Finalmente se confirmó el triunfo de Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y pese a lo traumático que ha sido este proceso, el resultado será un gobierno con pocas diferencias con el que he llevado adelante durante los últimos cuatro años el derrotado Donald Trump. 

Esta vez, el análisis de Miguel Ángel Pérez Pirela fue en caliente, pues mientras avanzaba el programa llegó la noticia de que los colegios electorales estadounidenses habían votado a favor de Biden, cumpliendo así, un mes y 11 días después, con la voluntad mayoritaria del electorado que se expresó en las urnas hasta el 3 de noviembre pasado es estas elecciones de segundo grado que caracterizan a la superpotencia bélica del planeta. 

Por ello, el programa Desde Donde Sea comenzó con la lectura de las informaciones del momento en las que se indicaba que Biden había logrado 306 votos de los delegados, quedando claramente por encima de los 270 requeridos para ser designado presidente. Trump, por su lado, tuvo 232 votos. Explicó que los votantes en estos colegios electorales son representantes de los partidos políticos o funcionarios estatales. “Como se dice popularmente, se mojó lo que estaba seco. En latín factum est, esto se consumó”, dijo el doctor en Filosofía Política y comunicador. 

La mecánica del día de la reunión de los colegios electorales es que cada estado realiza su votación y una vez que concluya (cuando lo hace California, en la costa oeste), se envían los resultados al presidente del Senado, cargo que ocupa el vicepresidente de EEUU, para que confirme el resultado el próximo 6 de enero. 

Pérez Pirela acotó que esta decisión de los colegios, que son organismos netamente políticos, se une a los fallos de tribunales de diversas instancias, que han ido cacheteando a Trump jurídicamente en las últimas semanas, al desestimar las casi 60 querellas que ha presentado para impugnar las elecciones.  

“El Tribunal Supremo rechazó el viernes una demanda impulsada por el fiscal general de Texas, Ken Paxton, para anular los resultados electorales de cuatro Estados clave en la derrota de Trump, Georgia, Míchigan, Pensilvania y Wisconsin. Texas fue uno de los peores reveses, pues la acción judicial era impulsada por el funcionario directamente ante la Corte Suprema con el fin de anular el escrutinio de otros cuatro estados a los que señalaba de haber flexibilizado excesivamente las normas de voto anticipado y por correo, aprovechando la circunstancia de la pandemia para sacar ventaja”, reseñó. 

“El domingo, Trump dijo a Fox, su antigua televisora favorita, que la pelea no se había acabado y que seguirían avanzando. Sin embargo, ya no le quedan vías legales claras para revertir la victoria de Biden. Luego tuiteó que estas habían sido ‘las elecciones más corruptas en la historia de EUUU’. Desde la noche de las elecciones, Trump puso sus esperanzas en la Corte Suprema porque es de mayoría conservadora y tres de los nueve magistrados fueron nombrados por él. Pero fue ese mismo tribunal el que terminó de cortarle la cabeza”, indicó. 

El asunto no es una mera anécdota de un presidente que se niega a aceptar la derrota, advirtió el moderador del programa. Las apreciaciones de Trump han tenido consecuencias. “Se están cayendo a golpes y hasta a tiros y cuchilladas en las calles de EEUU mientras él sigue echando leña al fuego. Los abogados del presidente saliente afirman que las máquinas de votación de la empresa Dominion habían manipulado los votos para favorecer a Biden, lo que la compañía niega. Las autoridades estadounidenses dicen que no hubo irregularidades masivas que pudieran influir en los resultados, pero ni Trump ni sus seguidores lo reconocen”. 

El fin de semana, las pasiones se desbordaron. Al grito de «detengamos el robo», una multitud invadió la capital estadounidense el sábado para exigir «cuatro años más» de presidencia de Donald Trump y volvió a denunciar un «fraude masivo» en las elecciones presidenciales. Cuatro personas resultaron apuñaladas en Washington tras enfrentamientos entre seguidores de Trump y miembros de los movimientos Antifa y Black Lives. Uno de los oradores fue el ex asesor de Trump, Michael Flynn, quien dijo: “Estamos en una batalla espiritual por el corazón y el alma de este país. Nosotros ganaremos”. 

“Tengamos en cuenta cómo son estos manifestantes. Son individuos vestidos de militares, con armas de guerra y cascos. La cosa está color de hormiga. El escenario de guerra civil no es descabellado. Es un desafío para el Partido Republicano decidir si se va a ir con el ala extremista del trumpimo o tratará de calmar las aguas. Uno de los riesgos que corren es que podría haber una división y Trump podría crear un partido aparte, igual que la televisora que ha anunciado. Él aspira a ser candidato en 2024”, puntualizó.  

Más de lo mismo

Biden, en tanto, ha asumido la actitud de ignorar a Trump y seguir adelante con el nombramiento de sus principales colaboradores. Ya ha anunciado a Janet Yellen para la Secretaría del Tesoro; Anthony Blinker para el Departamento de Estado; y el general retirado Lloyd Austin, como secretario de Defensa. Anunció que el primer día de su presidencia reincorporará a EEUU al Acuerdo climático de París y convocará una Cumbre Mundial sobre el tema en los primeros cien días de su mandato. 

Esos anuncios presagian cambios en aspectos como el abordaje del tema del cambio climático. También se espera que tomes medidas diferentes a las de Trump sobre la pandemia que sigue azotando a EEUU. Sin embargo, los analistas siguen coincidiendo en que no habrá modificaciones sustanciales ni en la política económica ni en el campo internacional. 

Pérez Pirela citó un artículo del portal Sputnik en el que, basándose en declaraciones de Steen Jakobsen, director de inversiones del banco danés Saxo Bank, se asegura que Biden, en sus líneas fundamentales, continuará la política económica de Trump y su gobierno seguirá la corriente del predecesor. «La mayoría de los miembros de su gobierno son seguidores de Barack Obama y de Hillary Clinton. Ninguna de estas administraciones avanzó en el fomento de la economía y la lucha contra la desigualdad. Si Trump fue horrible, Biden no será mejor. Su Gobierno no podrá avanzar y seguirá la corriente», subrayó Jakobsen. 

El experto descartó también que Biden logre progreso en la agenda política. Advirtió que el demócrata reanimará la actividad internacional de Estados Unidos pero sin mejorar las relaciones con China. «Biden irá por el medio del camino sin hacer movimientos bruscos en lo económico y lo político», pronosticó. 

“Esto es para que muchos se vayan bajando de la nube de que Biden representa una nueva visión interna y externa. No es outsider ni figura revolucionaria. Será gatopardiano, en el sentido de cambiar todo para que nada cambie”, recalcó el conductor del espacio. 

Con esta estrategia, remarcó el analista citado por Sputnik, el Partido Demócrata corre el riesgo de perder las elecciones intermedias al Senado dentro de dos años. Y advirtió que en 2024 podría estar retornando Trump o una figura como él. «Creo que será un Gobierno al estilo de Jimmy Carter con tiempos oscuros, problemas internacionales, alza de los precios y la incapacidad de manejar la agenda política», puntualizó. 

El peligro de lo políticamente correcto

Pérez Pirela pasó luego a citar contenidos del portal Investig’action de Michel Collon, que sostienen la misma tesis de que el gobierno de Biden será bastante parecido al de Trump, aunque con las peculiaridades propias de los dirigentes del Partido Demócrata. 

“Obama y los Clinton se mueven en la misma esfera reaccionaria neoliberal. Los rostros en el poder pueden ser mujeres, afrodescendientes, latinos, homosexuales, pero las políticas están diseñadas para apropiarse del poder y del dinero de la gente, de un gran número de trabajadores y de las tropas de la maquinaria de guerra en todo el mundo. Los años de Trump fueron una oportunidad para que el fascismo y otras fuerzas desatadas hicieran grandes ganancias y por eso quieren aferrarse al poder. Es bueno que Biden sea del establishment, pero eso no es distinto a las últimas cuatro décadas, excepción hecha de Trump. Es bueno porque conocemos sus estrategias y trucos. Es malo porque esas estrategias y trucos pueden hacer dormir a la gente en un sueño político”, señala el texto. 

El moderador de Desde Donde Sea añadió que ese mismo enfoque lo ha sostenido en programas anteriores dedicados al tema de las elecciones de EEUU. “Aquí hemos dicho que Biden es más peligroso que Trump porque puede ser políticamente correcto. Biden puede bombardear a un país como Venezuela con el apoyo de la Unión Europea”.  

Prosiguió con la cita de Investig’action: “Sin el ultraje personal que un Trump puede causar, los funcionarios electos, los nombramientos de estos y las fuerzas monetarias a las que sirven hacen mucho daño con el pretexto de hacer el bien. Ya se trate de la privatización del gobierno de Reagan, la destrucción del sistema de bienestar social por parte de Clinton, las sangrientas guerras de Bush contra los pueblos de Oriente Medio, o la continuación de todas esas políticas por parte de Obama, la realidad es que estas acciones se llevaron a cabo con el consentimiento de la mayoría de los habitantes de EEUU. Los liberales se enamoraron de las mentiras populares de Reagan, dejándose llevar por sus inversiones en un mundo donde se culpó nuevamente a los pobres de sus circunstancias. Cuando su hombre, Clinton, estuvo en el poder, apoyaron su intensificación de la guerra contra los pobres, señalando todo el tiempo a sus 401K (un fondo de pensiones y jubilaciones) como prueba de que el sueño americano aún funcionaba. Y las guerras prosiguieron. Hubo oposición, pero nunca hasta el punto de que las tropas no se enviaran a luchar o se retiraran por completo una vez que llegaron allí. De hecho, gran parte del liderazgo pacifista abandonó a sus electores y se unió a la campaña de Obama en 2007, justo cuando la guerra en Irak se intensificaba. Esa guerra y la guerra contra los afganos continúan hasta este momento. Además, hay decenas de miles de fuerzas estadounidenses, militares y mercenarias, que causan muerte y destrucción en todo el mundo. Muchas de esas fuerzas han estado ‘limpiando’ las consecuencias de la estrategia bélica con drones de Obama; una estrategia que continuó con Trump”. 

La radiografía de la aún hipotética gestión de Biden prosiguió: 

“Habrá ciertas propuestas hechas por Biden que los que están a su izquierda deberían apoyar. Con suerte, esas propuestas harán mucho para aliviar el dolor financiero en el que se encuentran tantas comunidades estadounidenses debido a la pandemia. Para empezar, deberían ampliarse las prestaciones por desempleo, así como la moratoria de los desahucios. Debe cancelarse la deuda de los estudiantes y se debe instituir una atención médica universal asequible”. 

Opinó Pérez Pirela que esa ala de izquierda no va a poder hacer nada, sobre todo en materia internacional. Biden no va a escuchar a los movimientos sociales, a los intelectuales y a factores similares que lo apoyaron esta vez para sacar a Trump de la Casa Blanca. No lo hará porque sus compromisos están pautados con las corporaciones que apoyaron su elección y con los intereses del Partido Demócrata. 

“La historia —más que cualquier quimera libertaria— nos dice con bastante claridad que para que el capitalismo se expanda y sobreviva (dos palabras que se convierten en sinónimos en el capitalismo), tiene que haber guerra. Los mismos libertarios que se oponen a la guerra también se oponen a la atención médica pública universal, a la seguridad social, al seguro de desempleo e incluso a los míseros cheques de estímulo proporcionados con anterioridad por Washington en la pandemia actual”, indica el artículo citado anteriormente. 

Como aspecto positivo, los observadores mencionados esperan que Biden al menos pueda impedir que EEUU se vea arrastrado más aún hacia un conflicto provocado recientemente por el asesinato del científico iraní Mohsen Fakhrizadeh, una de las acciones tomadas por Trump luego de su fracasado intento de ser reelecto. 

Como conclusión, Pérez Pirela reiteró lo que ya ha dicho en anteriores ocasiones: “Es estrictamente lo mismo un republicano que un demócrata en la Casa Blanca, que nadie se haga ilusiones”. 

Para cerrar leyó otra noticia del día, relacionada con EEUU: Trump anunció en su cuenta Twitter que el fiscal general, William Barr, dejará su cargo en vísperas de la Navidad. El cargo será asumió como interino por Jeff Rosen, actual fiscal general adjunto. “Ese gobierno se está desmoronando”, sentenció. 

Libro

Recomendó leer Las ensoñaciones del paseante solitario, del pensador francés Jean-Jacques Rousseau. 

(LaIguana.TV)