Este miércoles, sumándose a lo dicho por Estados Unidos, la Unión Europea y el Grupo de Lima, el gobierno de Nueva Zelanda puso en tela de juicio las elecciones parlamentarias celebradas en Venezuela el pasado 6 de diciembre, indicando que la presunta ausencia de condiciones para los observadores internacionales comprometería la elección, informó la agencia EFE.

«Existe una preocupación seria de que las elecciones legislativas no se celebraron de una manera libre. Nueva Zelanda defiende una participación libre, justa y democrática en el proceso electoral. Esos son los principios necesarios para la paz y la estabilidad en Venezuela», dijo Nanaia Mahuta, ministra de Asuntos Exteriores del gobierno laborista encabezado por Jacinta Arden.

Para las autoridades neozelandesas es criticable que a la cita electoral del pasado domingo no hayan acudido observadores de la Unión Europea ni de la Organización de Estados Americanos (OEA), pero omiten decir que Venezuela no forma parte de la OEA desde 2019, cuando se formalizó la salida del país del sistema interamericano, si bien el proceso inició en abril de 2017, cuando Caracas denunció la injerencia del organismo en los asuntos internos del país y también obvian mencionar que el gobierno venezolano invitó a los observadores europeos desde inicios de año, pero el ente se negó en octubre, arguyendo que no tendría tiempo de preparar la misión.

Mahuanta dijo que Nueva Zelanda apostaba por una salida pacífica y democrática a la crisis política venezolana, mas desde su punto de vista, esto implica «una llamada al respeto de la voluntad del pueblo venezolano, y para celebrar elecciones libres, justas y transparentes», lo que concuerda con lo expresado por países que desconocen al gobierno del presidente Nicolás Maduro y con el discurso del sector antidemocrático de la oposición que encabeza Juan Guaidó.

De sus declaraciones se desprende que el país oceánico desconoce de facto la voluntad de quienes concurrieron a las urnas al domingo en Venezuela.

En su intervención, la vocera del gobierno de Arden también señaló que «Nueva Zelanda sigue muy preocupada por la situación humanitaria y de derechos humanos en Venezuela», otro componente esencial de la narrativa que se impulsa desde los organismos multilaterales para justificar una eventual intervención extranjera armada.

(LaIguana.TV)