Los  cinco grandes conglomerados tecnológicos de origen estadounidense como  Apple, Google, Microsoft, Facebook y Amazon, son las empresas más valoradas en las bolsas del mundo, y se constituyen como los nuevos actores que están en el centro de las cadenas de valor de la producción, distribución y promoción de los productos y servicios que consumimos, y representan una nueva configuración del poder político y económico con impacto geopolítico, y con un gran impacto durante la pandemia por el nuevo coronavirus.

Un caso palpable es Facebook, el imperio del magnate Mark Zuckerberg, que pese a estar en la mira por parte de la justicia estadounidense por alimentar su sistema de negocio monopolista integrado también WhatsApp e Instagram, no le impidió que en 2020 durante la COVID-19, tan solo Facebook le haya reportado beneficios por el orden de los 29 mil 246 millones de dólares, es decir un 58% más que en 2019.

Confinamiento como nicho de mercado

Recientemente se divulgó una conversación de la junta directiva de Facebook en la que estos admitían tener «demasiado poder». ¿Esto qué implicaciones tiene para todos nosotros como usuarios en confinamiento? Lo abordamos en este capítulo de Entre Líneas.

La privacidad de los datos pudiera ser un simple eufemismo de las corporaciones para continuar avivando el mercantilismo digital, y equilibrar la balanza de Silicon Valley, el epicentro de las Big Tech estadounidenses que estuvieron en la mira por parte del expresidente Donald Trump, pero que con la incipiente administración Joe Biden, esperan seguir retomando el rumbo de su neoliberalismo y neocolonización en nuevos territorios, alimentados por los algoritmos de la inteligencia artificial, y que serán determinantes dentro de la llamada “Cuarta Revolución Industrial”.

En tiempos donde la interconexión se ha convertido vital para los usuarios y usuarias, garantizar la privacidad y empleo ético de nuestros datos, se ha tornado en un desafío para las empresas, llevando la diversidad de nuestros pensamientos a otro estadio y fomentando una censura selectiva y condicionada por las políticas de los imperios tecnológicos, consecuencias de seguir online, ya que lo que en principio era gratuito, ahora estamos sujetos a la invasión de la publicidad en línea, los bots y algoritmos al servicio de Mark Zuckerberg, Jeff Bezos, Bill Gates y otro magnate tecnológico.

La «minería de datos» representa una nueva forma de extractivismo que responde a una lógica neocolonizadora, cuyas implicaciones la mayoría de gobiernos, especialmente en los países del sur, desconocen o se sienten impotentes para prevenirlas. Los entornos digitales y la economía han volcado su atención en los datos personales de los usuarios y usuarias, al punto de que se ha constituido en la materia prima que estas multinacionales. Hemos pasado del capitalismo financiero al capitalismo tecnológico a tan solo un click.

(LaIguana.TV)