Autoridades sanitarias y policiales de Chile, Brasil y Paraguay están alerta por la venta a través de internet de vacunas falsas contra el COVID-19. La preocupación coincide con una advertencia hecha por Interpol a nivel global, ya que prevé «todo tipo de actividades delictivas» en relación a las vacunas.

El mercado negro —aquel en el que se intercambian productos falsificados o traficados ilegalmente— parece no conocer límites y el año 2020 lo ha demostrado. En momentos en que el mundo aguarda con ansias la aplicación masiva de dosis contra el COVID-19, la venta de vacunas falsas en algunos países de Sudamérica preocupa a las autoridades.

En Chile, el prefecto inspector de la Policía de Investigaciones de ese país, Jaime Ansieta, debió brindar una conferencia de prensa para manifestar la preocupación de los investigadores por la aparición en sitios de internet de supuestas vacunas contra el COVID-19 que, por supuesto, no eran reales.

El jerarca aseguró que en las últimas semanas las ofertas de vacunas falsas contra el COVID-19 en internet tuvieron «un crecimiento más exponencial que ningún otro producto que conozcamos en la historia reciente».

Ansieta, que presentó a la prensa el plan que la Policía chilena tiene previsto para custodiar la distribución de la vacuna de Pfizer-BioNtech cuando llegue al país, remarcó que «no hay ninguna forma de que aparezca nadie vendiendo vacunas» por fuera del circuito estatal. «Primero, no se vende; segundo, no la hay», añadió.

Pero el caso chileno no es el único. En Brasil, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) también había tenido que ocuparse del riesgo de las vacunas falsificadas, incluso mucho antes de que las dosis pudieran llegar al país.

El organismo emitió un comunicado el 8 de octubre pasado informando que había recibido una denuncia sobre «la supuesta comercialización irregular de una vacuna contra COVID-19». La denuncia señalaba que los vendedores de la falsa vacuna estaban asentados en la ciudad de Niteroi, en el estado de Rio de Janeiro.

Anvisa recordó que, hasta ese momento, no había ninguna vacuna contra el COVID-19 autorizada a ser aplicada en Brasil y que, hasta que eso no sucediera, «los ciudadanos no deben comprar ni utilizar cualquier vacuna que alegue prevenir el COVID-19».

La misma preocupación tuvieron las autoridades sanitarias y policiales de Paraguay. El 4 de diciembre, el jefe de Interpol Paraguay, Wilberto Sánchez, advirtió sobre la posibilidad de que se estuvieran ofreciendo estas falsas vacunas a paraguayos a través de internet.

Las palabras de Sánchez coincidieron con una alerta emitida dos días antes por Interpol a toda la comunidad internacional. A través de un comunicado, el ente policial internacional consideraba de vital importancia «garantizar la seguridad de la cadena de suministro y detectar sitios web ilegales de venta de productos falsificados» en el marco de la vacunación masiva.

En ese marco, Jürgen Stock, secretario general de Interpol, pidió a los países miembro estar «lo más preparados posible para lo que será una avalancha de todo tipo de actividades delictivas vinculadas a la vacuna contra el COVID-19».

Sánchez, por su parte, comentó a la prensa paraguaya que ya se habían detectado 34 casos de personas que compraron falsas vacunas contra el COVID-19 en Vietnam, por lo que se esperaba que eso pudiera «replicarse en cualquier país del mundo».

Por lo pronto, en Paraguay la mira de las autoridades no está puesta solamente en sitios web. Según el jerarca policial, existe la sospecha de que vacunas falsas puedan comercializarse en Ciudad del Este, una ciudad con intensa actividad comercial en la frontera entre Paraguay y Brasil.

(Sputnik)