El Tribunal Supremo Federal de Brasil dictaminó que el exjuez Sérgio Moro no actuó de forma imparcial al condenar al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), por lo que la primera condena que le impuso por corrupción debe anularse.

La decisión fue adoptada con tres votos favorables a considerar a Moro parcial y dos en contra, después de que la jueza Carmen Lúcia cambiara su posición.

En 2018, cuando empezó esta votación, Lúcia se negó a acoger el recurso presentado por la defensa de Lula, pero ahora reconsideró su opinión.

Con esta resolución, el proceso que condenó a Lula por corrupción pasiva el caso del tríplex de Guarujá (estado de Sao Paulo, sureste) queda totalmente anulado.

Esta condena ya estaba anulada desde principios de este mes por decisión del juez del Supremo encargado de la Operación Lava Jato, Edson Fachin, que entendió que Lula nunca debería haber sido juzgado por la Justicia Federal de Curitiba (sur) porque las acusaciones contra él no tenían ninguna relación con los desvíos en Petrobras.

Tras esa decisión, Lula recuperó los derechos políticos y la posibilidad de presentarse como candidato presidencial a las elecciones de 2022.

La decisión de este martes supone un espaldarazo a los argumentos que Lula y su defensa vienen sosteniendo desde hace años, de que el expresidente fue víctima de una persecución sin fundamento jurídico.

Los abogados destacaron en su recurso diversas irregularidades cometidas por Moro en el proceso, como la filtración de audios o la estrecha colaboración con los fiscales para crear las condiciones óptimas para condenar al expresidente.

También pusieron como ejemplo de esa parcialidad el hecho de que el juez fichara como ministro de Justicia del Gobierno de Jair Bolsonaro poco después de haber condenado a Lula.

El actual presidente fue el principal beneficiario de que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) hubiera sido apartado de la carrera electoral en 2018, ya que hasta entonces Lula era favorito en todas las encuestas.

(Sputnik)