A propósito de las reflexiones sobre el entorno sociopolítico venezolano que hiciera el analista venezolano Jesús Seguías, presidente de la encuestadora Datincorp identificado con la oposición, Miguel Ángel Pérez Pirela recuperó sus opiniones en torno a la imposibilidad de esta fracción política para alcanzar un liderazgo unitario.

Así, relató, según Seguías «ha sido imposible lograr una cohesión razonable entre los líderes opositores venezolanos, pues donde cabe uno, no caben los demás, pero guardan falsas apariencias de unidad», una tesis que Pérez Pirela comparte parcialmente, pues en la actualidad, la unidad opositora es inexistente.

Para el encuestador, esta imposibilidad en la consolidación de líderes unitarios en el seno opositor, es la consecuencia del desplazamiento de los «políticos de oficio» por «militares, empresarios, productores, sindicalistas, sacerdotes, cómicos, cantantes, (…) políticos improvisados que generalmente fracasan en su pasantía por el poder».

Esta aseveración, acotó el también director de LaIguana.TV, no es para nada novedosa y ya ha sido ampliamente presentada, incluso por él mismo, en su libro Del Estado posible: crónicas de una revolución, aparecido hace más de una década.

En ese texto, explicó, plantea «que el error genético de la oposición fue acabar con los partidos políticos, con las sedes de los partidos políticos, que durante todo el siglo XX eran la imagen misma del poder», sustituyéndolas, tras el ascenso de Hugo Chávez al poder en 1998, «por el plató televisivo».

Frente a esa debacle de los partidos políticos y de los políticos, la oposición optó entonces por hacer desfilar ante las cámaras a una pléyade de modelos, actores, locutores, presentadores de televisión, humoristas, beisbolistas y exreinas de belleza para que ocuparan el vacío que habían dejado los políticos.

Empero, las indiscutibles y formidables habilidades políticas de Chávez hicieron ineficaz la apuesta opositora, pues ninguna de esa figuras alcanzó nunca a ser un contendor real para entonces presidente.

En ese orden, aún con evidente retraso, Seguías reconoce que la «dirigencia decadente» de la oposición, sigue sin asimilar «que el poder tiene nuevos rostros y nuevos actores» y de allí sus fallos estratégicos para consolidar liderazgos unitarios.

(LaIguana.TV)