Unos forman parte activa de la institucionalidad y las negociaciones. Otros aparecen como nuevos actores políticos que pujan por el protagonismo. Los de siempre dicen desconocer el poder constituido y sus acciones. Y es que, en el proceso de designación de las autoridades electorales que se desarrolla actualmente, una vez más la oposición muestra sus fracturas.

El pasado jueves, el Comité de Postulaciones Electorales (CPE) hizo pública la lista de 75 preseleccionados y preseleccionadas, quienes aún deberán pasar por un segundo filtro para, finalmente, conformar una oferta de 45 candidatos, de los cuales 27 corresponderán a los postulados por las organizaciones sociales, nueve por las universidades y nueve por el Poder Ciudadano. De este grupo, la plenaria de la Asamblea Nacional deberá escoger a los cinco rectores o rectoras que conformarán el Consejo Nacional Electoral (CNE), así como a sus 10 suplentes.

¿Cómo se mueven las oposiciones en este proceso? Veamos.

Las que están en el mero centro del proceso

La oposición que ganó diputados en el proceso electoral de diciembre pasado -La AD de Bernabé Gutiérrez, Avanzada Progresista, Primero Venezuela, Venezuela Unida, Cambiemos, Voluntad Popular Activistas y Copei- disfruta, en estos momentos, de la ganancia política lograda en sus acuerdos con el chavismo, pues ejerce la vicepresidencia del CPE y tiene cinco de los 21 puestos de esa instancia. Ello a pesar de que su presencia en la Asamblea Nacional (AN) apenas representa 8% del total de los legisladores.

Además, forma parte de la Comisión Especial para el Diálogo, la Paz y la Reconciliación Nacional de la AN, en la que también tiene la vicepresidencia. Esta es una instancia de negociación política en cuya agenda se encuentra la designación de las autoridades electorales.

Es precisamente en este espacio al que se incorporaron recientemente otros partidos que no ganaron curules en las pasadas elecciones, como el MAS y Soluciones, y en el cual pueden exponer sus criterios sobre el tema electoral.

En estas posiciones, este sector opositor tiene una opción real de incidir en la conformación del CNE, independientemente de su fuerza política real, pues su peso en esta negociación está relacionado con su política de participación activa en la estabilización del país.

Por eso no pueden extrañar las expectativas de varios de los rectores actuales, quienes fueron designados temporalmente el año pasado y cuyos nombramientos fueron precisamente el resultado de los acuerdos de la Mesa de Diálogo Nacional, instalada en el 2019. Tal es el caso, por ejemplo, del vicepresidente del CNE, Leonardo Morales.

Las nuevas apariciones

Si algo llama la atención en este proceso de designación de las autoridades electorales es la aparición de un nuevo actor político opositor, El Foro Cívico Nacional, una plataforma de organizaciones civiles, lanzada públicamente en febrero pasado, aunque tiene su origen en otra plataforma, Diálogo Social, con actividad por lo menos desde el año 2018.

En esta coalición participan organizaciones empresariales como Sinergia, grupos de observación electoral y también movimientos sindicales como la Federación de Trabajadores de la Salud. En su declaración inicial se mostraron partidarios de crear condiciones para un acuerdo político nacional y eso pasa por “aprovechar” la designación de las autoridades electorales.

El Foro ha sido activo en sus actividades de participación y presión pública en ese sentido. Postuló y logró incorporar a dos miembros en el CPE. Por lo menos así se lo dijo Griselda Colina al periodista Vladimir Villegas el pasado jueves. Además de integrante, Colina forma parte de la lista de 15 postuladas y postulados por esta coalición.

Pero las cosas no quedan allí. Desde principios de marzo, el Foro mantiene una fuerte promoción pública de sus candidatos y candidatas a rectores y rectoras electorales, de quienes aseguran son profesionales probos con experiencia electoral y sin militancia partidista. Pero entre ellos se incluyen, por ejemplo, al informático Roberto Picón y el periodista Eugenio Martínez. El primero fue auditor electoral de la MUD y coordinó la mesa técnica electoral de la campaña de Henrique Capriles. El segundo participó activamente en foros promovidos por el supuesto gobierno interino de Juan Guaidó hasta que diferencias por la organización de la llamada consulta popular de 2020 lo separaran de ese sector. Aunque ciertamente son conocedores de la materia electoral y no se les conoce afiliaciones partidistas, ambos son conocidos por su activismo opositor y seguidores de las líneas de los partidos del sector extremista.

¿Refrescamiento del liderazgo opositor extremista? Posiblemente, pues la estrategia del Foro Cívico podría estar dirigida en dos sentidos. Por un lado, posicionar una referencia política nueva, fresca, capaz y, sobre todo, alejada de los fracasos de los partidos de la oposición extremista. Por el otro, darle mayor preminencia a unas vocerías “expertas” que, eventualmente, tendrían la tarea de atacar las actuaciones de un CNE que no tenga su presencia.

No se conoce si los representantes del Foro Cívico están participando en las negociaciones para la conformación del CNE, pero la totalidad de sus candidatos y candidatas están entre los 75 preseleccionados.

Los aliados de dentro y fuera

La alta comisionada de derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet, también se apuntó en los movimientos opositores en torno a la designación de las autoridades electorales.

Al final de su reporte, en el que habló de “crecientes signos de reducción del espacio cívico”, Bachelet señaló que “el nombramiento del próximo Consejo Electoral Nacional es una prueba para la credibilidad de las próximas elecciones” y apoyó la realización de un “diálogo inclusivo”. Su declaración desconoció abiertamente la intensa actividad de la Comisión para el Diálogo de la AN, cuya agenda de encuentros se ha centrado precisamente en la inclusión de casi todos los sectores de la oposición, incluidos los extremistas que se negaron a participar abiertamente pero con quienes la comisión mantiene negociaciones.

Su aseveración sobre la “prueba de credibilidad” podría dar fuerza aparente a señalamientos de medios opositores y organizaciones como Súmate que, desde el jueves, iniciaron una campaña de descalificación de este proceso, al asegurar que 53% de los postulados y las postuladas son militantes del PSUV y que la candidatura del actual Contralor General sería inconstitucional por violar la independencia de los poderes públicos.

La verdad es que más allá de la falta de tacto político que representa una postulación como la del Contralor, su decisión personal no representa ninguna ilegalidad ni compromete la independencia del Poder Electoral.

Por otro lado, ciertamente la Constitución prohíbe la vinculación de las autoridades electorales a partidos políticos. No se refiere la carta magna a restricciones del libre pensamiento ni a las experiencias partidistas, pasadas y futuras, de las autoridades sino a la previsión de que, para el momento de ejercer sus responsabilidades, deben estar en pleno ejercicio de su independencia. Para saber más sobre la designación del CNE puede revisar la nota sobre este tema.

Los que dicen que no están pero sí

El presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez ha sido reiterativo. A cada declaración sobre el diálogo, él insiste que es con todos, todos. “En silencio ha tenido que ser”, ha dicho, parafraseando a José Martí.

Pero Guaidó lo niega, aunque su credibilidad en este tema sea poca. “Pa’ pendejadas no nos prestamos”, dijo el pasado tres de marzo, cuando, una vez más, detalló una lista de condiciones para dialogar pero solo en torno a elecciones presidenciales y parlamentarias.

Los términos del ex diputado son los mismos del pasado, pero el tema CNE tiene sus matices. El organismo electoral no solo debe ser independiente sino “creíble para todos” y “que confirmen nuestros aliados internacionales” ¿Se refirió acaso a una negociación internacional para designar al CNE?

Pero las cosas entre esta oposición extremista y la que está en el Foro Cívico no parecen estar bien. Ese tres de marzo, durante la rueda de prensa, a Guaidó se le preguntó sobre la posición de la coalición, cuyos dirigentes aseguran que no pretenden usurpar el rol de los partidos, sino abrirles el camino y acompañarlos, y por ello están participando en la designación del CNE.

Aunque Guaidó intentó una respuesta diplomática, sus palabras no lo fueron tanto: “Yo los llamo a respetar los parámetros políticos y legales”.

Seis días después de estas declaraciones, el diario digital El Nacional publicó una entrevista con el ex secretario ejecutivo de la MUD, Chuo Torrealba, en la que se refirió a esta actitud de Guaidó y los dirigentes de ese sector.

“Ellos saben, como políticos, que las condiciones que se obtienen en un determinado momento dependen de la correlación de fuerzas que exista. Si estás en una correlación de fuerzas ventajosa, si vienes de obtener un conjunto de victorias importantes y si estás en la cresta de la ola, puedes imponer condiciones y exigir determinadas concesiones del adversario. Pero si no es así, si vienes de cinco años de sucesivas derrotas y la más reciente fue hace apenas semanas o días, deben entender cuál es la expectativa que pueden tener en forma razonable”.

¿Será que lo entienden?

(Taynem Hernández / LaIguana.TV)