El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emitirá mañana cerca de 100 perdones presidenciales, informó hoy la cadena CNN.

Aunque es una práctica tradicional que los mandatarios emitan exoneraciones a personas que cometieron algún delito criminal y a otros que están tras las rejas por ofensas no probadas, el caso de Trump centra toda la atención, pues algunos sugieren que pudiera perdonarse él mismo por delitos aun no probados. El presidente insinuó, de acuerdo con personas enteradas, su intención en las últimas semanas aunque no está claro como procederá con aquellos que participaron o alentaron las protestas violentas y el asalto al Capitolio, en lo que él está incluido.

Según el diario The New York Times el presidente dijo a sus asesores lo mucho que le gusta tener el poder de otorgar perdón.

En ese sentido, agregó el rotativo, adelantó a sus colaboradores que tiene intenciones de otorgarse un indulto a sí mismo en los últimos días de su presidencia, según dos personas con conocimiento de las discusiones.

La medida implicaría, subraya el Times, un uso de los poderes presidenciales extraordinario e inexplorado en la historia de Estados Unidos.

Hace mucho tiempo que insiste en que tiene el poder de perdonarse a sí mismo y típicamente cuando sondea a sus asesores es síntoma de que se prepara a avanzar con sus intenciones, estiman analistas.

Ningún presidente estadounidense se otorgó a sí mismo un perdón por lo cual la legitimidad de un posible acto de autoclemencia jamás fue puesta a prueba en el sistema legal, señalan medios de prensa.

Los expertos legales concuerdan en que un autoperdón presidencial crearía un peligroso precedente para que los presidentes declaren unilateralmente que se encuentran por encima de la ley y se protejan de tener que responder por los crímenes que cometieron en el cargo.

Trump considera exoneraciones preventivas para su familia, entre ellos sus tres hijos mayores —Donald Trump Jr., Eric Trump e Ivanka Trump—, su yerno y asesor principal de la Casa Blanca, Jared Kushner, y para sus aliados cercanos, como Rudolph W. Giuliani, su abogado personal.

Los perdones presidenciales solo aplican en casos de leyes federales y no protegen de ser enjuiciado o investigado por crímenes estatales, algo que pudiera ocurrir si en Nueva York se presentan cargos por violaciones fiscales.

En 2018, fiscales federales en Nueva York nombraron a Trump como conspirador en un esquema de financiación ilegal de campaña.

(Prensa Latina)