Un juez federal de Nueva York condenó este martes a cadena perpetua a Juan Antonio “Tony” Hernández por traficar 185 toneladas de drogas a Estados Unidos, según los fiscales con la colaboración de su hermano, el presidente de Honduras, quien anunció una apelación ante el “indignante” fallo.

Tras un juicio de dos semanas celebrado en Nueva York en octubre de 2019, el exdiputado Tony Hernández, de 42 años, fue hallado culpable de los cuatro cargos de los que era acusado, incluidos tráfico de cocaína a Estados Unidos, falso testimonio y posesión de armas de fuego.

Este martes, durante la lectura de sentencia, el juez Kevin Castel dijo que la sanción de cadena perpetua para Hernández, quien fue detenido en un aeropuerto de Miami en noviembre de 2018, era “muy merecida”.

Los fiscales del distrito sur de Nueva York aseguraron en su proceso que el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, fue un socio clave de su hermano Tony, aunque no ha sido inculpado.

Los fiscales habían exigido la cadena perpetua, subrayando que Hernández “no había mostrado ningún remordimiento”, mientras que la defensa había pedido la pena mínima obligatoria de 40 años y anunció apelación.

“Esto es algo duro para la familia, duro en lo personal, no se lo deseo a nadie. Me resulta indignante, me resulta increíble que los testimonios falsos de asesinos confesos sean escuchados y valorados”, afirmó el presidente Hernández sobre la condena a su hermano, en una declaración difundida por la casa de gobierno.

El mandatario asegura tener en su poder transcripciones de grabaciones hechas por la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos en 2013, donde narcotraficantes que hoy los acusan, aseguraban que no podían negociar con él.

Agregó que “hay otras instancias en las que tarde o temprano se va a probar quién es quién en Honduras”.

“Recibimos con mucho dolor la condena injusta emitida (…) contra una persona que, con valentía, decidió enfrentarse al sistema judicial estadounidense para probar su inocencia”, escribió la familia en un comunicado.

Tanto el presidente como su familia aseguran que la condena a Tony se basa en testimonios falsos de excapos de la droga que él ayudo a extraditar y que buscan obtener beneficios carcelarios.

“El jurado fue influenciado por la fiscalía con historias falsas que narcotraficantes expusieron en un afán de venganza”, sostuvo la familia.

“Juan Antonio Hernández es inocente y ante una decisión absolutamente injusta, inhumana ha decidido acudir en apelación”, subrayó.

“Lo paradójico” de la sentencia “es que EEUU avaló a Joh [iniciales del presidente] y lo ha protegido con sus crímenes y fraudes”, comentó por su parte el derrocado expresidente Juan Manuel Zelaya.

Hernández, en el poder desde 2014, fue reelecto en 2017 para un segundo mandato -que termina en enero de 2022-, en medio de acusaciones de fraude. Pese a un llamado de la OEA para repetir los comicios, Estados Unidos reconoció su triunfo.

Para los fiscales de Nueva York, “el acusado era un congresista hondureño que, junto a su hermano Juan Orlando Hernández, desempeñó un papel de liderazgo en una conspiración de narcotráfico violenta y auspiciada por el Estado”.

Tony Hernández operaba “con total impunidad” gracias a la protección de su hermano y contribuyó a la “putrefacción” de las instituciones de Honduras, dijo asimismo la acusación durante el juicio.

Un testigo de la fiscalía, el excapo del narcotráfico y exalcalde hondureño Alexander Ardón, declaró en el proceso que presenció una reunión en 2013 en la que el ahora encarcelado Joaquín “Chapo” Guzmán, entonces jefe del mexicano cártel de Sinaloa, entregó un millón de dólares en efectivo a Tony Hernández para la campaña electoral de su hermano.

El excapo del cartel Los Cachiros, Leonel Rivera, contó por su lado que le pagó 250.000 dólares en sobornos.

El presidente de Honduras también fue acusado por fiscales estadounidenses de ser socio de otro narcotraficante hondureño, Geovanny Fuentes Ramírez, hallado culpable de tráfico de droga el 22 de marzo tras un juicio presidido por el mismo juez Castel. El gobernante también niega esos cargos.

Durante el juicio de Fuentes, los fiscales estadounidenses aseguraron que todos los presidentes de Honduras desde 2006 han recibido sobornos de narcotraficantes a cambio de protección y de la promesa de no ser extraditados.

Fabio Lobo, hijo del expresidente de Honduras Porfirio “Pepe” Lobo (2010-2014) -del Partido Nacional, el mismo que los Hernández- fue condenado a 24 años de cárcel en Nueva York en 2017 por ayudar a traficar 1,4 toneladas de cocaína a Estados Unidos.

(AFP)