Estados Unidos enfrenta una nueva y muy potente ola de la crisis migratoria, mientras el gobierno de Joe Biden intenta controlar a Centroamérica utilizando un plan en el que la ayuda económica no se entregará a las autoridades de cada país, sino a las organizaciones no gubernamentales, modelo que podría servir de piloto para el dominio imperial del país norteamericano en otras regiones del mundo.

Como saldo de una antigua deuda con su audiencia, Miguel Ángel Pérez Pirela comenzó la semana tratando el tema de la relación entre Centroamérica y EEUU en su programa Desde donde sea. Se enfocó en el llamado Triángulo Norte, integrado por Guatemala, El Salvador y Honduras, y abarcó también a México, país clave en el flujo de personas hacia el territorio estadounidense.

En la introducción del tema, presentó datos de la situación de Honduras, El Salvador y México.

Honduras. Un país tildado como narcoestado, especialmente luego del juicio en EEUU en el que ha sido condenado a cadena perpetua Juan Antonio “Tony” Hernández, hermano del presidente Juan Orlando Hernández. Se le encontró culpable de traficar 185 mil kilos de cocaína durante doce años. En el proceso quedó claro que el mandatario conspiró junto a su hermano para completar las operaciones ilegales. El juez dijo que el Estado hondureño patrocinó los crímenes y participó en tráfico de influencias para permitir el traslado de droga del Cartel de Sinaloa, de Joaquín “el Chapo” Guzmán.

“Si EEUU está condenando al presidente de Honduras, hay que preguntarse qué hay por detrás, a sabiendas de la incidencia que tienen los EEUU en estos gobiernos de derecha o ultraderecha, que primero los ponen y luego, cuando ya no les sirven, los persiguen y los meten a la cárcel, como ocurrió con Manuel Antonio Noriega en Panamá. Llaman narcoestados a países como Venezuela, auspician golpes de Estado contra presidentes progresistas, socialistas, de avanzada, para montar gobiernos que luego quedan en evidencia como delincuentes, apoyan a verdaderos narcogobiernos. Y luego, cuando ya no les sirven a sus intereses, meten a los presidentuchos en la cárcel”.

Recordó que EEUU derrocó al presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya y puso en su lugar al empresario Roberto Micheletti, un dictadorzuelo que organizó unas supuestas elecciones a partir de las cuales han llegado al poder varios gobernantes de derecha y ultraderecha, el último de los cuales es Hernández.

El Salvador. Tiene un presidente cada vez más poderoso, Nayib Bukele, pero la administración de Biden, de la noche a la mañana, decidió darle la espalda, luego de ser mimado y elogiado por EEUU durante la era de Donald Trump. Tras las recientes elecciones legislativas y municipales, los medios internacionales, afines al establishment del Partido Demócrata, han destacado que Bukele tiene el poder absoluto. El presidente arrasó en esos comicios, pero Biden no lo ve con buenos ojos. Esto se demostró en el hecho de que Bukele viajó a EEUU y ningún funcionario lo habría recibido.

“Los usan y los desechan como a una afeitadora”, comentó Pérez Pirela.

José Manuel Vivanco, vocero de Human Rights Watch, ONG que hace parte del observatorio pro-Biden, calificó el gesto como “muy contundente”. Pero no se dice si esa contundencia es por respeto a los derechos humanos o porque ya nos les sirve y tienen otros planes. Según Vivancos, “esto le muestra a Bukele que las cosas han cambiado, que su conducta interna en materia de derechos humanos, corrupción y falta de respeto al estado de derecho tienen  repercusión en Washington”.

México. Es el país donde confluye la migración centroamericana. Sus relaciones con el nuevo gobierno de EEUU son una incógnita, pues debe recordarse que en medio de la campaña electoral, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, visitó a Donald Trump en Washington, lo que fue un balde de agua fría para Biden. Sin embargo, el mes pasado los dos presidentes discutieron la cooperación en materia de migración y anunciaron haber acordado avanzar juntos en los esfuerzos para promover el desarrollo en el sur de México y en el Triángulo Norte de Centroamérica.

AMLO reiteró la importancia de mantener una relación de igualdad y respeto a la soberanía de ambos  países para un mejor desarrollo de políticas para América del Norte. Ratificó el tratado México-EEUU-Canadá (T-MEC), que en julio del año pasado reemplazó al tratado que estaba vigente desde 1994.

“A mí me preocupa mucho esto. Lo dije el año pasado, cuando se hizo el viaje de López Obrador. Pero él está muy firme en su respaldo a ese tratado”, comentó el moderador.

Respecto a esa reunión, el secretario de Estado, Anthony Blinken, expresó que EEUU y México son países “conectados por los lazos comerciales, por las conexiones entre las personas, por el turismo, por un entorno compartido y por la seguridad mutua”.

“La realidad es que lo que es bueno para EEUU no será bueno para México ni los centroamericanos”, refutó Pérez Pirela.

Ola de la crisis migratoria
Citó ampliamente al analista mexicano Alfredo Jalife-Rahme, quien expuso que “más de 100 mil migrantes, entre ellos menores, irrumpieron en EEUU solo en el mes de febrero. Crearon una grave crisis migratoria en la frontera con México cuando Biden optó por la política del avestruz y luego puso a Kamala Harris a cargo del Triángulo Norte y el estado de Chiapas”.

“El brote de la crisis transfronteriza propiciada por las volteretas de Biden llevan al endurecimiento de su administración, incluyendo restricciones y condiciones imposibles de implementar con sus raquíticos 4 mil millones de dólares de ayuda etérea”, agregó el experto azteca.

“Es un vulgar pote de humo porque la situación de Centroamérica es explosiva y requeriría un Plan Marshall para atender las causas”, acotó Pérez Pirela.

Entre las causas del problema están las astronómicas cifras de los negocios ilegales que dependen del flujo de personas. “La migración no solamente se han ensamblado, sino que, peor aún, han desembocado en la criminal cartelización de la transfrontera de México y EEUU con su gran negocio de estupefacientes, tráfico sexual y venta de órganos que asciende a más de 600 mil millones de dólares por año».

“Después de haber hecho promesas para ‘ayudar’ al Triángulo Norte, la Administración Biden ha echado reversa y ahora Roberta Jacobson, exembajadora en México, puso tuercas inviables como pretexto. Ahora resulta que las migajas de 4 mil millones de dólares, serán sujetas a estrictas  condiciones de los recipiendarios, basadas en medidas anticorrupción y adecuada gobernanza. Esto en la práctica implica no otorgar ninguna ayuda ya que uno de los problemas principales del Triángulo Norte radica en su congénito carácter corruptógeno, como es el caso del presidente de Honduras Juan Orlando Hernández, implicado en el narcotráfico”, sostuvo Jalife-Rahme.

Según el especialista, otras exigencias inalcanzables en esta fase histórica de Centroamérica son la «contabilidad transparente y la prueba de adecuada gobernanza, como elecciones justas y respeto por los derechos humanos».

El presentador de Desde donde sea, con estos datos, vaticinó que “no les van a dar la plata, ni siquiera esas migajas”.

El plan piloto
Pérez Pirela quiso hacer énfasis en la naturaleza del plan que está adelantando EEUU. Para hacerlo, señaló que no cabe esperar una actitud menos injerencista de parte de Biden por ser del partido Demócrata, tomando en cuenta que Barack Obama y su secretaria de Estado Hillary Clinton, cuando Biden fungía como vicepresidente, fueron quienes propiciaron el golpe de Estado militar en Honduras contra el presidente legítimamente electo Manuel Zelaya debido a su intercambio político por el petróleo de Venezuela.

“Siempre pasa lo mismo: ponen gobiernos que terminan sustentándose en el narcotráfico, propiciado por EEUU, que utilizan la droga como una herramienta para desmembrar países, y así obligan a media Latinoamérica a obedecer sus órdenes”, expresó.

El plan piloto de EEUU se puede observar en las declaraciones de Roberta Jacobson, quien también forma parte del Consejo de Seguridad Nacional. Ella aseveró que «en lugar de colocar la mayor parte del dinero en las Tesorerías nacionales, las mayores cantidades serán transferidas a las ONG, a programas para madres solteras y entrenamiento de jóvenes para que en última instancia se fortalezca a las sociedades en lugar de enriquecer a esos gobiernos».

Pérez Pirela subrayó que esto es lo que están haciendo ya en Venezuela: dándoles dinero a títeres como Leopoldo López y Juan Guaidó a cambio de empresas, activos bancarios y oro.

Es una manera de cobrar y darse el vuelto, porque, como lo acota el analista Jalife-Rahme, “la mayor parte de las ONG dependen no pocas veces de las instrucciones directas de Washington y que con tanto financiamiento externo no solamente se colocan por encima de la constitucionalidad de los gobiernos legítimos, sino que también se vuelven el conducto idóneo para aplicar políticas exógenas que atentan contra las soberanías de los países anfitriones”.

La corrupción de los gobernantes es un argumento apropiado para este modelo de financiamiento a privados. Sobre eso ha opinado Iván Velásquez, magistrado colombiano que encabezó la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), creada en 2007 con el respaldo de la ONU y que sirvió de plataforma para destapar decenas de casos de corrupción en el país que incluso llevaron a la renuncia del presidente Otto Pérez Molina en 2015.

Velásquez aseguró que hay muchos signos negativos comunes en los países centroamericanos y por eso, sobre a reciente idea del presidente de EEUU de destinar 4 mil millones de dólares a países de la región para atacar las causas de la migración hacia el norte, como lo son la pobreza y la violencia, dijo “no van  a cambiar la realidad”. A su juicio no se debe conceder ayuda económica si no hay un compromiso de respetar el estado de derecho y el fortalecimiento de la democracia.

¿Un plan para exportar?
Jalife-Rahme plantea que este que pretende ponerse en marcha en Centroamérica es un piloto de experimentación que luego sería replicado en otras partes del mundo, “en el que las ONG se conviertan en los supremos controladores de los rivales y débiles gobiernos secuestrados”.

En este sentido, un editorial de Los Angeles Times, un medio cercano a la vicepresidenta Kamala Harris, aduce que «miembros del Congreso y varios de los consejeros de Biden formulan como «un error inyectar dinero en países que han mal usado y dilapidado la ayuda de EEUU con nulos resultados».

Juan González, a cargo de los asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de Biden, alega que los prometidos 4 mil millones de dólares no tendrán impacto «sin la voluntad política de los gobiernos de Centroamérica para implementar acciones, aun cuando sea contra sus intereses políticos».

El analista mexicano advierte que “si el enfoque de Biden se refiere a resolver las ‘causas de raíz’ de la inmigración ilegal, como la pobreza y la inseguridad, tales encomiables designios no pueden ser encomendados ni a las ONG, que traen una agenda exógena propia, ni a la misma embajada de EEUU sin que los gobiernos participen en forma conjunta con los donantes y sus sociedades civiles ad hoc (…) Como era de esperarse, los gobiernos del Triángulo Norte se han opuesto a las soluciones meta y supra-soberanas, alegando que las ONG no están equipadas para absorber los millones de dólares».

Jalife se pregunta: ¿Desea Biden resolver de tajo las causas migratorias o consagrarse a cambios de regímenes como operó EEUU durante los años de la guerra fría en Centroamérica?

“Hay que decir que en ese tiempo, Centroamérica fue una de las regiones más afectadas por los gobiernos dictatoriales, los escuadrones de la muerte, las persecuciones, las torturas, las desapariciones e invasiones. Todo ha sido propiciado por EEUU, que allí paga y se da el vuelto. Tratan de desdibujar las fronteras, de debilitar los Estados-nación y sus fuerzas armadas, para poder realizar mejor sus fechorías. Eso está narrado en dos de mis libros, escritos ya hace varios años”, señaló Pérez Pirela.

Volvió a citar a Jalife-Rahme, quien puntualiza que los alegatos del gobierno de Biden contra los gobiernos centroamericanos parecen más bien una pérfida fuga para no cumplir las promesas propagandísticas de resolver la grave crisis de la inmigración. Esto significa que EEUU podría terminar “exorcizando a los tres presidentes en turno del Triángulo Norte quienes son condenados como aliados de Trump».

Otro de los materiales recopilados por el Equipo de Investigación hace mención del veterano Pat Buchanan, el jefe de prensa de los expresidentes republicanos Richard Nixon, Gerald Ford y Ronald Reagan, quien aduce que, pese a su triunfo legislativo por 1,9 billones de dólares para su plan de rescate, “Joe Biden tiene algunos nuevos problemas que él mismo ha creado», en particular, la crisis en la transfrontera de EEUU con México: el récord masivo de niños, adolescentes y familias que llegan y piden asilo es casi totalmente creación de Biden sin ningún final a la vista».

Buchanan afirma que de los miles de inmigrantes ilegales que entran diariamente a EEUU, pocos pasan la prueba de la covid-19 antes de ser trasladados al corazón estadounidense, y transportan la infección con ellos, lo que juzga como una emergencia médica y de seguridad y una crisis nacional.

“¿Será que también les van a echar la culpa de la pandemia a los centroamericanos?”, se pregunta el conductor del programa. “Estamos ante una clara estigmatización de los migrantes con respecto a la covid-19”

En su primera conferencia de prensa, 65 días después de ser nombrado presidente, Biden afirmó que el brote migratorio se debía a que él era «un buen tipo», y echó toda la culpa del desmantelamiento del sistema migratorio a su antecesor.

Los datos son demoledores: EEUU tiene la custodia de 15.000 menores de edad sin compañía. Son retenidos mucho más tiempo que las 72 horas legales, ahora que se han empezado a filtrar imágenes patéticas de las instalaciones sobresaturadas. Además, los migrantes están entre la espada y la pared porque México también se niega a recibir a las familias deportadas por temor a la propagación del virus.

Biden comienza a ser señalado como responsable por diversos sectores políticos y sociales. El empresario Wayne Allyn Root fustigó en un programa de USA Radio Network que «el presidente Biden es el regalo más bello jamás ofrecido a los carteles de la droga en México». 

Trump no ha perdido la oportunidad de fustigar a Biden por su pésimo manejo del tema, que podría ser uno de los aspectos centrales en las próximas elecciones legislativas de 2022, en las que los demócratas podrían ser castigados y perder su mayoría.

Un editorial de Le Monde, medio cercano a la cancillería francesa, dijo que una cierta ambigüedad del mensaje al prometer futuras vías legales de inmigración, puede ser la causa de la primera crisis de Biden en la frontera con México.

“Yo estoy de acuerdo. Creo que la próxima crisis de EEUU-México nace de esa ambigüedad de Biden, que hizo demasiadas promesas durante la campaña”, dijo el moderador.

Legisladores demócratas también están presionando a Biden desde principios de marzo cuando pidieron priorizar la defensa de los derechos humanos en México y tomar medidas inmediatas y urgentes para dar prioridad al tema de la migración.

En una carta a Binken plantearon la urgencia tomar medidas decisivas para asegurarse de que el gobierno mexicano y las organizaciones no gubernamentales puedan proteger y apoyar adecuadamente a los migrantes y mejore la capacidad del sistema de asilo de México.

La carta fue promovida por legisladores de estados con población mexicana como California, Arizona, Texas y New Jersey. Recalcaron que el Departamento de Seguridad Nacional había anunciado que comenzaría a procesar de nuevo los casos abiertos de procedimientos de ingreso o solicitud de asilo, que están esperando en México.

El documento dice que México vive una violencia récord, con 35 mil homicidios anuales, 30 defensores de derechos humanos y periodistas asesinados en 2020 y 80 mil personas desaparecidas desde 2006. Instaron a Biden a trabajar con el gobierno de López Obrador para abordar los niveles casi totales impunidad que permiten a los agentes estatales  y  grupos criminales perpetrar delitos graves y abusos contra los derechos humanos.

Los congresistas instan a concentrarse en la construcción de instituciones civiles y en el fortalecimiento del estado de derecho y los derechos humanos como pilares de una solución sostenible de la violencia. Alientan a Blinken a revisar  y reevaluar seriamente las políticas de seguridad específicas, que no han logrado reducir la violencia o lograr justicia para las víctimas.

“Como se ve, todas las recomendaciones y señalamientos de estos legisladores son dirigidas a México. Yo creo que deberían señalarse a ellos mismos, mirar hacia dentro de su propio país, donde también se están violando los derechos humanos”, dijo Pérez Pirela.

El gobierno de México, en tanto, había anunciado una estrategia de seguridad pública para proteger a los militantes y candidatos políticos que son presionados y amenazados por los grupos delictivos, cuyos crímenes, entre septiembre y febrero, dejaron 64 personas muertas.

En México se han producido manifestaciones dirigidas al gobierno de EEUU: «Le pedimos al señor Biden que cumpla su promesa. Él dijo que nos ayudaría a los migrantes. Nosotros le pedimos una oportunidad, pedimos una oportunidad legal”, dijeron los manifestantes. Los migrantes mexicanos y de otros países de América Central permanecen en un campamento improvisado en la localidad de El Chaparral, muy cerca del paso fronterizo a Estados Unidos.

“Lo que está ocurriendo es horrible y nadie habla de esto. Es un drama que se escapa de vista”, enfatizó Pérez Pirela, al recalcar el peso que tiene en esa situación el supernegocio transfronterizo de los carteles mexicanos de la droga, que asciende a un mínimo de 500 mil millones de dólares y a un máximo de 652 mil millones, sin contar el tráfico sexual de menores. “Para combatirla, Biden anuncia una ayuda de apenas 4 mil millones de dólares y que, además, no va a llegar sin que se cumplan unas tramposas condiciones”.

Interacción
Durante el programa hubo numerosas participaciones de la audiencia. Muchos de los mensajes fueron reclamos por la inacción de funcionarios y organismos encargados, supuestamente, de velar por los derechos humanos, como la alta comisionada de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet y el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro. También cuestionaron duramente la hipocresía de EEUU respecto al tema migratorio, pues han explotado y arruinado a los países del sur y luego pretenden cerrar sus puertas a los migrantes que huyen de esas naciones.

 “La migración es un negocio para justificar violación derechos humanos y planificar una política de aversión a Centroamérica”, dijo el diputado José Gregorio Vielma Mora, quien estuvo participando en la tertulia y también alentó a los venezolanos a unirse en la defensa de la soberanía nacional, atacada por grupos delictivos desde Colombia.

Pérez Pirela se mostró de acuerdo y aseveró que uno de los mensajes recurrentes en el programa ha sido que la soberanía no se negocia y que debemos estar protegiendo cada centímetro del territorio nacional.

(LaIguana.TV)