En su programa Desde Donde Sea, Miguel Ángel Pérez Pirela examinó el deshonroso legado de Lenín Moreno como presidente de Ecuador, pues recibió un país en bonanza y lo entregará a su sucesor hecho añicos.

Entre las cuestionables políticas a las que ha recurrido su administración, refirió el analista, está el endeudamiento, que la derecha local y su prensa alineada ha justificado a partir del cuestionamiento de la gestión de su antecesor, Rafael Correa.

Los ataques se enfocaron en la negativa del Correa a eliminar los subsidios sobre los combustibles y en la descalificación de otras medidas que permitieron financiar la inversión social.

A partir de allí, relató, se consumó la eliminación de los subsidios, que dio lugar unas jornadas de protesta protagonizadas por movimientos sociales entre el 2 y el 13 de octubre de 2019. La respuesta gubernamental fue la represión y el traslado del Ejecutivo, con Moreno a la cabeza, a la ciudad de Guayaquil.

Habiendo retrocedido el país en diversos ámbitos, está claro que quien suceda al actual presidente ha de atender con urgencia multitud de pendientes, apuntó Pérez Pirela.

Según un informe elaborado por el Grupo Parlamentario para la Erradicación de la Pobreza y el Cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenido de la Asamblea Nacional, el Instituto de Investigaciones y la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, consultado por él a propósito del programa, el ganador de las elecciones del 7 de febrero deberá enfocarse en:

«Repensar el modelo de ‘desarrollo’, combatir la desigualdad, recuperar el rol del Estado para el desarrollo. Otro de los pendientes es reconstruir y reformular la institucionalidad, establecer un nuevo pacto fiscal, establecer como objetivo nacional el pleno empleo, fortalecer y redirigir los incentivos a la economía real, reorganizar los marcos regulatorios que no protegen ni garantizan la inserción de las mujeres en la economía, consolidar un sistema de protección social, priorizar políticas activas y compromisos para erradicar la desnutrición infantil».

En relación con el último punto, precisó que en un informe, «el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), señaló que la pandemia puso al descubierto las debilidades del sistema de salud ecuatoriano y su capacidad para proporcionar servicios esenciales de salud y nutrición».

De este modo, concluyó, el documento de Unicef acusa «la interrupción de los servicios de maternidad, salud infantil y vacunación», situaciones que afectan directamente el desarrollo de los niños y niñas, «en un país donde uno de cada cuatro menores de cinco años, sufre de desnutrición crónica y tres de cada diez tiene sobrepeso».

(LaIguana.TV)