Este miércoles los demócratas de la Cámara de Representantes comienzan dos días de argumentos ante el Senado, para tratar de convencer que el expresidente Donald Trump fue responsable de la violencia contra el Capitolio el pasado 6 de enero. La presentación de los nueve fiscales del juicio procederá luego de que el martes el Senado declarara constitucional el proceso, pese a que Trump ya abandonó el Ejecutivo.

Ante el único cargo de «incitación a la insurrección», los nueve fiscales demócratas elegidos en la Cámara de Representantes intentan convencer a los republicanos escépticos de que Trump fue responsable de llamar a los hechos violentos contra el Capitolio el pasado 6 de enero, cuando los legisladores certificaban la victoria de Joe Biden tras las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

Los progresistas tratan de aprovechar las propias experiencias de los senadores que estuvieron presentes, apelando a sus emociones mientras describen en detalle lo que sucedió cuando una turba de cientos de personas rompió las barreras policiales, hirió a los agentes de seguridad, saqueó el Capitolio y buscó legisladores. Los asesores demócratas dijeron que creen que tienen un caso «devastador» contra el exmandatario.

Se esperan pruebas de video, incluidas algunas que no se han visto antes, según los asistentes que trabajan en el equipo de los fiscales. Las primeras imágenes que estuvieron en el arranque de la discusión mostraron al entonces mandatario pronunciando mensajes como “luchen como el infierno” para revertir su derrota, lo que según la parte acusadora desembocó después una violencia sin precedentes contra el Legislativo que dejó cinco personas muertas.

La prensa estadounidense reportó que es “poco probable” que los fiscales de la Cámara Baja emitan una citación para obligar a Trump a declarar, quien ya rechazó esa solicitud. La bancada azul indica que no necesita su testimonio para justificar el caso.

La presentación de argumentos es posible luego de que el martes, con una votación de 56 a 44, el Senado aprobara que el impeachment es constitucional, derribando la primera justificación de la defensa que señaló su ilegalidad por tratarse de una persona que ya dejó el Ejecutivo. Sin embargo, la contraparte aseveró que no hay excepción para que quien cometió faltas como presidente evite un juicio político. Si el Congreso se mantiene al margen, «invitaría a los futuros presidentes a usar su poder sin temor a la responsabilidad», dijo el representante demócrata, de Colorado, Joe Neguse.

Si bien el resultado permitió la primera victoria del Partido Demócrata en el inicio del segundo impeachment contra Trump, demostró que está lejos del umbral de dos tercios, 67 votos, que se necesitan para condenar al exjefe de Estado. Necesita sumar un total de al menos 17 republicanos para poder hacerlo.

Está programado que esta fase de argumentos iniciales de la parte acusadora se extienda hasta el jueves.

Los abogados de Trump intervendrán el viernes y ya cuentan con la desaprobación de varios republicanos

Después de la discusión sobre la constitucionalidad del caso, la defensa tendrá otra oportunidad el viernes cuando comenzará lo que probablemente serán otros dos días más de discusiones que se extenderán todo el fin de semana.

Los abogados del expresidente planean argumentar que Trump no incitó a la violencia, que los violentos actuaron por su propia voluntad y que el exmandatario está protegido por la libertad de expresión.

El abogado principal, Bruce Castor, dijo que el equipo no haría más que denunciar el ataque «repugnante» y «de la manera más enérgica posible denunciar a los violentos». Hizo un llamado a los senadores a ser «serenos» al evaluar los argumentos.

David Schoen, otro abogado de Trump, giró el juicio en la apertura hacia un tono radicalmente partidista, diciendo que los demócratas estaban alimentados por un «odio de base» hacia el expresidente para evitar que sea un futuro contrincante político.

La defensa tiene doble reto: además de abatir las acusaciones contra Trump, deberá derribar las críticas que ya pesan en su contra en las filas del propio partido conservador, y el mismo expresidente. Los senadores republicanos que abandonaron la primera sesión dejaron claro su descontento al señalar sus explicaciones como “aleatorias”, “desorganizadas” y “desconcertantes”.

La intervención de Castor en la apertura del juicio incluyó elogios a los responsables del «impeachment». Sorprendentemente apuntó que la presentación de la causa estaba «bien hecha», algo que desató la furia de Donald Trump, según varios reportes de la prensa estadounidense.

El senador de Luisiana Bill Cassidy dijo que el equipo de Trump hizo un «trabajo terrible». La senadora de Maine Susan Collins, quien votó con los demócratas para seguir adelante con el juicio, dijo que estaba «perpleja» y la senadora Lisa Murkowki de Alaska dijo que era una «oportunidad perdida» para la defensa.

Aunque Trump ya abandonó el Ejecutivo, en caso de ser hallado responsable de “incitación a la insurrección” podrá haber una votación posterior para inhabilitarlo de perseguir cualquier cargo político, un gran daño para el exjefe de Estado que ha mencionado sus intenciones de volver a la Casa Blanca con las elecciones de 2024.

Pese a ello, el exmandatario sigue confiando en su absolución. Es previsible que así será por la composición del Senado, con un empate de 50 a 50, y por la falta de republicanos que respalden las acusaciones de los demócratas. No obstante, tienen el desafío de disminuir las emociones de un juicio centrado en eventos que siguen siendo impactantes y crudos, incluso para los republicanos.

(France 24)