El jefe del programa económico de Henri Falcón, el economista Francisco Rodríguez, aseguró que la propuesta de dolarización es solo un componente de un complejo plan para un gobierno de transición y unidad nacional.

 

Según el experto, quien fue asesor económico de la Asamblea Nacional a principios del gobierno del comandante Hugo Chávez y posteriormente trabajó en organismos internacionales, en el Bank of America y en Torino Capital, en la gestión de Falcón no se suprimirá ninguno de los programas sociales (misiones) de la Revolución hasta tanto no se les pueda sustituir “por algo mejor”.

 

En entrevista exclusiva para LaIguana.TV, Rodríguez (Caracas, 1970) fue tajante al afirmar que lo que sí se eliminará de inmediato será el petro porque “es dinero de mentira”.

 

A continuación, una versión del diálogo sostenido por el economista graduado en la Universidad Católica Andrés Bello y posgraduado en la Universidad de Harvard, con el periodista Clodovaldo Hernández:

 

 -¿Cómo ha sido recibida la propuesta de dolarización de la economía? ¿Ha germinado la idea?

 

-Sí, sí, han sido días muy interesantes, de trabajo muy arduo. Trabajamos con todos los equipos del programa de gobierno que presentamos hace pocos días, llamado la Gran Transformación de Venezuela, donde especificamos nuestro proyecto de país, cómo es que vamos a construir la Venezuela del futuro, la Venezuela que funciona, que produce, la Venezuela solidaria. Son muchos planteamientos de cómo recuperar la producción petrolera, el agro, de cómo tener programas sociales que de verdad le lleguen a la gente, cómo resolver el problema fiscal. Una parte de ese programa, un engranaje, es la dolarización. La idea de la dolarización es que podamos tener una economía que funcione con estabilidad macroeconómica, donde no tengamos esta situación de precios que aumentan todos los días   y el salario no le alcanza a nadie. Eso lo vamos a lograr a través de tener una moneda estable para tener nuestros ahorros, para ganar salarios estables. Los invito a que vayan a la página web henrifalcon.com, se dirijan a la sección del Programa de gobierno para que lo descarguen y vean todos nuestros cálculos sobre la incidencia presupuestaria de  cómo pensamos hacer el proceso de dolarización, cambiar todos los bolívares en circulación y arrancar con un salario mínimo integral de 75 dólares que irá subiendo paulatinamente a lo largo del gobierno, de modo que para el cuarto año esté en 300 dólares, que es un nivel más cercano a la norma de América Latina. Este es un plan esencialmente para parar en seco la hiperinflación, que es lo que está destruyendo el poder adquisitivo del salario de los venezolanos y así devolverle a la gente la capacidad de ganar un salario que les permita vivir una vida digna.

 

-Quienes cuestionan la dolarización afirman que esto significaría la pérdida completa de la soberanía en materia monetaria, la eliminación del Banco Central de Venezuela. ¿Qué responde a eso?

 

-Primero que todo, el Banco Central no se elimina. Es una institución fundamental que sigue cumpliendo roles muy importantes. Ecuador es una economía dolarizada que tiene su banco central. No se pierde la política monetaria. Lo que se pierde es la capacidad de imprimir dinero, pero tú puedes hacer política monetaria con dólares, con las reservas internacionales, inyectándoselas a la economía cuando necesite más liquidez y sustrayéndolas cuando la economía se esté recalentando. La política cambiaria es la que, lamentablemente, en Venezuela no se ha usado bien, sino que ha generado sobrevaluaciones, controles de cambio, captura de la renta, de la asignación de divisas por parte de grupos de interés, la desviación hacia la corrupción. Entonces, al perder el uso de la política cambiaria no perdemos tanto porque es una política que no se ha sabido utilizar bien. Pero, ciertamente, todo en la economía tiene costos y beneficios. El beneficio de la dolarización es que nos permite parar en seco la hiperinflación, detener el proceso que se está comiendo el salario de la gente y podemos empezar a pagar salarios dignos. Por ejemplo, hemos publicado nuestro tabulador de sueldos para la administración pública (en mis redes sociales @frrodriguezc) Allí podrán ver cómo los sueldos irán desde 75 dólares para un bachiller 1 grupo 1, hasta 198 dólares para un profesional universitario 3 grupo 7. Hemos publicado también escalas para maestros y profesores universitarios. Vamos a seguir presentando los sueldos para otros grupos. Nuestro compromiso es levantar el poder adquisitivo de la gente. Allí  se centra nuestra discusión con los economistas del gobierno: ellos dicen que la dolarización implica pérdida de soberanía, y yo les respondo que la soberanía reside en la capacidad de la gente para vivir una vida digna. Si la gente no tiene suficiente dinero para llevar alimentación a sus hijos, si los muchachos tienen que irse a otro país a ganar dólares y sostener a sus familias aquí, si las madres ven enfermar a sus hijos y no pueden conseguir medicinas, ese no es un pueblo soberano. Un pueblo soberano es un pueblo sano, alimentado, que tiene capacidad de vivir una vida digna. Ahí reside la soberanía. Con hambre no hay soberanía.

 

-¿Ese programa puede resolver el problema estructural de la economía venezolana, después de 35 años del Viernes Negro, de devaluaciones, controles de cambio y fuga de capitales?

 

-Sí, por eso es que nuestro planteamiento es estructural. Estamos planteando la Gran Transformación de Venezuela, la Venezuela que funciona, que produce, que es solidaria. Queremos convertir la economía no solo en estable, sino capaz de generar progreso con inclusión, con equidad, con niveles de vida dignos. Por eso insisto en que si bien la dolarización es importante, no es la única medida. Estamos planteando una Ley de Responsabilidad Fiscal que impedirá que el gobierno tenga déficit fiscales para financiar gasto corriente. El gasto corriente tiene que ser financiado con ingresos corrientes. De lo contrario, el país termina endeudado o sobreendeudado. Vamos a tener límites a la tributación petrolera ¿Por qué? Porque durante los últimos años se le han quitado demasiados recursos a PDVSA, no se le ha dejado invertir, y por eso tenemos una caída en la producción. También vamos hacia la reestructuración de la deuda externa porque en estos momentos no podemos pagar esos niveles. Tenemos una deuda externa que es el 79% de nuestras exportaciones y la producción petrolera viene cayendo hasta 1,3 millones de barriles diarios durante el gobierno del presidente Maduro. Eso representa una pérdida de 27 mil millones de dólares en ingresos que se dejaron de percibir, casi mil dólares por cada venezolano. Eso hay que cambiarlo, hay que corregirlo. Para eso es necesaria una transformación estructural desde la economía, desde el petróleo, desde la agricultura hasta el sistema monetario y hasta la educación y los mismos valores. La idea de este proyecto es unir a los venezolanos. Estamos planteando una serie de soluciones  que requieren la unión. Nosotros llevamos demasiado tiempo desunidos, divididos. Estas peleas entre sectores políticos lo que le hacen es daño a nuestro país. Necesitamos unirnos para poder avanzar, para que la Venezuela que todos queremos la podamos hacer realidad.

 

-¿Cómo se compara este programa con los planes de ajuste neoliberales? ¿Se parece al Gran Viraje de 1989 o a la Agenda Venezuela de 1996?

 

-No, no, para nada. Hay una diferencia fundamental y es que esos fueron planes recesivos y nosotros estamos planteando la posibilidad de un plan expansivo para la economía venezolana. Esto habla de una profunda diferencia que yo tengo con economistas no del gobierno, sino de otros sectores más conservadores, más de derecha. He tenido discusiones bastante fuertes, aunque académicas, con el profesor Ricardo Haussmann justamente por este tema. Lo que propone el profesor Haussmann, que es un esquema sin dolarización, terminaría siendo un esquema recesivo porque si no se cambia de moneda, la forma de restablecer la credibilidad es teniendo una política monetaria muy contractiva, subiendo tasas de interés, que fue lo que ellos hicieron en el 89 (Haussmann fue parte del gabinete económico de Carlos Andrés Pérez en su segundo gobierno) y provocando una gran contracción de la economía. Nuestra discusión con ellos es que ya no se les puede pedir más sacrificios a los venezolanos. El salario real de los venezolanos ha caído en 95%. Eso significa que lo que se compraba con un salario mínimo, ahora requiere 20 salarios mínimos para comprarlo. Eso ha pasado desde 2013, durante los años de gobierno del presidente Maduro. Entonces, no podemos plantearnos un programa que genere más recesión, un ajuste contractivo. Por eso es que nuestro plan de dolarización es profundamente democrático. Hemos presentado los cálculos y demostramos que se puede intercambiar por dólares todos los bolívares que están en circulación y los depósitos de la gente, a una tasa de cambio bastante por debajo del mercado libre, con menos de 3 mil millones de dólares. Lo que estamos planteando es darle a la gente dinero de verdad para que se preserve el poder adquisitivo de su salario. Este no es un programa económico de derecho. Es un programa profundamente democrático. Queremos democratizar el uso de las divisas, no mantenerlo en manos del Estado, dejar que la gente tenga acceso a los dólares. Por eso es que ha generado críticas tanto de la izquierda como de la derecha. Ese es nuestro planteamiento. Nosotros no somos ni de izquierda ni de derecha, somos demócratas que creemos en el progreso, en la inclusión y en la transformación de Venezuela.

 

-¿Cómo quedan en un gobierno de esas características los programas sociales que han desarrollado los gobiernos del comandante Chávez y del presidente Maduro, como la Gran Misión Vivienda Venezuela o los CLAP? 

 

-Aquí ha habido avances muy importantes en términos de programas sociales, tanto durante el gobierno del presidente Chávez como durante este gobierno, por ejemplo en el tema de la vivienda. No hay por qué no reconocerlo. Sin embargo, hay problemas con dónde se ponen estas viviendas, las estructuras físicas, los servicios públicos, el hacinamiento. Esos problemas nosotros tenemos que resolverlos. Para eso tenemos una política. En el programa hay una sección sobre las ciudades, sobre desarrollo urbano, sobre cómo vamos a transformar los barrios. Es un programa escrito por una excelente profesional, la urbanista Josefina Baldó, quien fue presidenta del Consejo Nacional de la Vivienda justo a principios del gobierno de Chávez. Ella es la persona que ha hecho el programa de fortalecimiento de barrios más exitoso de Venezuela. Ha sido muy bueno que se hayan podido construir viviendas y que la gente haya tenido acceso a ellas. Pensamos que esas viviendas deben estar dotadas con mejores servicios públicos, con un mejor mantenimiento, que debe haber contraloría sobre la construcción de esas viviendas porque ha habido casos de deficiencias estructurales muy fuertes. Pero, al mismo tiempo, creemos que no es necesario sacar a la gente de su hábitat. Puedes tener mejoras en términos de rehabilitación de los mismos barrios que implican mejoras en la calidad de vida de la gente sin que tenga que mudarse para un lugar donde no hay la actividad económica apropiada para esas personas, y se les evita que atraviesen ese proceso traumático de la integración a comunidades que no están naturalmente acopladas. Uso esto como ejemplo porque lo que pretendemos es hacer la transición de los programas existentes a programas mejores.  Pero hay una garantía, un compromiso que estamos asumiendo: no vamos a eliminar ningún programa hasta que no podamos sustituirlos por algo mejor. Todas las conquistas han de ser preservadas. Todo lo que le sirve a la gente, será mejorado y lo que no le sirve a la gente será cambiado.

 

-¿Es posible desarrollar política sociales teniendo una dependencia directa del dólar como moneda?

 

-Claro que sí, claro que sí. Hay una gran visión de que si tienes control de tu política monetaria, entonces puedes gastar más en vivienda. Eso es erróneo porque las viviendas no se construyen con bolívares, sino con cabilas y cemento. Hay una serie de insumos necesarios para la construcción que se deben producir en la nación o importarlos. Pero incluso cuando los produces en la nación, requieren de maquinarias y otra serie de cosas que se compran con dólares. Entonces, sin dólares no se puede producir. Si tratas de producir sin dólares lo que terminas haciendo es imprimir más bolívares y tienes lo que tenemos ahora: una hiperinflación, precios que se duplican y triplican todos los meses, poder adquisitivo destruido. Esos problemas son causados porque el gobierno no entiende que la forma de construir viviendas no es imprimir dinero. Eso es quitarles plata a los más pobres para tratar de construir viviendas, pero no vas a poder construirlas porque ese dinero no te va a dar las cabillas ni el cemento que necesitas. 

 

Rodríguez señaló que uno de los sectores afectados por el empeño del gobierno de imprimir más dinero es de los empleados públicos. Aprovechó la ocasión para acotar que  les han hecho llegar  la garantía de que no van a despedir ni a uno. “Ese es un compromiso. Necesitamos a todos los empleados públicos para transformar este país. Van a ser nuestros principales aliados en eso”, dijo.

 

-En un hipotético gobierno de Henri Falcón ¿quedaría eliminado el petro? 

 

-Totalmente eliminado. Lamentablemente, y esto lo digo con toda la responsabilidad del caso, el petro es una mentira. El petro no tiene respaldo. El gobierno dice que está respaldado por un bloque petrolero, pero la verdad es que de allí no han podido sacar ni un barril de petróleo. Es algo totalmente simbólico. Las páginas de internet calificadas que hacen la evaluación de las criptomonedas a nivel mundial, lamentablemente, dicho por personas expertas, han calificado al petro como una estafa. El problema es que el gobierno está vendiendo el petro. Lo está vendiendo en dólares porque no puede comprarse en bolívares, fíjate qué paradoja, porque el gobierno quiere recoger dólares con el petro. El petro no ha sido aprobado por la Asamblea Nacional, que tiene la potestad de aprobar todo el endeudamiento y, por lo tanto, no es reconocido internacionalmente. No se puede usar para comprar bienes afuera. Nosotros lo que proponemos es que la gente pueda tener sus ingresos y sus ahorros en dinero de verdad. No en dinero de mentira y el petro es dinero de mentira. La gente ya está cansada de que le mientan.

 

El entrevistado lamentó que el presidente Maduro haya afirmado que la propuesta de dolarización es inconstitucional al tiempo que postula el petro. Refutó esa tesis diciendo que la dolarización se basa en los artículos 112 y 115 que establecen los principios de libertad económica. “Lo que estamos planteando es que el venezolano podrá cambiar sus cuentas de bolívares a dólares, a una tasa de conversión que vamos a establecer, y puede cambiar su contrato laboral de bolívares a dólares. No estamos obligando a nadie a hacer nada. Lo que no entiendo es que el presidente diga que la dolarización es inconstitucional, pero que le va a pagar a la gente en petros… Explíqueme usted o su equipo económico, que sin querer ser antipático no sé quiénes lo forman, ¿dónde aparece el petro en la Constitución?”

 

-En el supuesto de que Falcón gané las elecciones, ¿qué responsabilidad o cargo debería tener Francisco Rodríguez para empezar a aplicar este programa económico? ¿Sería ministro de Economía, presidente del Banco Central, vicepresidente ejecutivo de la República…?

 

-Esa va a ser una decisión del presidente, que además se tomará en el contexto de un gobierno de unidad nacional. El candidato Henri Falcón ha llamado constantemente a un gobierno de unidad nacional. No es un gobierno para que un grupo capture el poder, sino un gobierno de transición que llamará a todos los sectores del país a unirse en el esfuerzo de transformar a Venezuela. Dentro de esa composición, donde habrá muchos sectores involucrados, habrá que conversar, tendrán que haber acuerdos. Me siento satisfecho con haber cumplido la función de presentarle al país este proyecto de Gran transformación de Venezuela. Si me toca asumir otras responsabilidades, y creo que puedo seguir ayudando al país, lo haré.

 

-Veamos otro escenario: Maduro es reelecto y lo llama a usted para que se incorpore a su equipo de gobierno. ¿Aceptaría?

 

-Para ser justos, habría que hablar de tres escenarios. En este momento en las encuestas, Henri Falcón está 15 puntos por encima de Maduro, y Maduro está apenas 5 puntos por encima de (Javier) Bertucci. O sea, que Bertucci está alcanzando a Maduro, quien está muy mal, la gente no lo quiere. Entonces, habría que analizar ese escenario tanto con Maduro como con Bertucci. Henri Falcón va a ganar las elecciones, pero ahora le veo más chance a Bertucci que a Maduro. La gente no quiere a Maduro. Este es un país en hiperinflación, donde el salario real se ha desplomado. Yo quiero saber cuánta gente hay en este país que el día 20 de mayo piensa salir entusiastamente a decir que quiere vivir seis años más de Maduro. Para mí, ese supuesto es negado. No veo eso pasando, no veo a los  venezolanos votando para reelegir a Maduro. Ahora, el problema del presidente Maduro es que no puede manejar este país. Lo digo con el reconocimiento de ver a un hombre que lo ha intentado y que es sincero, pero el gobierno le ha quedado grande. No ha podido con los grandes problemas del país. Entonces, a mí me preocuparía mucho, en un escenario como ese que, insisto, yo descarto (la reelección) sumarme a un esfuerzo liderizado por una persona que no ha tenido la capacidad básica de enfrentar estos problemas.  Él sabía qué era lo que tenía que hacer, mucha gente se lo dijo. Entonces, después de haber visto a Maduro haciendo eso durante los últimos seis años, no puedo visibilizar un escenario en el que él sea capaz de liderizar el cambio de la economía. No creo que debamos sumar nuestros esfuerzos a algo que está destinado a fracasar.

 

Rodríguez criticó también el tono del presidente en la campaña electoral. “No estamos viendo a un estadista del lado del gobierno, aceptando ideas, discutiéndolas. Lamentablemente el presidente ha caído de nuevo en esto: agrede, insulta, nos llama traidores a aquellos que proponemos soluciones para mejorar la calidad de vida de los venezolanos. Es lamentable porque sé que hay mucha gente que quiso que el proyecto del chavismo funcionase y sé que mucha gente se sintió y sigue sintiéndose identificada con este proyecto, pero bajo la conducción de Nicolás Maduro, esto fracasó. Le quedó grande el gobierno. Lo responsable para él en estos momentos, frente a la nación, sería declinar su candidatura, no pedirle a los venezolanos que lo reelijan cuando ya probó que es incapaz de resolver los problemas del país”.

 

(Clodovaldo Hernández)

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