En su programa Desde Donde Sea, el filósofo, comunicador y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela discutió sobre el doble rasero que aplica Estados Unidos para sancionar y criticar países, según sean estos aliados o adversarios.

Específicamente, el experto aludió al caso de Irán, que padece las consecuencias de las duras sanciones impuestas por la administración Trump que causaron graves daños a la economía iraní, así como a las protestas no permisadas en Rusia que protagonizaron partidarios del activista opositor Alekséi Navalni y que la embajada estadounidense en Moscú alentó y respaldó.

Así, hizo referencia al acuerdo nuclear que suscribieran Washington y Teherán en 2015, con el que se pretendió regular el programa de enriquecimiento de uranio del país persa, a cambio de levantar las medidas coercitivas unilaterales impuestas por la Organización de Naciones Unidas, Estados Unidos y la Unión Europea.

«Tras el acuerdo, Irán quedó con el acceso a más de 100.000 millones de dólares de activos congelados en el exterior y listo para reanudar sus exportaciones de petróleo a mercados internacionales y utilizar el sistema financiero de comercio global», explicó Pérez Pirela.

Esta iniciativa se fue al traste con el arribo de Donald Trump a la Casa Blanca, que antes de haber cumplido seis meses de mandato, abandonó el acuerdo y se justificó diciendo que «‘ese dinero caído del cielo’ le permitiría a Irán ‘exportar su régimen de opresión y terror»» en Oriente Medio», pese a que se trataba de su dinero.

La opinión de las sucesivas administraciones estadounidenses sobre el desarrollo de armas nucleares no es, ni por mucho, homogénea y a ese respecto el analista criollo recordó que para el país del Norte, es «bueno» que Israel posea armas nucleares, pero se apresta a sancionar a Irán ante la «amenaza» que pueda producirlas.

De otra parte está el llamado que hiciera el gobierno del presidente Vladimir Putin en Rusia a los Estados Unidos para que no interfiera en sus asuntos internos, a propósito del respaldo que ofrecieran diplomáticos estadounidenses asentados en ese país a las protestas en favor de Navalni.

El también director de LaIguana.TV relató que este incidente derivó en una queja formal del viceministro de exteriores ruso, Serguéi Rabkov, ante el embajador de Estados Unidos en Moscú, John Sullivan, luego de que la embajada estadounidense colgara en su portal web una «alerta» dirigida a sus ciudadanos, en la que se detallaba el itinerario de las protestas pro-Navalni que se desarrollarían en distintas ciudades rusas el 23 de enero.

«Se expresó a Estados Unidos una firme protesta por la propagación en las redes sociales y a través de sus cuentas de internet de parte de la embajada estadounidense de publicaciones en apoyo de las manifestaciones ilegales en una serie de ciudades rusas», dijo María Zajárova, portavoz de la cancillería rusa, a propósito de la intromisión estadounidense.

A lo antes dicho se añade que el día en el que se desarrollaron las manifestaciones no permisadas, Rebecca Ross, portavoz de la embajada estadounidense en el país, escribió en su cuenta de Twitter que su país apoyaba el «derecho de toda la gente a la protesta pacífica y a la libertad de expresión» y acusó al gobierno ruso de implementar acciones «para suprimir esos derechos».

Como recordó Pérez Pirela, en esta oportunidad tampoco el criterio de Washington es único. Sin retrotraerse demasiado en el tiempo, refirió que por «razones de seguridad», las autoridades de los Estados Unidos habían desplegado un contingente militar sin precedentes en la capital, en el marco de la toma de posesión del recién juramentado mandatario Joe Biden.

«Cuando los Estados Unidos se oponen a manifestaciones sin permiso en Estados Unidos, eso es democracia; cuando Rusia se opone a manifestaciones sin permiso en su territorio, eso es dictadura. ¿Cómo es eso? ¿Qué doble rasero es ese?», cuestionó.

Cuando se trata de estos temas, los medios de comunicación mienten y en sus noticieros defienden que Israel tenga armas nucleares e Irán no pueda tenerlas o que es apropiado que se prohíban manifestaciones en los Estados Unidos pero no en Rusia, concluyó.

(LaIguana.TV)