Brasil se aproxima a las 180.000 muertes por coronavirus después de un repunte de la enfermedad que llevó a varios estados a adoptar nuevas medidas preventivas, pese a que el presidente Jair Bolsonaro asegura que el país está en “el finalcito” de la pandemia.

Esa barrera será superada con toda probabilidad este viernes: el balance, con una curva en ascenso desde hace varias semanas, se elevó el jueves a 179.765 muertos, con más de 700 óbitos por día desde el martes, cuando se registraron 842 fallecimientos, un récord que no se alcanzaba desde fines de septiembre.

Y el número de casos supera desde el martes los 50.000, totalizando 6,78 millones desde el primer contagio en febrero, según datos del Ministerio de Salud.

Los expertos alertan de un escenario que podría ser aún más sombrío tras las reuniones familiares de fin de año y con el verano austral a punto de iniciarse en este país de 212 millones de habitantes, el segundo con más muertes por covid-19 (superado solo por Estados Unidos).

“Puede que (la situación) empeore con el verano, porque habrá aún más circulación de personas, sin medidas de control y con buena parte de las políticas de aislamiento desmanteladas”, dijo a la AFP el investigador Christovam Barcellos, del prestigioso instituto científico Fiocruz.

(AFP)