El presidente de la Sociedad Española de Inmunología, Marcos López Hoyos, ve muy difícil predecir cuánto durará la pandemia y cómo se comportará el virus, pero cree que para Navidades de 2021 todavía se seguirá «con vacunación y mascarilla». «Eso en el mejor de los casos», avisa.

De hecho, Marcos López Hoyos, que también es director científico del Idival (Instituto de Investigación Marqués de Valdecilla), descarta, en una entrevista con EFE, que pueda cumplirse con la previsión del Gobierno central de tener vacunada contra la covid-19 en verano a un 70 por ciento de la población.

Para lograr ese objetivo, según sus cálculos, se tendría que poner la vacuna a un 2 ó 3 por ciento de la población española a la semana, algo más de un millón de personas, y aún se está lejos de lograr ese ritmo.

«Blanco y en botella, yo creo que no (se va a cumplir la previsión). Lo siento, ojalá me equivoque», remarca, tras señalar como uno de los «puntos negros» de esta crisis sanitaria que «no haya habido una preparación ni una logística», y que el ritmo de vacunación haya sido tan desigual.

Afirma que, por lo que se ha visto, no tiene claro que esté definida la logística «en cada comunidad» y «en cada servicio de salud», «porque no ha habido un avance uniforme» en vacunación entre territorios.

«Una vez más yo echo en falta una política única en este sentido», dice el director científico del Idival.

Aunque no quiere «meterse» en decisiones que ve «puramente políticas», sí piensa que «lo ideal» habría sido que con la vacuna se hubiera dado una gestión única.

López Hoyos considera además, como han dicho algunos responsables políticos, que la vacunación «no es un tema de competición entre comunidades, ni entre países», puesto que lo que se está viviendo es una pandemia global.

«Si no solucionamos el tema en todo el mundo, no podremos movernos, Y ese objetivo, mientras no consigamos la vacunación de forma global, no lo vamos a lograr», subraya.

Lo que sí reconoce López Hoyos es que las comunidades y sus servicios de salud «parece que se están poniendo las pilas». «Creo que esa crítica que ha habido en esa lentitud en la aplicación de la vacuna ha sido buena porque todos están corriendo ahora a vacunar», apunta.

A su juicio, aunque la estrategia nacional de vacunación del Consejo Interterritorial de Salud marca cuatro grupos prioritarios, el orden no tiene por qué seguirse de forma estricta.

«Si tienes vacunas no puedes estar esperando a vacunar primero al primer grupo, luego al segundo y luego al tercero, porque al final vas alargando el proceso. Lo que tenemos que hacer es vacunar a esos cuatro grupos de forma casi simultánea y si hay vacunas usarlas, siempre que haya esa reserva», explica.

La vacuna es segura

El presidente de la Sociedad Española de Inmunología insiste en que las vacunas contra la covid-19 son seguras, y señala la respuesta inmunitaria como una de las pocas armas eficaces para combatir el virus.

«La vacuna ha demostrado en los ensayos que es segura. Ya llevamos vacunada en el mundo una cifra que sobrepasa el millón de personas y no hemos oído efectos adversos graves», destaca.

López Hoyos manifiesta también que, sin duda, desde el punto de vista sanitario, un confinamiento sería el camino para bajar la escalada de la curva en España, pero también reconoce el problema que supone el parón económico y que «si no hay dinero la sanidad tampoco funciona».

«Lo que se ha demostrado que para la curva es evitar el contacto social, pero la población lleva un año atípico del todo, respondiendo, siendo responsable y aguantando, y la economía es una factura de la que vamos a tener que hablar», advierte.

También cree que, pese a todo el desconocimiento que hay aún sobre la evolución de este SARS-CoV-2, hay datos y evidencias que invitan a tener cierta esperanza.

Y se refiere a artículos que señalan que quienes han recibido la vacuna de Pfizer producen anticuerpos que son capaces de neutralizar la variante británica del virus.

Y añade que la inmunidad que genera la vacuna es más elevada que la de la infección.

(Agencias)