¿Ustedes saben que no hay vacunas para todos y todas? O, mejor dicho, sí las hay, pero el 10% de los países del mundo se están quedando con casi el 100% de las vacunas. Países como Canadá, por ejemplo, podrían vacunar tres o cuatro veces al mismo ciudadano, mientras la mayoría de las otras naciones, especialmente los del sur del planeta, no tienen vacunas. 

Este problema, reflejo de la tremenda inequidad global ante una pandemia que afecta a toda la humanidad, fue el punto de partida de la emisión de Desde Donde Sea el martes 23 de febrero. 

Con una mirada desde su área de especialidad, la Filosofía, Miguel Ángel Pérez Pirela abrió sus reflexiones señalando que “la pandemia, contrario a o que se pensaba, no ha sacado precisamente el lado más solidario, altruista y ético de los seres humanos, sino que en esta ‘situación límite’, como la llamaba el psiquiatra y filósofo Karl Jasper, el hombre se ha convertido en el lobo del hombre, como, a su vez, decía el también filósofo Thomas Hobbes. “Y ni siquiera podríamos compararla con la conducta de los lobos, porque los biólogos dicen que estos avanzan en grupos, mientras los seres humanos, al parecer, no tienen ese don. Se equivocaba incluso el gran Aristóteles al definirnos como zoon politikon, animales políticos. Somos animales, pero no políticos”.  

Vacunatorios VIP en Argentina

Las desigualdades en el tema sanitario son de escala universal, pero tienen algunas expresiones locales. Por ejemplo, en Argentina estalló una polémica sobre lo que se ha llamado los “vacunatorios VIP”, es decir, el acceso privilegiado a las vacunas para “personas muy importantes”.  

Pérez Pirela leyó un reporte periodístico en el que se informa que “al menos 70 políticos y personalidades públicas de Argentina recibieron la vacunación antes que médicos de primera línea y adultos mayores. La polémica provocó la renuncia del ministro de Salud, Ginés González García. 

Según reseña la cadena rusa RT, el concepto de “vacunatorio VIP” comenzó a resonar en los principales medios locales del país, luego de comprobarse que el ya exministro González García proveía de inyecciones a un círculo íntimo de personas en organismos públicos, sin respetar la modalidad de los turnos como el resto de la población. 

La respuesta del presidente argentino, Alberto Fernández, fue que “se van a tener que ir los que tengan que irse porque yo nunca promoví ni avalé nada de eso”. 

En la lista de las 70 personas figura el propio presidente Fernández, su ministro de Economía, Martín Guzmán, otros políticos, empresarios y periodistas. Pero está claro que Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández, ambos mayores de 60 años, fueron de los primeros en recibir la vacuna Sputnik V y lo hicieron ante las cámaras para transmitir confianza a una población afectada por una intensa campaña de los grandes medios de comunicación en contra de la vacuna rusa.  

«Yo me la puse porque los medios argentinos decían que no se podía vacunar con la vacuna rusa, tuve que convocar a la confianza ciudadana», ha reiterado Fernández, quien se encuentra en México y ofreció declaraciones junto a su homólogo, Andrés Manuel López Obrador. 

“La campaña que los medios privados y sectores políticos de la derecha argentina hicieron contra la vacuna rusa fue algo sin precedentes. Pero lo que resultó hasta gracioso es que cuando la revista científica británica The Lancet la certificó, muchos de esos medios de comunicación, que estaban siendo pagados para hablar mal de la vacuna rusa, huyeron hacia adelante y empezaron a hablar a favor”, comentó Pérez Pirela. 

En Argentina comenzó la vacunación para el personal sanitario y para los adultos mayores de 70 años en la provincia de Buenos Aires y más de 80 en la capital propiamente. La polémica estalló cuando el periodista Horacio Verbitsky, de 79 años, reveló que había sido vacunado gracias a que había llamado a su amigo, el ministro de Salud. 

“Para quienes digan que esto ocurre por tratarse de latinoamericanos, les respondo que no, que esto ya se había oído con respecto a España. Santos obispos españoles, decidieron en nombre de Dios todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, vacunarse antes que sus feligreses. Incluso se dio el caso de uno de esos obispos se inyectó la primera dosis y el escándalo fue tal que cuando acudió para la segunda, estaban todos los medios de comunicación esperándolo. No se la puso públicamente, pero tal vez lo hizo en la privacidad del confesionario”, acotó el presentador. 

Pérez Pirela expresó que en su opinión, hay que vacunar prioritariamente a la gente que está en la primera línea de combate contra la pandemia, es decir, el personal sanitario. “Hay personas, que también tienen familia, padres, madres, abuelas, abuelos, parejas, hijos e hijas, y que están todos los santos días arriesgando su vida. Esos son los que tienen que pasar primero”. 

México da primeros pasos

En su rueda de prensa conjunta con Alberto Fernández, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, habló de su plan de vacunación. Dijo que la buena relación entre ambos países permitió avanzar en la campaña. En el gobierno mexicano vieron cómo se estaba iniciando el proceso en Argentina, llamaron, triangularon y así se sumaron a la inmunización con la Sputnik V. 

“Me gusta esa forma de hacer política porque recuerda la de los tiempos de Chávez, Lula, Kirchner, Evo y Correa –acotó Pérez Pirela-. Con una llamada articulaban y resolvían problemas comunes sin mucha burocracia”. 

México adquirió 24 millones de dosis para vacunar a 12 millones de personas, comenzando por adultos mayores que viven en las alcaldías capitalinas de Xochimilco, Tláhuac e Iztacalco. 

El gobierno mexicano criticó que hasta el momento no se haya recibido una sola vacuna del programa Covax, impulsado por la Organización de las Naciones Unidas para garantizar el acceso de países en desarrollo al medicamento. 

Turismo de vacunas

En su panorámica del tema de las vacunas y las desigualdades que genera, mencionó el fenómeno que se está presentando en varios estados de EEUU, cuyas autoridades lo han visto como una amenaza: el turismo de vacunas.  

Florida, California, Nueva York y Texas son algunos de los estados que han comenzado a tomar medidas para evitar que viajeros, ya sea de otros partes del país o extranjeros, consigan las limitadas dosis de inmunización. 

En Illinois  se vacunó a unas 14 mil personas de otros estados. En Nueva York recientemente se vacunaron 59 mil personas no residentes y, en Washington, hasta 22 mil 150. 

La mayor muestra de la inequidad se encuentra en Canadá, país que ha adquirido vacunas suficientes para inmunizar hasta cinco veces a cada habitante. “Yo pregunto: ¿esto es ser planificador o ser inmoral?”, planteó el moderador. 

El clamor de la OMS 

Para profundizar en el tema del desequilibrio global en la atención a la pandemia, citó otros informes en los que se señala que “la inequidad es una suerte de talón de Aquiles para el avance la inmunización. El peligro es que se repita lo ocurrido en 2009, cuando las vacunas contra la gripe AH1N1 no lograron llegar a los países más pobres sino hasta mucho después de que terminara la crisis”.  

Las referidas notas intentan infundir esperanza cuando señalan que “aunque ya han sido reportados casos de priorización de distribución de vacunas a grupos que no están en la primera línea de riesgo, la Organización Mundial de la Salud insistió en que todavía están a tiempo de revertir esta tendencia”. 

Bajo la óptica de Pérez Pirela, la pregunta que es necesario hacerse es si los países del norte imperialista, capitalista, neoliberal están realmente interesados en revertir dicha tendencia.  

“Yo creo que no. Todo indica que no se han dado cuenta de que en una pandemia, si no nos salvamos todos, no se salva ninguno. Porque se puede vacunar a todo el país, pero eso no va a servir de nada –subrayó-. La OMS clamó para que en los tres primeros meses de 2021 sean enfocados los esfuerzos en la inmunización de los ancianos y los trabajadores sanitarios en la totalidad de las naciones. Pero, ¿de verdad creemos que van a ser tan altruistas para distribuir en forma equitativa?”.

Nacionalismo de vacunas

El cuadro de inequidad es tan grave que el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, de acuerdo a despacho de las agencias internacionales de noticias, ha denunciado la falta de solidaridad en la distribución de vacunas contra la Covid-19 y la explosión de desigualdad que se está produciendo durante la pandemia, problemas ante los que exigió acciones urgentes. 

Guterres recalcó, el “nacionalismo con las vacunas” que se está viendo no es sólo un “fracaso moral”, sino también económico, pues sin apoyo a los países en desarrollo la crisis costará billones de dólares a la economía mundial, en buena parte a la de las naciones más ricas. “En otras palabra es darse un tiro en el pie”, puntualizó el conductor de Desde Donde Sea. 

Los datos gruesos revelan la magnitud de la desigualdad. En total, 39 millones de dosis han sido distribuidas en solo 49 países en los que se ha inmunizado a 0,5% de los habitantes mundiales. “¡Nada!”, exclamó Pérez Pirela. 

El ranking de naciones que más vacunas han conseguido aplicar está liderado por Estados Unidos, con 12 millones; China, con 10 millones; Reino Unido, con 4,3 millones; e Israel, con 2,4 millones.  

“Además del acaparamiento por parte de las grandes potencias, debemos considerar las dificultades particulares de países como Venezuela, sometidos a la inmoralidad de un bloqueo en medio de la pandemia, y que en consecuencia deben ingeniárselas para tener acceso a las vacunas”, apuntó. 

Entre otras dificultades, Venezuela se ha visto impedida, por el bloqueo y las medidas coercitivas unilaterales, de realizar los pagos a la Organización Panamericana de la Salud (unos 18 millones de dólares) para tener acceso al programa Covax. 

“Venezuela compitió con otras 90 naciones por la vacuna rusa Sputnik V, para lo que invirtió 200 millones de dólares y está recurriendo a países aliados como China y Cuba, que también están produciendo vacunas. El Ministerio de Salud aspira a vacunar este año a 70% de la población para alcanzar la inmunidad de rebaño”, indicó un parte de prensa. 

Pérez Pirela celebró el anuncio de que en su natal Maracaibo se evitarán los recurrentes cortes eléctricos para preservar las vacunas recibidas de manos del gobierno nacional.  

Recalcó que con este tipo de materiales sanitario no se trata solo de inventar, producir y distribuir, sino también se deben tomar las medidas para mantener las vacunas refrigeradas y preservadas. 

“Son muchos factores, pues también es necesario que los ciudadanos quieran ponérsela; que los países puedan comprarla y que otros países productores puedan venderla. Es todo muy difícil, aunque muchos estén aferrándose a la idea de que se trata de algo ya hecho, que el inicio de la vacunación marca el fin de la pandemia”. 

La lenta burocracia

A las desigualdades estructurales derivadas del modelo hegemónico capitalista se suman los lentos procedimientos de la burocracia internacional. Así, el presidente del Banco Europeo de Inversiones, Werner Hoyer, reconoció públicamente que lo que está ocurriendo con la distribución de las vacunas más allá de las fronteras de los países ricos no es solo una cuestión ética sino de estabilidad en todo el mundo. 

En respuesta a la Comisión Europea, Hoyer dijo que se está explorando un nuevo mecanismo para compartir el acceso a algunas de las 2 mil 300 millones de dosis de vacuna que la UE ha asegurado para sí.  

“Qué ironía: los científicos inventan y producen la vacuna en poco tiempo, y luego llegan los burócratas de la Unión Europea a decir frases como que ‘exploran un nuevo mecanismo para ayudar a los países fuera de la Unión’. Es impresionante”, aseveró Pérez Pirela.  

Los olvidados de la Tierra

Dedicó un segmento del programa a hablar acerca de las perspectivas de vacunación en países de los cuales nadie habla, los que están sumidos en conflictos bélicos o en la inestabilidad política, los que son víctimas de la indiferencia de la comunidad internacional. 

Entre estos destacó a Palestina, reseñando que Israel ha enviado dosis a sus asentamientos ilegales ubicados a cientos de kilómetros, mientras se niega a permitir la vacunación a 2,7 millones de palestinos.  

“Israel condena a Palestina a no vacunarse. ¿Esto no se puede llamar holocausto?”, interrogó.  

Un aspecto de la misma injusticia: en el sistema penitenciario israelí se prohibió vacunar a los presos palestinos. 

Otro país con gravísimas dificultades adicionales a la pandemia es Yemen, donde se estima que las vacunas llegarán en el mejor de los casos en abril o mayo y solo cubrirán 20% de la población, en medio de la fragmentación territorial y política que padece esta nación, donde occidente ha inyectado una guerra fratricida. 

Países pobres de Asia, Latinoamérica y Medio Oriente, se enfrentan a retos como infraestructuras sanitarias deficientes, carreteras en mal estado e intermitencias del servicio eléctrico, que obstaculizan el traslado y preservación de las vacunas. “Uno de estos casos es el Haití, el país más pobre del hemisferio occidental por obra y gracia de los franceses, dicho sea de paso, que no les perdonado a los haitianos la humillación de que echaron a patadas al poderoso ejército francés en a comienzos del siglo XIX. Las autoridades de Haití no han ni siquiera anunciado un plan de vacunación. El pueblo haitiano no tiene ni esperanza de ser vacunado”, aseguró.  

Concluyó Pérez Pirela reiterando que existe una grandísima hipocresía mundial, una situación en la que los países ricos no hacen ningún esfuerzo por ayudar y solo acaparan las vacunas. “¿Qué se puede esperar de ellos, si en 2020 se pelearon entre sí por cargamentos de mascarillas”, se preguntó. 

(LaIguana.TV)