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Las autoridades sanitarias de Paraguay rechazaron abortar el embarazo de una niña de 10 años  violada por su padrastro. Amnistía Internacional se dirigió al Gobierno del país, solicitando intervenir y proporcionarle un aborto seguro a la menor.

 

En caso de no detenerse el embarazo, esto «podría tener consecuencias devastadoras para la salud de la pequeña y sumaría injusticia a la tragedia», insistió Amnistía Internacional en un comunicado del pasado 29 de abril. La directora de la Oficina Programas de Salud, Lida Sosa, ha respondido este jueves que la opción de un aborto no puede considerarse.

 

«La solicitud es imposible de cumplir porque el embarazo tiene un desarrollo de cinco meses. Ya hablamos de un producto totalmente formado y un tamaño considerable (…). Además, el código penal prohíbe esa práctica», ha insistido Sosa. La ley paraguaya permite el aborto solo cuando el embarazo pone la vida de la madre en peligro. En cualquier otra circunstancia, incluso cuando el embarazo es resultado de violación o el feto sufre una malformación grave, está prohibido.

 

La niña, que actualmente permanece en el hospital de la Cruz Roja de Asunción, no presenta complicaciones en su embarazo, ha acentuado Sosa, según recoge el portal Paraguay.com. Declaró que los médicos se están dedicando a preservar la vida y la integridad tanto de la niña como del feto, mientras el Ministerio de Salud del país promete una junta médica que considerará el caso.

 

El embarazo de la niña fue descubierto el pasado 21 de abril, cuando su madre la llevó a pruebas médicas con un diagnóstico primario de tumor abdominal. Según los investigadores, el autor del abuso sexual es el padrastro de la menor, actualmente prófugo. La Fiscalía emitió una orden de captura, mientras la madre de la niña fue puesta en prisión preventiva, como presunta cómplice.

 

(RT)