El 2020 fue el año del auge del bitcoin y en general de las criptomonedas, que llegaron a un asombroso nivel de popularidad mediática. Pero, ¿qué es exactamente una criptomoneda? ¿Estamos viviendo una criptorevolución?

El bitcoin y las otras más de 8 mil criptomonedas existentes a la fecha (sí, leyó bien, ¡más de 8.000!) son monedas digitales criptografiadas que operan a través de un una cadena de bloques (blockchain).

La criptografía es una técnica de protección de las informaciones digitales a través de algoritmos que utilizan códigos y cifrados muy complejos.

Una cadena de bloques (blockchain) es una especie de libro de contabilidad público y compartido entre todos los usuarios al que cada uno de ellos puede acceder desde a través de internet.

Hay 6 características salientes de las criptomonedas que resumen su carácter profundamente revolucionario:

  1. DIGITALIZACIÓN

Si cada vez más el sistema bancario internacional se va orientando hacia la digitalización del dinero (manejo de dinero electrónico en lugar del efectivo, plataformas bancarias digitales y aplicaciones en lugar de las operaciones en los mostradores de las filiales bancarias o en los cajeros automáticos, nuevos instrumentos de pago como el pago móvil o el biopago, etc.), el sistema de las criptomonedas nace en un entorno digital y no existe ni puede existir fuera de él. Las criptomonedas apuntan sin duda a un futuro (no tan lejano) donde ya no tendrá ninguna cabida ni sentido la existencia del dinero “analógico”, es decir los billetes.

  1. SEGURIDAD

Más allá de todos los avances tecnológicos e informáticos de las últimas décadas, los casos de hackeo de las bases de datos de los bancos tradicionales siguen siendo muy frecuentes y, por otro lado, ninguna caja fuerte puede resistir frente a unos hábiles ladrones. Las criptomonedas fundamentan su fuerte atractivo exactamente sobre su insuperable seguridad. Esto se debe a muchos factores técnicos, algunos muy complejos. Los dos más importantes, sin embargo, son la criptografía mencionada anteriormente y la inmutabilidad del registro. Todas las transacciones en criptomonedas utilizan sistemas criptográficos muy potentes parecidos a los que utilizan las grandes potencias militares mundiales. Romper estos algoritmos resulta prácticamente imposible. Por otro lado, una vez que una información llega a la cadena de bloques no hay forma de alterarla.

  1. DESCENTRALIZACIÓN

El acceso a los servicios financieros tradicionales (bancos o tarjetas de crédito) está sujeto a la identificación del usuario y al otorgamiento por parte de una organización pública o privada del derecho a abrir una cuenta. Además, estas instituciones pueden limitar la operatividad de cada usuario en función de legislaciones nacionales o internacionales o simplemente por arbitrarias políticas empresariales. Con las criptomonedas no existe ninguna limitación de acceso ni entidades que puedan aplicar filtros o controles porque el sistema está concebido para que tanto la ejecución de las transacciones como el almacenamiento de los datos sea compartido entre todos los usuarios de la cadena de bloques y el único requisito para acceder a una plataforma de criptomonedas sea tener deseos de hacerlo.

  1. PRIVACIDAD

Para abrir una cuenta en un banco es indispensable que el usuario sea identificado. Sería imposible abrirla sin un documento de identificación original y vigente. De lo contrario, para abrir una billetera de criptomonedas solo se necesita un correo electrónico y un número de celular. Las transacciones en criptomonedas son completamente anónimas.

  1. DESINTERMEDIACIÓN

Las plataformas de criptomonedas permiten realizar las transacciones sin ningún tipo de intermediación, es decir, sin pasar por ningún tipo de entidad financiera, administrativa, contable o legal. Cada usuario es su propio banco y maneja de forma completamente autónoma el envío y la recepción de sus pagos. Por eso mismo, las criptomonedas no pueden ser retenidas, bloqueadas o confiscadas.

  1. UNIVERSALIDAD

Las criptomonedas no conocen límites, aduanas, ni fronteras, cualquier usuario puede enviar cuando lo desee una cantidad de dinero a cualquier parte del planeta. Todo lo que necesita es un dispositivo electrónico (celular, tablet, laptop o computadora de escritorio) y una conexión a internet.

El fundador del partido pirata sueco, Rickard Falkvinge, dijo: “El bitcoin hará con los bancos lo que el correo electrónico hizo con la industria postal”. Todo parece indicar que las criptomonedas llegaron para quedarse y que tal como varias instituciones históricas tradicionales (servicio postal, telefonía analógica, periódicos impresos, fotografía analógica, CD y cassettes, solo para mencionar algunas) cayeron en la espiral de la obsolescencia en pocos años a partir de la difusión de la llegada de la tecnología digital y de internet, del mismo modo que el monopolio de los bancos e instituciones financieras “clásicas” cuyo principal negocio ha sido enriquecerse a espaldas de los clientes mediante el cobro de intereses, comisiones, gastos administrativos, seguros, etc., está a punto de desmoronarse.

(LaIguana.TV)