A medida que incrementa la cantidad de menores migrantes que atraviesan solos la frontera entre EEUU y México, cientos de ellos permanecen detenidos dentro de las instalaciones de la Patrulla Fronteriza en Texas, un sitio no apto para ellos.

La administración de Joe Biden ha impedido que periodistas visiten de forma independiente ese recinto. No obstante, distintos legisladores pudieron acudir al lugar. El demócrata Henry Cuéllar, de acuerdo a CNN, brindó imágenes de que muestran las condiciones en la que están cientos de niños y adultos en una instalación en Donna, Texas, la cual luce desbordada.

Ayer 822 menores estaban detenidos en la sede de la Patrulla Fronteriza, en condiciones parecidas a una cárcel y por más de diez días, de acuerdo a documentos a los que accedió CNN.

El número de menores de edad retenidos por un prologando tiempo ha subido casi a diario. Mientras tanto, el gobierno busca lugares más adecuados para reubicarlos, en medio de las limitaciones por efecto de la pandemia del coronavirus.

Un sistema bajo estrés por la pandemia

“La situación con los niños sí es seria y no es tanto por el aumento de los números”, dijo este lunes a Efe el director ejecutivo de Hope Border Institute, Dylan Corbett.

Para Corbett, los números se pueden afrontar, pero la pandemia “es una causa de estrés en el sistema”, ya que obliga a reducir la ocupación en los lugares para evitar los contagios.

“Lo que estamos viendo es que no hay espacio, es una cuestión de espacio”, ilustró Corbett, quien consideró vital que este asunto “no se politice”.

“La política -agregó- no ayuda: cuando los republicanos atacan a los demócratas y viceversa, los migrantes siempre pierden, los niños siempre pierden”.

Corbett admite que en algunos casos las condiciones de los pequeños “no es la ideal”, especialmente cuando están bajo custodia de la Patrulla Fronteriza, agencia que según la ley tiene hasta 72 horas para remitir a los niños con sus familiares, lo que no siempre sucede debido a la escasez de lugares en los albergues que tradicionalmente se han encargado de recibirlos.

“Lo que tenemos que hacer es actuar para reunificar a estos niños con sus familiares y patrocinadores lo más rápido posible”, afirmó Corbett, para quien, sin embargo, “no es un desafío insuperable”.

“Hemos visto estas cifras bajo el Gobierno de Trump. No es algo que no podemos hacer, somos capaces si hay voluntad política y si trabajamos juntos como comunidades fronterizas con el Gobierno federal”, añadió.

Expulsiones, la verdadera crisis

El “título 42” parece ser remedio y enfermedad en la frontera. Según Corbett, debido a que las personas expulsadas no enfrentan consecuencias -como la prohibición por cierto tiempo de volver al país-, son muchos los que retornan tan pronto son devueltos.

Esto provoca que la gente intente varias veces cruzar la frontera, y según el entrevistado aunque se hable de 100.000 personas que cruzaron la frontera en febrero en realidad son muchas menos.

Lo que sí es cierto es que más del 70 % de las personas que llegan a la frontera son devueltos a México. “Es bien serio. La frontera no está abierta. El Gobierno de Biden tampoco ha restaurado al cien por cien el asilo», advirtió.

“Los políticos hablan de una crisis o no, pero yo prefiero ver las cosas desde el punto de vista del impacto humano de quienes están regresando. En estos días, he visto mamás solteras con niños de 7 años, de 5 años, con bebés regresados a Ciudad Juárez y cruzaron en lugares en el sur de Texas que están a 800 millas de acá. Regresar a una madre soltera con dos niños que no sabe qué hacer, que no tiene dónde ir, eso sí es una crisis desde esa perspectiva humana”, alegó Corbett.

(Agencia)