Para la relatora especial de las Naciones Unidas Alena Douhan, las medidas coercitivas unilaterales impuestas por Estados Unidos y otros países, socavan el disfrute de los derechos sanitarios, educativos y culturales de los venezolanos.

En su opinión, uno de los puntos nodales está relacionado con el acceso a la electricidad, comprometido por «la imposibilidad de contar con nueva maquinaria, repuestos y personal competente», lo que, a su vez, compromete el acceso al agua, «inclusive la potable y la usada con fines sanitarios» y expone a las personas a sufrir enfermedades varias.

Con respecto a la educación, señaló que «los bajos salarios, la escasez o insuficiencia de útiles escolares, uniformes y comidas en la escuela, que el gobierno solía suministrar, los problemas de transporte, falta de electricidad y reducida cobertura de telefonía e internet, ponen en peligro el disfrute» de este derecho.

Además, subrayó que «la imposibilidad de utilizar recursos de internet con direcciones IP venezolanas afecta el acceso a la información» y como consecuencia, se debilita «la libertad de expresión».

Finalmente, indicó que «la reticencia del extranjero a cooperar con instituciones venezolanas, incluyendo universidades, asociaciones deportivas y ONG, los impedimentos para hacer transferencias y la dificultad para obtener visas, la negación de apertura de cuentas bancarias o cierre de las mismas por temor a sanciones secundarias, afectan el derecho a la educación, las libertades académicas, los derechos culturales e impiden la entrega de la ayuda humanitaria«.

(LaIguana.TV)