La tarde de este viernes, el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, presentó al país la fotografía de Mariano José Ugarte Murillo, un agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), quien se encargó de reclutar al guardia de seguridad Richard Alberto Grillet Álvarez para cometer actos de desestabilización en Venezuela.

Rodríguez aseguró, citando fuentes de la inteligencia colombiana, que Ugarte Murillo «es un agente ya establecido» de la CIA y no un «informante» o una persona reclutada «para una acción específica».

Según los datos ofrecidos por el parlamentario, el agente es un expolicía municipal de Girardot (Aragua) que actualmente reside en Bogotá (Colombia). Se le acusa de planear acciones de sabotaje «a través de radares» y de planificar actos terroristas con explosivos en la sede del Palacio Federal Legislativo en Caracas.

«Este señor es quien recluta a Richard Alberto Grillet Álvarez para que cometa acciones de desestabilización, sabotaje, colocación de explosivos, neutralización de una base de radares», detalló.

Adicionalmente, comentó que las autoridades disponen de capturas de pantallas del celular de Grillet Álvarez que dan cuenta del nexo existente entre él y Ugarte Moreno, así como de los planes violentos que pretendían ejecutar.

De otra parte, el líder del Parlamento insistió en que no es la primera vez que desde Colombia se fraguan planes desestabilizadores y terroristas que tienen como objetivo a Venezuela.

Pese a las reiteradas denuncias del Gobierno Bolivariano, el gobierno de Iván Duque no ha actuado en conformidad, ni siquiera cuando fue aprehendido un desertor del Ejército venezolano «que había vendido a Colombia especificaciones y detalles de esa base de radares situada en El Junquito» (noroeste de Caracas) y se disponía del testimonio de otros criminales capturados, «que señalaban que ese era uno de los objetivos que perseguía el gobierno» colombiano, explicó Rodríguez.

A su parecer, se trata de un proceso de «colombianización de la oposición venezolana», toda vez que cuando se anuncian acciones de sabotaje en las calles o se planifica la colocación de explosivos, «de lo que está hablando es de vidas humanas, de asesinatos; de lo que está hablando es de agresiones contra la paz de la República, contra la institucionalidad de la República».

Así, concluyó, el atentado contra el Palacio Federal Legislativo en el que, de haber tenido éxito, se habría traducido en el asesinato de los diputados y las diputadas que conforman la Asamblea Nacional, sería una suerte de desquite de sectores de la oposición antidemocrática, dado que el pasado 6 de diciembre «el pueblo de Venezuela los desalojó por la vía del voto».

(LaIguana.TV)