El gobierno de Sebastián Piñera informó este miércoles a través de su canciller, Andrés Allamand, que no inmunizará contra la COVID-19 a extranjeros que no residan regularmente en el país, recoge un despacho de AFP.

Según alegó, la decisión busca frenar el «turismo vacunal», luego de que una televisora peruana difundiera un reportaje en el que se aseguraba que quienes contaran con unos mil dólares, podrían viajar a Chile desde Perú y recibir la vacuna, pues en ese allí es gratuita y voluntaria.

El país austral inicialmente había contemplado «la inmunización de cualquier ciudadano que estuviese en su territorio y fuera parte de los grupos establecidos en el calendario nacional de vacunación», sintetiza la agencia francesa.

Ahora, Allamand comunicó que «no van a tener derecho a vacunarse en Chile los extranjeros que estén en el país con una visa de turista. Tampoco van a tener derecho los extranjeros que estén como turistas, pero que vengan de algún país de los que no se les exige visa». 

Además, puntualizó que «tampoco van a poder vacunarse los extranjeros que estén en el país en una situación irregular, pero que no hayan iniciado los trámites de solicitud de una visa temporal o definitiva».

Estas declaraciones se asemejan a las que diera el gobernante colombiano, Iván Duque, relativa a la exclusión del plan de vacunación de venezolanos cuya situación migratoria sea irregular, si bien en este caso la medida no se dirige hacia un único grupo migratorio.

Como en Colombia, el gremio médico criticó la medida. En su cuenta de Twitter, el Colegio Médico del país exhortó al gobierno de Piñera a «no limitar la vacunación» de las personas asentadas irregularmente en territorio chileno, porque «afectará a migrantes en condición de mayor vulnerabilidad y atenta contra la salud de toda la población» e indicó que hay «otras formas, más humanitarias, de limitar el ‘turismo de vacunas'».

Según la AFP, «en seis días», Chile «inoculó con al menos una dosis de la vacuna a más de un millón de personas» y se ha planteado como meta «vacunar a cinco millones de personas antes del final de marzo y llegar a 15 millones (de los cerca de 19 millones de habitantes del país, de acuerdo a las últimas proyecciones) a fines de junio».

La campaña de vacunación en Chile empezó el pasado 24 de diciembre. Las primeras dosis, que correspondían a la vacuna anti-COVID-19 elaborada por Pfizer/BioNtech, se administraron al personal médico.

Según informes de AFP, Santiago cerró acuerdos para adquirir «cerca de 36 millones de dosis a Pfizer, Sinovac, Johnson & Johnson y AstraZeneca», lo que incluye a prácticamente todas las alternativas disponibles en el mercado, excepción hecha de las Sputnik V y Moderna.

(LaIguana.TV)