Madelein García, corresponsal de la multiestatal teleSUR en Venezuela, viajó a la población de El Ripial, al sur del estado Apure, y allí recopiló testimonios y piezas audiovisuales que desmontan la trama mediática con la que se ha pretendido acusar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) de atacar a civiles. 

De acuerdo con sus reportes, el fin último de estas actuaciones es desestimar las acciones que han desplegado en la zona las fuerzas de seguridad del Estado venezolano para lograr la expulsión de grupos irregulares armados de origen colombiano ligados con el narcotráfico, que han convertido a esa población apureña en una base para cometer distintos delitos. 

García apuntó que, pese a que «El Ripial fue el segundo pueblo liberado por la FANB de los grupos irregulares colombianos», a través de grupos de WhatsApp se pretendería crear «la percepción que el ejército está asesinando a la población» y para esto, agentes locales están convocando «movilizaciones» bajo consignas como: «Vamos a demostrar al ejército que somos civiles». 

Estas operaciones, recuerda la periodista, han sido denunciadas tanto por el ministro de Comunicación e Información, Freddy Ñáñez, como por el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, quienes han señalado que estas manipulaciones mediáticas se han puesto en marcha para «crear incertidumbre en la población» y «minar la moral de la FANB». 

Según sus pesquisas, El Ripial es un «territorio usado por los grupos irregulares para fabricar minas», una de las cuales explotó y causó la muerte de dos suboficiales venezolanos el pasado miércoles. El hecho, destacó, fue aplaudido desde Colombia. 

Pese a esto, tras la liberación del poblado, es un hecho cierto que nada impide a los habitantes que se vieron forzados a huir, retornar a sus casas, algo que ya empezó a ocurrir, pues registró en video el arribo de una embarcación procedente de la otra orilla del río Arauca, en Colombia, con venezolanos a bordo.  

Sin embargo, una de las convocantes de la manifestación –que nunca se produjo–, difundió una pieza en la que señalaba que el regreso no era posible y que solamente un grupo pequeño se habría reunido con una comisión del Ejército venezolano en El Ripial.  

«Hoy realizamos una actividad donde queríamos hablar con el ejército venezolano en Ripiales. Solo fue un grupito que nos apoyó. Habían más de 30 personas alrededor y no quisieron apoyarnos. Al contrario, lo que hacían era hablar, decir estupideces, de por qué esas personas estaban liderando ese tipo de comunicación con el Ejército venezolano», acusó la mujer, cuya identidad no ha trascendido.

Cuestionó, asimismo, a quienes se opusieron a su tentativa y los tildó de «cabezas huecas». Además insistió en la necesidad de mantenerse unidos y dialogar para que les permitieran regresar a sus casas. 

Esto no se corresponde con la realidad apreciada por Madelein García. Por lo contrario, la comunicadora advirtió que esta persona «jamás» tuvo la intención de «cruzar como otros lo han hecho» para llegar a El Ripial. «Grabaron videos solo para las redes desde el lado colombiano, pero nadie les impide regresar», añadió. 

El Ripial, base de operaciones de grupos irregulares colombianos

Las acciones de la FANB en El Ripial revelaron que en ese poblado, «algunas viviendas eran usadas por los irregulares colombianos» y las familias, desbordadas por la situación, se vieron obligadas a convivir con ellos. También es cierto que algunos habitantes colaboraban con sus causas. 

Un efectivo de la FANB dijo a García que en una casa, en la que se presume vive «un irregular», las fuerzas castrenses del Estado venezolano incautaron «botas, chalecos, uniformes». De su lado, ella sostuvo que se hallaron explosivos en algunas viviendas de la zona. 

Otro soldado venezolano describió el ataque con la mina antipersona que ocasionó el deceso de dos efectivos militares la noche del 31 de marzo: «Tres individuos corriendo hacia la parte de atrás y hacia la derecha. Yo estaba buscando un tirador que estaba aquí (…). El muchacho le dijo a la gente que lo estaba buscando: ‘ocho y mueren, ocho y mueren. Tenemos que irnos porque hoy mueren todos’. Se detuvo y 200 metros más adelante, explotó el tanque».

La periodista precisó que las minas fabricadas en El Ripia, son enterradas «en las orillas del camino, sin importar que hay población civil». Las que se usaron para atacar a los tanques de la FANB el miércoles «fueron detonadas desde uno de los patios», agregó.  

Por último, la reportera insistió en que esta emboscada, en la que fallecieron dos venezolanos, fue aplaudida desde el territorio colombiano por las mismas personas que aseguran falsamente que el Ejército de Venezuela no les deja regresar a sus casas. 

«Ayer todo ese puerto, todos esos puertos que usted ve allí, estaban full de gente y nos gritaban: ‘ya van a ver en la noche, se van a morir todos, malditos’, corroboró uno de los soldados presentes en la zona. 

«En ese embarcadero es donde se para la gente a gritar cosas y es desde allí desde donde hacen contrabando y extracción de materiales. Allí no tienen ningún tipo de control», detalló al respecto, mientras apuntaba hacia la orilla colombiana del Arauca.

(LaIguana.TV)