnny Bolívar (autor material de la muerte de la intérprete de lengua de señas Adriana Urquiola, quien estaba embarazada). Los demás casos han sido invisibilizados o desechados.

 

Durán hace referencia especial al caso de su hijo, del mismo nombre, el motorizado que fue degollado por una guaya en una esquina de Horizonte, cerca de El Marqués. Indicó que el 7 de marzo de 2014, el presidente de la República, Nicolás Maduro, dijo en un acto público que los asesinos de su hijo estaban convictos y confesos. Sin embargo, el fiscal 35 de ese momento le dijo a Durán que las personas acusadas habían sido puestas en libertad por falta de pruebas. “El comisario del CICPC que llevaba el caso me dijo que sí había bastante material para imputar a los implicados. Volví a hablar con el fiscal, y entonces me dijo que él no había revisado los mensajes de voz y de whatsapp (en los que se daban las instrucciones de poner las guayas) y que esa era la gran falla”.

 

Continuando el relato, Durán explicó que cuando asumió el caso el nuevo fiscal, Farid Mora, “hizo más promesas que un muchacho enamorado”, pero las incumplió todas. “Me peloteó para aquí y para allá y al final presentó la excusa de que había pasado mucho tiempo, que se lo entregaron muy avanzado. Se ve que es un carajo de poca palabra, de recibir y no dar”.

 

-¿Ha habido algún cambio en la actitud del Ministerio Público sobre estos casos luego de la salida de Luisa Ortega Díaz y de la llegada de Tarek William Saab?

 

-Hasta el momento estamos esperando que el fiscal general Tarek William Saab designe nuevos fiscales para estos casos o que ponga fiscales especiales, para que no queden en la impunidad. Queremos que nos ayude a hacer justicia, porque ha tardado bastante en llegar.

 

Durán presentó como ejemplo otro caso: el del hijo de William Bastardo, quien murió tras ser herido con disparos de escopeta. Los responsables fueron aprehendidos, pero también se les dejó en libertad. “A eso no lo podemos llamar justicia. En Venezuela hay muchas personas presas por delitos menores como robarse una gallina o un cerdo, mientras gente que le ha quitado la vida a otro ser humano sigue en libertad”.

 

Durán, miembro de la Asamblea Nacional Constituyente, responsabiliza principalmente a los líderes políticos que han hecho repetidas convocatorias a la violencia, causando muchas muertes. Menciona específicamente a Henrique Capriles Radonski (con su llamado a descargar la arrechera, en abril de 2013) y Leopoldo López (con las guarimbas de 2014). “Estos señores no han sido tocados, como si el ser político te inhibiera de culpas o da derecho a atentar contra la vida de los demás”.

 

-Siempre que se habla de negociación y diálogo con la oposición, se pone sobre la mesa la posible libertad de quienes están presos por estos hechos violentos. ¿Qué piensan en el Comité acerca de esa posibilidad?

 

-Que no se puede negociar con la justicia. Negociar con los “presos políticos” es negociar con la muerte de las personas que ellos causaron. Esas personas son tan culpables como las que ejecutaron sus órdenes.

 

Durán señala que en la escala de responsabilidades están los que ordenan los crímenes, los que los ejecutan, y una tercera categoría, formada por quienes tratan de victimizar a los asesinos. “Es el caso de muchos curas que nunca han pedido que se haga justicia en Venezuela a favor de las víctimas, sino que piden únicamente libertad para los culpables”.

 

-En la prensa internacional se presenta a quienes murieron como si hubiesen sido manifestantes de la oposición y se culpa al gobierno de lo que les ocurrió…

 

-Es la manera que tienen de manipular los hechos. Se pone a los victimarios como si fueran víctimas, y a las víctimas las invisibilizan. Nosotros planteamos que se debe dar a conocer a las víctimas y también a los victimarios. Además tenemos el problema de que hay víctimas de primera y de segunda. Si es una persona pudiente, el caso retumba, pero si es un muchacho de barrio, de escasos recursos, ni se toma en cuenta. Vale menos que un animal.

 

-Aparte del aspecto judicial, ¿se ha cumplido con ustedes en cuanto a tratamientos médicos, ayudas y viviendas para las víctimas o sus familiares?

 

-No se ha cumplido. Pero la principal reivindicación que debe darse a toda víctima es la justicia. Eso es lo que nosotros estamos pidiendo. Después vendrán las reparaciones económicas, la asignación de vivienda a los que carecen de ella o los tratamientos de salud. Pero lo primordial es la justicia. Y con eso no han cumplido con nosotros.

 

-Tenemos entendido que incluso han fallecido algunas personas que habían quedado con graves problemas de salud por esos acontecimientos. ¿Es cierto?

 

-Sí. Han fallecido esperando que se les otorgue la ayuda que se les prometió. Y seguirán falleciendo mientras el Estado no tome conciencia y cumpla con el punto de cuenta que se firmó en el Cuartel San Carlos el 27 de febrero de 2016.

 

-El año pasado hubo otra ola de violencia política que dejó aún más muertos que la de 2014. ¿Eso los afectó a ustedes?

 

-No tendría por qué. Pero podemos decir que lo que ocurrió en 2017, el malestar que le generaron de nuevo estos políticos a la sociedad se debe a que no ha habido justicia con respecto a lo anterior. Cuando una persona es penalizada por algo que cometió, no tiende a repetirlo, pero quien es absuelto de cargos por un delito, siente que puede volverlo a hacer porque sabe que no será castigado, la ley no lo va a tocar. Es el caso de Leopoldo y de Capriles, y el de muchos políticos que atropellan al pueblo porque saben que no van a ser castigados.

 

-En el caso específico suyo, ¿cómo han logrado superar o avanzar en la superación de la muerte de su hijo?

 

-La pérdida de un familiar no se supera. Uno lo recuerda todos los días. Quizá cuando se trata de una pareja, porque no son consanguíneos, a lo mejor sí tiende a olvidarse un poco porque llega un nuevo amor a la vida… pero de padre o madre a hijo o entre hermanos, eso no se supera.

 

-En el caso de Luis, él, además, dejó hijos…

 

-Sí, el tuvo una niña que ahora tiene once años y está padeciendo por la falta de su papá… Son cosas que no debieron pasar, y pasaron porque no se tomaron los correctivos a tiempo ni se dio el castigo ejemplar para que eso no volviera a suceder.

 

Durán reflexiona acerca de las medidas humanitarias que se les han otorgado a presos como Leopoldo López. Dice que para el pueblo eso no ha significado ninguna compensación porque no han dejado de ocurrir hechos violentos. “Ayer me dijeron que al general que mandó a poner las guayas (Ángel Vivas) lo habían degradado. Pero no sé qué daño le causa eso a él si ya era un civil (estaba retirado). Que le quiten el rango ¿es un castigo? Eso es como que yo mate a alguien y la sanción sea que me quiten el nombre, que ya no me llame Luis, me quedé sin nombre… Eso a mí no me afecta en nada. A él no le afecta que le quiten el grado de general porque ya lo que hizo lo hizo”.

 

-¿Cómo ha sido la experiencia del Comité de Víctimas, aparte de los pocos resultados obtenidos?

 

-Hemos creado un grupo de lucha para que estos casos no queden impunes. Nos hemos dirigido a infinidad de partes tanto en Venezuela como en el extranjero. Lamentablemente, vemos que la justicia está bastante lejos. Nos falta un empujón, una ayuda, que el Estado se dedique  a través de sus organismos a aplicar la ley. Mientras las personas no sean castigadas por lo que hacen, no se va a lograr la justicia, y por tanto tampoco la paz ni la tranquilidad.

 

-¿Cómo ha sido la experiencia internacional?

 

-Hemos visto otros horizontes. Nos han aconsejado formas de lucha para dar a conocer los casos, para no desmayar en el esfuerzo, para que los casos sean visibilizados a nivel nacional e internacional. Nos han dicho que hay luchas que duran años y nos han presentado como ejemplo el de las Madres de la plaza de Mayo, quienes llevan años y más años luchando parar ir logrando poco a poco la justicia.

 

-¿Qué actitud han tenido ante ustedes las ONG de derechos humanos que operan en Venezuela y que son muy activas denunciando al gobierno en el plano internacional?

 

-Nos han invisibilizado porque no son en realidad organizaciones de derechos humanos,  porque están dirigidas desde el extranjero y hacen lo que sus amos quieren que ellos hagan.

 

-¿No los han llamado ni siquiera a que expongan sus casos?

 

-No. Nada. Muchos de ellos ni siquiera saben que existimos.

 

-En la prensa se refieren a Comité como una organización oficialista, montada por el gobierno…

 

-Sí. Para ellos estas víctimas no existen, son una fábula en nuestra cabeza. No quieren tomarlas como lo que son, unas víctimas impuestas por sus amos, los que manejan a esas organizaciones. Es que esta guerra no viene de dentro del país, sino de fuera. Se habla mucho de derechos humanos y no se acepta que estos terminan allí donde una persona viola los de la otra.

 

Para finalizar, Durán reiteró que además de la justicia para con las víctimas y sus familiares, el castigo a los responsables debe servir para que no se repitan los hechos “y podamos tener un país de paz y tranquilidad”.

 

(Clodovaldo Hernández / Twitter: @clodoher)

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