La Vicepresidenta electa Kamala Harris es la portada de febrero de la revista «Vogue» América. Una edición que ha despertado la indignación de las redes sociales, dispuestas a quemar en la hoguera a la directora de la revista Anna Wintour.

Harris aceptó posar para «Vogue» y conceder una entrevista, siempre y cuando ella se hiciera su propio estilismo. El tsunami contra Wintour surgió cuando la cuenta de twitter «Models Daily» filtró las dos imágenes posibles para la portada. En una de ellas puede verse a la Vicepresidenta electa con un blazer oscuro de Donald Deal, vaqueros y sus famosas Converse Chuck Taylors. En la otra, aparece con un traje de chaqueta azul cielo de Michael Kors y sus Converse. Durante unas horas, se creyó que ambas imágenes, por su pobre iluminación, no formaban parte de la portada de «Vogue», hasta que la revista confirmó el domingo por la mañana que ambos posados eran reales.

El equipo de Harris se ha mostrado muy molesto por la filtración y aseguran que la foto de portada ha sido cambiada. No hay nada intrínsecamente extraño en esa imagen. De alguna manera, es una forma audaz de representar la nueva era política en que nos encontramos y su ruptura con el pasado. Una mujer sola, con su propia ropa, en zapatillas que comparte su espacio con la marca «Vogue». Ambas fotografías fueron tomadas por Tyler Mitchell, quien hizo historia en la moda al convertirse en el primer fotógrafo negro que firmó la portada de «Vogue» con sus retratos de Beyoncé en el 2018. La editora a cargo del rodaje de Harris, Gabriella Karefa-Johnson, también es afroamericana, al igual que Alexis Okeowo, el autor del texto que acompaña las imágenes. Harris eligió sus propios conjuntos. Pero finalmente fue «Vogue» y su editora en jefe, Anna Wintour, quienes seleccionaron la portada.

La nueva imagen de una mujer en política

Utilizar la imagen más informal para la edición impresa de la revista «Vogue», es cierto, le roba protagonismo a la Vicepresidenta Harris, pero no son retratos oficiales, ni tampoco fotos glamurosas ni periodísticas. Sobreviven en ese espacio indefinido en el que ahora mismo también está la Vicepresidente electa. Son imágenes que, por el revuelo creado y ante la situación que está el país, contribuyen a fomentar la mitología de Harris, la primera mujer copiloto al mando del poder en Estados Unidos.

En «Vogue» estaban deseando contar cómo está estadounidense de padre jamaicano y madre india firma su nombre como Vicepresidenta. Tal vez la revista ha hecho una portada demasiado informal, pero no para considerarla irrespetuosa ni acusar a la revista de lavar el tono de piel de Harris porque la portada no está todavía a la venta. En cuanto al vestuario, los que discreparon deberían preguntarse ¿por qué se eligieron esos ternos y no otros? En un comunicado, «Vogue» dijo que iban con la imagen más informal de Harris para la portada porque la foto capturaba su «naturaleza auténtica y accesible».

Harris, quien es de ascendencia jamaicana e india, posó con el traje celeste frente a un fondo dorado para la portada de la revista. También posó vestida de manera más informal con pantalones, un blazer y zapatillas de deporte frente a un fondo rosa y verde. Rosa y verde son los colores de la hermandad universitaria de Harris, Alpha Kappa Alpha. «Vogue» ha publicado ambas imágenes explicando que la foto de portada es Harris vestida con zapatillas. Los expertos en estilismo denuncian a la dirección de arte por su «desidia» sin embargo desde la revista aseguran que al equipo le encantaron las imágenes de Tyler Mitchel. «La naturaleza accesible de la vicepresidenta electa es uno de los sellos distintivos de la administración Biden / Harris. Para responder a la seriedad de este momento de la historia celebramos nuestra portada y compartimos las imágenes».

Según el «LA Times», el equipo de Harris expresó a «Vogue» su decepción por la decisión de la revista. La portada digital muestra a Harris mirando directamente a la cámara con los brazos cruzados sobre el pecho, un broche de la bandera estadounidense en la solapa y una sonrisa en el rostro. En gran medida es su retrato político. Una imagen que parece una prueba de portada. Una Polaroid. Carece de la hiperperfección que a menudo se asocia con las imágenes de moda. Si uno mira de cerca, es posible ver una arruga, la humanidad no ha sido eliminada. Es hasta plausible que sea así. Las manos cruzadas a la altura de la cintura muestran a una mujer capaz de cambiar el historial de portadas de la Biblia de la moda. Es, en realidad, una vitoria más de Kamala Harris.

(abc.es)