La noche de este jueves falló el sistema de refrigeración de vacunas anti-COVID-19 en Seattle, pero gracias al esfuerzo del personal médico y a la colaboración de la población local, se aplicaron todas las dosis, informó la cadena NBC.

De acuerdo con el reporte, se lograron administrar «rápidamente» 1.650 dosis de la vacuna Moderna en dos clínicas de la Universidad de Washington y en la Clínica Swedish, luego que se rompiera el congelador ubicado en Kaiser Permanente –oficina de salud del estado de Washington– y las ampollas corrieran el riesgo de dañarse, pues deben almacenarse a muy bajas temperaturas.

«Los equipos trabajaron atentamente y en estrecha colaboración durante la noche y la madrugada para garantizar que se usaran todas las dosis y que no se perdiera ninguna vacuna», declaró a la NBC un representante de Kaiser Permanente.

Frente a la contingencia, alrededor de las 11 de la noche, la Clínica Swedish publicó un mensaje urgente en sus redes sociales, en el que anunciaba que tendría «tenía cientos de citas» de vacunación disponibles a partir de las 11 de la noche y hasta las 2 de la mañana.

«Cientos de personas respondieron a la llamada y se presentaron en pijama y bata para recibir su primera dosis de la vacuna», precisa NBC.

Kevin Brooks, director operaciones del Swedish Medical Center, explicó que tras recibir una llamada del hospital en la que se le comunicó sobre la falla en la cava de almacenamiento de las vacunas y se le anunció que sería necesario vacunar perentoriamente a 880 personas, reunió a su equipo, diseñó un plan y arribó al sitio 30 minutos después.

Brooks indicó que si bien no se dejaron de lado los criterios de priorización, en ese momento se optó por vacunar a los que acudieran, pues el objetivo era evitar que «se desperdiciaran» dosis.

«Estamos haciendo lo mejor que podemos para mantenernos dentro de los CDC –Centros de Control de Enfermedades– y las pautas del gobernador sobre priorización. Al mismo tiempo, queremos asegurarnos de que no se desperdicie ni una sola gota de la vacuna», arguyó.

Por su parte, la Universidad de Washington «recibió alrededor de 800 dosis y las envió a clínicas de vacunas establecidas en UW Medical Center Montlake y UW Medical Center Northwest», de acuerdo con la información proporcionada por Susan Gregg, portavoz de la institución.

Como la Clínica Swedish, la Universidad de Washington administró la vacuna entre las 11 de la noche y las 2:30 de la mañana, aunque se esforzó por reclutar a personas pertenecientes a los grupos priorizados.

El viernes en la mañana, equipos técnicos revisaron los congeladores y refrigeradores de Kaiser Permanente Washington. Según su presidenta, Susan Mullaney, «funcionan correctamente», si bien indicó que está a la espera de un informe con el que se pretende determinar «si hay problemas más sistémicos», sintetiza la cadena estadounidense.

(LaIguana.TV)