En los frigoríficos de la empresa farmacéutica Catalent en Anagni, en la provincia de Frosinone, cerca de Roma, las autoridades italianas han encontrado 29 millones de dosis de la vacuna AstraZeneca, de las que no tenía conocimiento la Unión Europea. Según informó esta mañana el diario ‘La Stampa’, una parte estaba lista para ser exportada al Reino Unido. Pero a primeras horas de la tarde de este jueves, AstraZeneca ha publicado una nota en la que califica como «inexacta» la información relativa a las dosis de vacuna encontradas en la planta de Anagni. Según la compañía farmacéutica, 13 millones de dosis están destinadas a COVAX (Fondo de Acceso Global para vacunas Covid-19, un programa de la ONU para la distribución de vacunas en países de baja renta) y otros 16 millones «a Europa».

A AstraZeneca respondió una fuente de la UE: «No especulamos si las dosis estaban destinadas o no a la UE», pero si «la empresa quiere exportar estas dosis fuera de la UE, tendrá que presentar una solicitud de autorización por parte de las autoridades italianas». En cualquier caso, la Unión Europea exige una clarificación a AstraZeneca, porque se sospecha, como destacan varios medios italianos, que la sociedad anglo-sueca tenía los 29 millones de dosis escondidos para enviarlos al Reino Unido, porque Londres considera esas vacunas imprescindibles para garantizar la segunda dosis a casi quince millones de ciudadanos. De lo contrario, el éxito del plan de vacunación del gobierno británico corre el riesgo de desmoronarse. 

La inspección de la farmacéutica Catalent, según confirmó en una nota Palazzo Chigi, sede del gobierno, fue solicitada por la Comisión Europea el sábado. El primer ministro, Mario Draghi, informó al ministro de Salud, Roberto Speranza, quien envió a los carabineros del Nas (núcleo de inspección sanitaria).  

El vicepresidente de la Comisión de la UE, Valdis Dombrovskis, ha comentado hoy que existe un «grave incumplimiento» de AstraZeneca en la distribución de vacunas en la Unión Europea: «de 120 millones de dosis» que debería haber entregado en el primer trimestre (esa fue la cifra inicial, que luego sufrió sucesivas reducciones), según el contrato, se llegó a recortarla definitivamente a «30 millones, pero ni siquiera se acerca a esta cifra».  

Irritación en la UE 

Italia y otros países europeos, cuyos programas de vacunación contra el Covid han sido superados ampliamente por los de Estados Unidos y Gran Bretaña, están profundamente irritados porque las fábricas farmacéuticas de toda Europa han exportado millones de dosis a mercados extranjeros, mientras que la UE no ha recibido dosis de otros lugares.  

La Unión Europea ha decidido que cualquier exportación de vacunas producidas en su territorio deberá ser controlada, para intentar de ese modo aumentar el número de dosis disponibles para los europeos. La norma aprobada por la Comisión persigue reforzar la legislación existente añadiendo el criterio de «reciprocidad y proporcionalidad» al mecanismo legal de control de exportaciones adoptado en enero, de modo que se eliminen los desequilibrios que se han detectado, los más estridentes respecto a las exportaciones al Reino Unido. El mecanismo lo presentó el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, que dijo que algunos países bloquean la exportación de dosis de vacunas hacia la UE «ya sea por fuerza de ley, por arreglos contractuales u otros, negociados con los fabricantes» mientras que la UE es el principal exportador de vacunas anticovid en todo el mundo, pero, por ejemplo, no recibe dosis producidas en territorio británico. Los laboratorios de AstraZeneca quedan en el medio de esa disputa, el mismo día en que se ha descubierto en Italia ese almacén con millones de dosis. Dombrovskis ha dicho que le corresponde a los laboratorios «dar explicaciones» sobre el carácter de ese almacén. 

La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, publicó un comunicado en el que afirma que la UE está «orgullosa de ser sede de los productores de vacunas que entregan no solo a los ciudadanos europeos sino en todo el mundo» pero también considera que «las vías abiertas deben funcionar en los dos sentidos».  

Los jefes de Estado o de Gobierno celebran mañana un Consejo Europeo virtual en el que han de analizar esta medida y la situación de la vacunación de los europeos en su conjunto. La presidenta planteará a los Jefes de Estado y de gobierno de la UE la posibilidad de vetar las exportaciones de vacunas al Reino Unido. Von der Leyen lanzó esta amenaza al primer ministro británico, Boris Johnson, hace una semana. Fuentes diplomáticas afirmaban ayer que algunos países son algo reticentes a ratificar esta medida, por miedo a que su aplicación pudiera tener efectos negativos en los suministros industriales que rodean la producción general de medicinas, teniendo en cuenta la interdependencia generalizada entre la UE y el resto del mundo. La mayoría quisiera que esta fuera una medida de carácter disuasivo, aunque los presidentes esperarán a escuchar los detalles de la normativa que les explicará Von der Leyen. 

El comisario de Mercado Interior, Tierry Bretón, celebró ayer una reunión con los embajadores de los países miembros en la que reafirmó su objetivo de llegar al 75% de la población vacunada a mediados de julio porque los 52 centros de producción que se encuentran en Europa están empezando a alcanzar el «nivel de producción esperado». Pese a todo, la Comisión está buscando laboratorios que tienen capacidad para producir cualquiera de las vacunas autorizadas por la EMA para reforzar el nivel de producción. 

Repercusión internacional 

El caso de los 29 millones de dosis de AstraZeneca encontrados en Italia está teniendo una gran repercusión internacional. Para la UE se trata de un suministro equivalente al doble de las dosis recibidas hasta ahora por la multinacional farmacéutica anglo-sueca (16,6 millones). La Unión Europea tenía que haber recibido 30 millones de dosis en el primer trimestre, pero a una semana para que termine marzo, solo ha obtenido poco más de la mitad. 

Las maniobras de AstraZeneca se descubrieron gracias a la visita del comisario europeo de mercado interior Thierry Breton a la planta de Leiden, en los Países Bajos, gestionada por Halix, una firma subcontratada de AstraZeneca con capacidad para generar al menos 5-6 millones de dosis al mes. Esta es una de las dos plantas que utiliza la empresa farmacéutica anglo-sueca para producir el medicamento en la UE (la otra está en Seneffe, Bélgica). El problema es que hasta la fecha todavía no ha obtenido la autorización de la Agencia Europea de Medicamentos. Y sin el visto bueno de la EMA, las dosis no se pueden entregar a los países de la UE. Sin embargo, esto no se aplica al Reino Unido, que de hecho en los últimos meses del año pasado habría importado las vacunas producidas en la fábrica holandesa. 

Una película de intriga 

Durante su visita a la planta biofarmacéutica Halix, en la ciudad holandesa de Leiden, subcontratada por AstraZeneca, el comisario europeo Breton quiso investigar a dónde se destina su producción de 5-6 millones de dosis al mes. Breton sospechó que se habían enviado en gran parte al Reino Unido, al menos hasta el 1 de febrero, cuando entró en vigor el reglamento de control de exportaciones de la UE. Tras las sospechas, Breton recomendó a las autoridades italianas investigar en la planta de la farmacéutica Catalent en Anagni, utilizada por AstraZeneca para el llenado de los frascos de vacunas. 

La historia de este descubrimiento tiene tintes de película de intriga y suspense, mientras Bruselas y Londres se enfrentan en una delicada y agria negociación, un capítulo más de la partida que está jugando la Unión Europea con las empresas farmacéuticas. En este caso, la sospecha es que la multinacional anglo-sueca está jugando de forma incorrecta. «Es una vergüenza, AstraZeneca produce en una planta (en la de Seneffe, en Bélgica) de las cinco previstas en el contrato», ha sido el ataque lanzado por Sandra Gallina, directora general de Sanidad de la Comisión Europea. Por cierto, la funcionaria italiana de la UE también ha sido criticada recientemente por haber firmado contratos, que realmente no prevén sanciones eficaces contra las farmacéuticas que no cumplen con sus compromisos. 

Política de mano dura 

La noticia trasciende en un día clave, en la víspera del Consejo Europeo, en el que un tema fundamental será la campaña de vacunación y las negociaciones con las empresas farmacéuticas. El primer ministro italiano, Mario Draghi, ha impulsado una política de mano dura con las empresas que incumplan los contratos. Por iniciativa suya, Italia bloqueó a comienzos de marzo más de 250.000 dosis de la vacuna AstraZeneca dirigidas a Australia. La medida estuvo motivada por la «escasez de dosis» de la vacuna en la Unión Europea. La decisión de Draghi se basó en el Mecanismo de Control de Exportaciones aprobado por la Comisión Europea el 30 de enero. Fue la primera vez que lo activó un Estado miembro. 

(ABC)