Este lunes, el presidente Nicolás Maduro demandó ante la Organización de Naciones Unidas que «algunas potencias» dejen usar el sistema financiero para secuestrar los activos de los países en desarrollo.

«Venezuela hace un llamado a cesar la utilización perversa y manipulada que hacen algunas potencias del sistema financiero internacional para hacerse, para secuestrar los activos de los países en desarrollo depositados en los bancos de esos países», dijo el mandatario venezolano en una reunión de Jefes de Estado y de Gobierno para discutir la Arquitectura y Liquidez de la Deuda Internacional.

En su intervención, Maduro rechazó nuevamente las medidas coercitivas unilaterales impuestas por Estados Unidos y ciertos países de la Unión Europea, que en el último quinquenio han ocasionado la disminución del ingreso nacional en 99% y han afectado significativamente las condiciones de vida de los venezolanos.

«Estas medidas violatorias del derecho internacional son progresivas y sistemáticas, afectan a toda la población venezolana de forma indiscriminada, constituyendo un atentado flagrante contra la humanidad. Por esta razón, desde Venezuela exigimos una vez más el cese de los bloqueos económicos, financieros y comerciales contra nuestro pueblo», señaló al respecto.

En relación con la reestructuración de la deuda en el contexto pandémico, el Jefe de Estado indicó que desde el inicio de la crisis, «unos 131 millones de personas han caído en la pobreza» en todo el mundo, el Producto Interno Bruto en América Latina y el Caribe se desplomó 7.7% y aumentaron «los índices de pobreza y desempleo».

Aseguró, además, que si bien «frente a la pandemia todos somos vulnerables», no todos lo son «de igual manera, pues las asimetrías precedentes, no han hecho sino ahondarse más y más», con muchas de las grandes economías atravesando graves crisis, al tiempo que el modelo neoliberal dominante ha sido incapaz de ofrecer respuestas integrales a los más afectados.

De otra parte, en su opinión, la crisis económica es global y no se superará enteramente hasta que lo haga la última economía. Por ello insistió en que imperaba hacer «una revisión profunda de las condiciones de la deuda, no solo para la recuperación de las economías sino para que esta no se vaya a convertir en un arma de control, chantaje y dominación contra nuestros países, a través de una nueva deuda externa que pudiera resultar eterna».

A su parecer, esta revisión de los mecanismos de pago de la deuda pública tendría al menos dos vertientes: por un lado, considerar «las condiciones particulares» de los países con economías «pequeñas» y, por el otro, «una reestructuración integral, sin que ello signifique la cesión de su soberanía».

«Al principio de la pandemia hubo un acuerdo entre el G-20 para una moratoria del servicio de la deuda de los países más pobres para su deuda oficial. Sin embargo, la reticencia de los acreedores privados para sumarse en esta política, hizo que esta iniciativa tuviera un alcance muy limitado. Hacemos, desde Venezuela, un llamado a reforzar este tipo de iniciativas, fortaleciendo la participación global de todos los actores, para aliviar la deuda de los países en desarrollo», apuntó. 

Para concluir, el presidente venezolano destacó que era necesario «fortalecer (…) iniciativas basadas en la solidaridad, en la complementariedad», así como «superar los errores del neoliberalismo», que en su juicio, «han arruinado al mundo».

(LaIguana.TV)