El fenómeno OVNI se ha mantenido en la gran pantalla por décadas, la narrativa cinematográfica y televisiva en general tiene en este hecho una fuente de historias que se renuevan con los efectos visuales.

Sin embargo, estas historias se sostienen sobre hechos concretos, como documentos desclasificados de las agencias de inteligencia de las potencias mundiales, eso sin contar los reportes de avistamientos de objetos voladores no identificados en todo el mundo.

En Venezuela, el periodista e investigador Héctor Escalante tiene 20 años investigando y recopilando estos hechos, a partir de una experiencia personal.

«Descendíamos del cerro Él Ávila o Waraira Repano, entre 06:00 y 07:00 pm, y nos desviamos, sin querer, hacia una zona residencial llamada Mariperez, en la parroquia El Recreo del Municipio Libertador. De pronto, los cuatro sentimos la necesidad de mirar hacia atrás y, al hacerlo, descubrimos algo que nos dejó atónitos. Desde la parte baja de la montaña, había emergido un artefacto gigantesco, con forma de plato invertido y luces intermitentes de colores en sus bordes, que luego se desplazó en curva hacia arriba y avanzó un poco, para terminar devolviéndose nuevamente hacia abajo, pero más allá de lo que pudimos observar, que ya era bastante atípico, lo que más me sorprendió fue nuestra reacción», comenta para Sputnik.

Escalante, periodista, graduado en la Universidad Central de Venezuela en el año 2006, con más de 15 años de trayectoria en radio, medios digitales e impresos, recibe reportes a diario, ha recorrido el país en busca de testimonios y ha logrado dar veracidad a muchos de ellos.

«Me apoyé en mi profesión y comencé a recorrer cada rincón del país donde hubiese un testimonio de avistamiento de un OVNI, para entrevistarle, hacer la respectiva investigación de campo y publicar más adelante la historia, porque, como este ha sido un tema tabú, además, mal abordado por la mayoría de los medios, sé que con ello hago que otros testigos pierdan el temor, y se atrevan a hablar. Ahora las redes y el internet son una gran ayuda», apunta.

— ¿Hasta qué punto el fenómeno OVNI o la presunta evidencia de la existencia de vida extraterrestre puede ser usada por los gobiernos para ocultar sus experimentos de tecnología avanzada?

— Son dos cosas distintas, pero reales. Por un lado, hay evidencias en el mundo entero de la presencia de artefactos voladores con comportamiento inteligente que, incluso, en ocasiones, han podido interactuar con muchas personas desde el punto de vista mental-emocional, lo que lleva a considerar la posibilidad de que se trate de un fenómeno de naturaleza no terrestre.

Por el otro, importantes figuras mundiales de mucho peso, como el doctor Steven Greer, líder del Proyecto Disclosure, han asegurado que, Estados Unidos y el Reino Unido, por mencionar dos de los más importantes, se han apropiado de esas tecnologías y las han seguido desarrollando de manera secreta. De modo que, resulta complicado identificar entre una manifestación y otra, sobre todo para el común de la gente.

Los experimentos de EEUU con tecnología avanzada son de vieja data, y hay quienes aseguran que aún persisten. Muchos de ellos se han puesto en marcha desde la base militar ubicada en el desierto de Nevada, mejor conocida como Área 51, cuya existencia fue reconocida por la Oficina Central de Inteligencia (CIA) en el año 2013, tras la revelación de varios documentos desclasificados.

Esta base militar, ideada en la década de los 50 por el entonces presidente Dwight Eisenhower, fue seleccionada para implementar todas las pruebas secretas del programa de espionaje U-2 durante la Guerra Fría, de acuerdo con otro documento de la CIA correspondiente al año 1992, que fue desclasificado en 1998, aunque de forma incompleta.

Ahora bien, pese a que el sobrevuelo de los U-2 posiblemente haya sido confundido con OVNIs, porque éstos presentaban características que los diferenciaban, para ese momento, del resto de los aviones, no tiene nada de extraño pensar, sin pretender menospreciar los estudios y las capacidades del hombre, que la tecnología en la que se basó ese prototipo fuese de origen no terrestre.

Probablemente, esa misma tecnología, según el periodista de investigación Jorge Martín, también ha estado probándose en la Isla de Vieques y el cerro El Yunke, en su natal Puerto Rico, donde cientos de testigos han denunciado la presencia de OVNIs e incluso, de seres no humanos, pero el gobierno del archipiélago caribeño, que está sujeto a la jurisdicción de EEUU, no dice nada.

— Ha circulado información según la cual Trump ordenó la desclasificación de documentos sobre el fenómeno extraterrestre ¿Conoces de este hecho? ¿Qué opinas sobre él?

— Se trata de una acción enmarcada en la Ley de Autorización de Inteligencia para el Año Fiscal 2021, mediante la cual se exige a las agencias de inteligencia que, en 180 días, rindan cuentas al Congreso en torno a la información que hayan podido recopilar sobre el desplazamiento de objetos voladores no identificados en territorio norteamericano.

Aunque el anuncio sorprende, no es la primera vez que la temática se aborda a nivel institucional. El Pentágono reconoció que entre 2007 y 2012 puso en marcha un multimillonario programa para investigar los avistamientos de OVNIs. Luego, entre 2012 y 2017, volvieron a analizar grabaciones de encuentros aéreos con objetos desconocidos, y durante abril de 2020, divulgó tres videos asociados a fenómenos aéreos no identificados, que ya habían sido reconocidos por la Marina.

También, en 2019, Trump informó sobre la histórica implementación de la Fuerza Espacial, el primer servicio militar creado en más de 70 años, bajo el dominio de la Fuerza Aérea de EEUU, con el que se pretende dar la pelea en el espacio para proteger los intereses de la nación, ante las “graves amenazas” que, de acuerdo con el propio mandatario, se ciernen sobre la seguridad nacional, pero, ¿de qué guerra espacial estamos hablando?, ¿qué sucede en el espacio que nosotros no sabemos?

De esto ya se había hablado en 2017 cuando WikiLeaks reveló que, entre 2.000 correos liberados, de 50.000 que tenían bajo su poder y estaban asociados a la campaña electoral de Hillary Clinton, había varios donde se mencionaban las frases «inteligencia extraterrestre», «OVNIs» y «guerra espacial», ¿casualidad?

Sin embargo, llama mucho la atención que, ahora, a través de una decisión enmarcada en un proyecto de ley de ayuda y gasto gubernamental para el abordaje del COVID-19, que fue el que dio origen a la Ley de Autorización de Inteligencia, se pida a estos organismos que identifiquen si esos OVNIs que han investigado, representaron una amenaza potencial a la seguridad nacional, y si dicha actividad pudo haber sido dirigida por adversarios de la nación.

En tiempo récord, la CIA ya ha respondido a esa solicitud, con la desclasificación, nada más y nada menos que, de unos 2.700 archivos que contienen una gran cantidad de reportes investigativos sobre distintos avistamientos de OVNIs ocurridos en los últimos 70 años, los cuales han sido cargados en la página The Black Vault, para que los interesados puedan descargarlos libremente.

— ¿Con qué frecuencia se producen los avistamientos de OVNIs en Venezuela y en qué lugares? ¿Has cuantificado estos avistamientos?

— Por lo general, son muchos los reportes que recibo, tanto de forma personal, como a través de mi correo electrónico y redes sociales, sin embargo, no todos resultan ser ciertos, porque a veces, por desconocimiento, la gente confunde fenómenos naturales con OVNIs, y hasta hay gente mal intencionada que pretende sacarle provecho económico, pero, aun así, las cifras pueden ser muy variantes. Lo que sí te puedo decir es que, casi siempre, hay un incremento en julio y diciembre, y en períodos excepcionales, como en esta pandemia.

En una semana normal, por ejemplo, me pueden llegar 5 o 6 casos, y luego de indagar con el testigo sobre lo acontecido, verificar que no haya sido un avión, satélite o meteorito, entre otros elementos con los que puedan ser confundidos, y analizar el material gráfico o de video, si lo hay, puede que solo dos terminen siendo positivos, pero, siempre hablo de posibilidades, porque en esto todavía no se puede concluir nada, y no me creo dueño de la verdad.

Para identificar las zonas, hacer el trabajo de campo y practicar los análisis, a veces recibo el apoyo de varios colaboradores especializados en distintas áreas del conocimiento, que están tanto en Venezuela, como fuera de ella. Esto es una gran ventaja, porque soy de los que piensa que varias cabezas piensan mejor que una, así que, detrás de algunas de mis investigaciones, hay un trabajo consensuado.

Yo diría que, en toda Venezuela se producen avistamientos de OVNIs, tanto en las zonas urbanas, como en las rurales, sin embargo, en los 20 años que llevo investigando el fenómeno, he podido identificar 8 estados del país, donde hay mayor abundancia de agua y vegetación, en los que hay una mayor recurrencia. Ellos son Aragua, Amazonas, Bolívar, Caracas, Carabobo, Falcón, Mérida, Vargas y Zulia, así como en sus adyacencias.

— Entre los hechos que has recopilado ¿Cuáles han sido los que más te han impactado? ¿Puedes relatarnos uno de ellos?

Son tantos, que es difícil resumirlo. Entre los que me han causado más impacto, debo mencionar tres incidentes que, no pude investigar directamente, pero son una referencia obligatoria: El OVNI de Petare, registrado en Miranda durante 1954, el sobrevuelo simultáneo de cuatro artefactos sobre Caracas, Aragua y Carabobo, en 1974, y la caída de un OVNI en la ciudad de Tucupido, estado Guárico, en 1989, caso que, es visto por muchas personas como el Roswell venezolano.

Sobre los que me ha tocado abordar, me causó mucha impresión la experiencia que vivió en el estado Miranda el amigo Jairo Esparragoza, quien, sin proponérselo, logró videograbar en 2008 desde su automóvil, el desplazamiento de un presunto Objeto Volador No Identificado que pareció desaparecer tras impactar con un relámpago.

También me parecieron interesantes el OVNI que fotografió Friman Rodríguez en La Puerta, Trujillo, al que el afamado ufólogo, y la extraña situación registrada en La Lorena, estado Bolívar, ambos ocurridos en marzo de 2019 y coincidentes con dos fallas eléctricas nacionales.

Por último, no puedo dejar por fuera el más reciente avistamiento OVNI, ocurrido a finales de 2020 en el estado Zulia, que causó mucha conmoción, pero, después de haber sido certificado por el ufólogo mexicano, Jaime Maussan, me hizo merecedor de una gran cantidad de improperios, cuestionamientos en las redes sociales y hasta intentos de hackeos en mis cuentas de correo electrónico ¿Si fue un fake, como varios dijeron, porqué dedicarle tanta atención? Yo sigo haciendo mi trabajo, consciente de que puedo equivocarme, pero jamás me prestaré para mentiras.   

(sputniknews.com)