El médico Hasan Gokal decidió aplicar unas vacunas contra la COVID-19 a diez personas fuera de una jornada de vacunación que se realizó en un parque en el suburbio de Humble en Houston, en Estados Unidos, debido a que una caja del medicamento fue destapada y si no se aplicaba durante las seis horas siguientes, no se podría utilizar más.

Ante esta situación, Gokal fue acusado de robar los frascos de la vacuna cuyo valor total era de $135 dólares y expulsado del hospital donde laboraba.

Sin embargo, él asegura que lo único que quería era acatar la orden de no desperdiciar ninguna dosis del preciado medicamento. Por lo que buscó candidatos elegibles como ancianos, personas con enfermedades respiratorias, entre 60 y 90 años de edad, una de ellas su esposa que padece de sarcoidosis pulmonar, una enfermedad que la deja sin aliento después de una actividad mínima.

Después de una ardua búsqueda, el doctor de 47 años de edad, administró las dosis de Moderna, la última fue su cónyuge a quien le dijo: “no tenía la intención de darte esto, pero en media hora voy a tener que tirar esto por el inodoro”.

Gokal al día siguiente informó a la directiva la situación y tras unos días fue acusado de robar dosis de la vacuna. “Médico de salud del condado de Harris despedido: está acusado de robar un frasco de la vacuna covid-19”, rezaba un comunicado de la fiscal de distrito del condado de Harris, Kim Ogg.

El médico pakistaní ha recibido apoyo de múltiples colegas y mantiene su lucha por demostrar su inocencia, pero dice que sigue pagando un precio por no desperdiciar una vacuna en una pandemia.

(LaIguana.TV)