Este martes, los ojos del mundo están volcados en la instalación de la nueva Asamblea Nacional (AN) de Venezuela, que llega tras un periodo dominado por la oposición en el que se recrudecieron las medidas punitivas contra el país.

El bloque chavista, que este periodo vuelve a ser mayoría, busca retomar el control del Parlamento como una forma de zanjar la crisis política que se agudizó en los últimos años, mientras que la oposición radical saliente llama otra vez a la protesta y al desconocimiento de las instituciones.

Más allá de la distribución de las fuerzas políticas de esta Asamblea —donde el chavismo obtuvo 253 de las 277 curules—, la perspectiva se orienta hacia las acciones para enfrentar el bloqueo económico impulsado por Washington, que se gestó en el seno de la AN con el diputado Juan Guaidó a la cabeza, como medida de presión para sacar del poder a Nicolás Maduro.

Frente a los retos económicos y políticos, surgen expectativas sobre las estrategias de acercamiento con los sectores opositores nacionales e internacionales teniendo en cuenta el desconocimiento de EE.UU., la Unión Europea y los países del Grupo de Lima como fondo.

Otro asunto por definir es el estatus de Guaidó una vez que deje de ser miembro del Legislativo y que se termine su inmunidad parlamentaria. Desde su autoproclamación como «presidente encargado» hace casi dos años, la Justicia venezolana le ha abierto varias investigaciones por usurpación de funciones, por intento de golpe de Estado, por corrupción, por su relación con grupos paramilitares y por la negociación ilegal del Esequibo, entre otros supuestos delitos.

«Un nuevo ciclo histórico»

La víspera de la instalación, el presidente venezolano catalogó este día como «histórico» y afirmó que se abre una nueva etapa para el país suramericano en la que deben imperar «el diálogo, la recuperación y la reconciliación», además del reconocimiento del liderazgo de la oposición, que ocupa 21 curules en el periodo 2021-2026.

La crisis económica que atraviesa Venezuela, que ha perdido 99 % de sus ingresos en divisas producto del bloqueo, es uno de los temas más urgentes. Aunque la toma de decisiones le corresponde al Ejecutivo, la nueva Asamblea deberá proponer y promulgar leyes que ofrezcan alternativas para conducir una economía que anualmente pierde 30.000 millones de dólares.

Las decisiones sobre economía del Parlamento buscan acompañar con otras leyes a la recién aprobada ‘Ley Antibloqueo’, que surgió en medio de la «situación límite» a la que ha llegado el Estado para continuar con las políticas sociales que benefician a los sectores más golpeados, quienes han visto mermados el acceso a los alimentos y la salud, principalmente.

La recuperación del salario y de los beneficios laborales, pulverizados por la inflación, es uno de los temas que más expectativa ha generado dentro de la población venezolana, frente a cinco años de medidas punitivas que también afectaron fuertemente su poder adquisitivo y sus ingresos.

De igual modo, se espera que la AN retome su función contralora sobre el uso de los fondos públicos. En los últimos años, la Justicia venezolana ha develado una serie de tramas de corrupción en las empresas estatales dentro y fuera de Venezuela donde habrían participado los integrantes de la Asamblea saliente, figuras políticas y exaltos cargos del Gobierno.

Paz y diálogo

Mantener un clima de paz y de no confrontación entre los diversos grupos políticos también es un reto importante para este nuevo Parlamento.

En los últimos años, el país ha vivido algunos episodios de violencia, como las protestas antigubernamentales que dejaron más de cien muertes en 2017, además de atentados fallidos en contra del presidente, intentonas golpistas y actos de sabotaje a los servicios públicos, que han sido organizados y financiados por los sectores más radicales de la oposición nacional e internacional.

Se espera que el Legislativo fortalezca la política gubernamental de diálogo con los sectores moderados de la oposición. Estos acercamientos hasta ahora han permitido alcanzar distintos acuerdos que han contribuido a la participación de los opositores en los procesos electorales y en su deslinde del llamado a boicotear las elecciones.

Frente a los desafíos venideros, Jorge Rodríguez, quien fue propuesto como presidente de la AN, dijo la noche del lunes que entre los grandes temas por abordar está «el perdón sin olvido». «El olvido no puede ocurrir frente a tantos crímenes, con olvido no lograremos la reconociliación», afirmó.

¿Qué pasará con Guaidó y la AN?

La situación para el diputado opositor aún no se define. Si bien cuenta con el apoyo de la Administración de Donald Trump, de Canadá, de la Unión Europea y de algunos países de América Latina, su estatus legal en Venezuela está por determinarse.

En la campaña electoral de 2020, el diputado electo Diosdado Cabello afirmó que una vez que el nuevo Parlamento asumiera el poder, impulsaría una ley para aplicar Justicia a los «traidores a la patria» y a quienes llamaron a una intervención. Guaidó tiene abiertas investigaciones en la Fiscalía venezolana por estas dos razones, por lo que surge la pregunta de si será judicializado o si huirá del país, como hicieron la mayoría de sus compañeros de la oposición.

Aunque el diputado opositor, que no se postuló a los comicios parlamentarios, insiste en mantenerse en funciones sin haber sido reelegido, el Tribunal Supremo de Justicia ha cortado sus aspiraciones declarando que la supuesta «continuidad legislativa» de su cargo y de la Asamblea que termina su gestión este martes es «nula» y carente de «efectos jurídicos».

A pesar de la incertidumbre, Washington dio un último espaldarazo a Guaidó, al extender este lunes la licencia general 31A, que ratifica su reconocimiento como «presidente encargado en representación del Gobierno de Venezuela». Por esta medida, queda exento de las sanciones.

A pesar del apoyo que aún se empeña en mantener el Gobierno de Trump, está todavía por definirse la relación que mantendrá con el presidente electo de EE.UU., Joe Biden.

Días atrás, trascendió en los medios que el demócrata planea negociar con Maduro y que ignora los intentos de Guaidó para contactarlo. Esta información aún no ha sido confirmada.

Si bien se esperan otros pronunciamientos de los países que no reconocieron las elecciones legislativas y aún no se vislumbra qué pasará con el diputado opositor, el centro de atención se encuentra fijado en las expectativas de los venezolanos sobre la actuación de esta nueva Asamblea, que deberá maniobrar en un país bloqueado.

(RT)