El analista político Miguel Ángel Pérez Pirela explicó que ya a inicios del siglo pasado, países de Europa aplicaron un bloqueo naval contra Venezuela muy parecido al que está sometido nuestra nación en la actualidad.

Así lo expuso Pérez Pirela a través de su programa Desde Donde Sea, transmitido por medios digitales, donde indicó que, a raíz de un bloqueo naval contra Venezuela impuesto por Alemania, Reino Unido e Italia surgió en 1902 la doctrina Drago como estrategia de blindaje que, a su juicio, debería rescatarse como estrategia defensiva «ante la treta intervencionista de los derechos humanos de la región».

«La doctrina Drago en 1902 fue anunciada por el exministro de Exteriores de Argentina, Luis María Drago, en respuesta al no cumplimiento de la doctrina Monroe por parte de Estados Unidos que establece que ningún país extranjero puede usar la fuerza a los fines de hacer efectivo el cobro de una deuda«, explicó.

En este sentido, Pérez Pirela indicó que esta doctrina proponía tres elementos: la defensa estricta de la soberanía de las naciones latinoamericanas, la negativa a la intervención armada para el cobro de deudas públicas y el recurso a la intermediación y el arbitraje de los tribunales internacionales para dirimir una disputa.

El también doctor en Filosofía explicó que la doctrina Drago se pone en vigencia porque en el contexto actual porque «se opone al cobro compulsivo de las deudas públicas de cualquier país sudamericano mediante la intervención armada».

Para Pérez Pirela, la cotización del agua en Wall Street pone en peligro a la región latinoamericana por los recursos hídricos, lo que hace necesario retomar en implementar doctrinas soberanistas que alejen los peligros que representa la doctrina Monroe, que hace ver a los países latinoamericanos como «el patio trasero» de Estados Unidos.

Sin embargo, Pérez Pirela hace énfasis en que aunque la excusa para las prácticas intervencionistas ya no es el cobro de deudas sino los derechos humanos, se hacen necesarias iniciativas como la doctrina Drago.

«De hecho, la jurisprudencia internacional se desplaza peligrosamente de los principios de soberanía y autodeterminación, pilares del orden internacional del fin de la Segunda Guerra Mundial hacia paradigmas como los del intervencionismo ‘humanitario’«, advirtió Pérez Pirela.

(LaIguana.TV)