El domingo 11 de abril será de elecciones en tres países suramericanos: Ecuador, Perú y Bolivia, en procesos con significados clave para esas naciones y para la región. Las jornadas de consulta se llevarán a cabo en medio de las dificultades propias de la pandemia de covid-19. 

El programa Desde Donde Sea del jueves 08 de abril estuvo dedicado a analizar esta triple elección, a la que algunos han denominado “un superdomingo latinoamericano”. 

Apoyado en materiales de prensa, el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela reseñó que “la preocupación sanitaria en Perú y Ecuador en vísperas de las elecciones es latente, ya que han registrado las tasas de mortalidad más altas por covid-19 en la región, por eso los toques de queda nocturnos están vigentes en ambos países y durante la pasada Semana Santa los gobiernos de Lenín Moreno y Francisco Sagasti aplicaron restricciones especiales para prevenir un mayor aumento de contagios y muertes. Mientras tanto, en Bolivia, el presidente Luis Arce cerró la frontera con Brasil durante la semana previa a las elecciones, que serán locales, ya que se realizará la segunda vuelta para elegir a los gobernadores de La Paz, Tarija, Chuquisaca y Pando”. 

Destacó que las autoridades electorales de los tres países establecieron protocolos especiales para que los votantes y funcionarios de los centros de votación respeten el distanciamiento social, porten mascarillas y se higienicen con alcohol en gel durante la jornada. 

Tres tips como abreboca

Pérez Pirela ofreció tres tips sobre las referidas elecciones, a modo de abreboca: 

Ecuador: Se vaticina empate técnico porque ninguno de los candidatos convence a los indígenas y la mayor parte de la población votante, que es menor de 30 años. 

Bolivia: El Movimiento Al Socialismo se disputa tres departamentos con aspirantes que antes pertenecían a sus filas.  

Perú: Es un tornillo aislado, se impone la desmotivación y el desencanto de la población ante las élites de distintas índoles. Los analistas no dudan que dentro de dos años se esté, una vez más, destituyendo al presidente y asumiendo el mando algún miembro del Congreso. 

Segunda vuelta en Ecuador

Pasó a revisar a fondo el caso de Ecuador, país donde se concretará la segunda vuelta entre el izquierdista Andrés Arauz, del partido Unión por la Esperanza (UNES) y el derechista Guillermo Lasso, de Creando Oportunidades (CREO, partido socialcristiano). Recordó que Arauz, quien aglutina al correísmo, obtuvo el 32%, mientras Lasso, el 19% en un empate técnico con el indigenista Carlos “Yaku” Pérez. Después de un mes de espera, el Consejo Nacional Electoral rechazó la impugnación de Pérez, quedando una diferencia de apenas 32 mil votos. La cantidad de votos obtenida por los dos que van al balotaje no es suficiente para imponerse.  

Las encuestas tienen dos visiones encontradas porque varios sondeos ponen por delante a Arauz con casi una decena de puntos porcentuales, pero otras mediciones, como la última encuesta de la firma Market, vaticinan un empate técnico. Esta encuesta, según lo dicen varias cadenas internacionales, plantea 50% a 49% a favor de Arauz, con una diferencia de unos 70 mil sufragios. 

“Hagamos memoria porque en las presidenciales de 2017, cuando el correísmo iba unido en torno al actual presidente, Lenín Moreno (quien luego traicionó a su electorado), este ganó la primera vuelta con 39% y la segunda con 51%. Lasso, que también fue el contendor entonces, sacó 28% en la primera vuelta y 48,8% en el balotaje, a solo 2,5% de la candidatura del correísmo. ¿Qué pasará ahora, cuando el correísmo va dividido, con una parte de los indígenas y estudiantes no está convencido de la candidatura de Arauz? Esto es de pronóstico reservado”, advirtió el moderador. 

Subrayó que en 2017 la fórmula de Correa creció 12% y la de Lasso, 20% entre una y otra vuelta. “Si Lasso repite ese crecimiento, ganará este domingo. La capacidad de crecimiento es clave para ambos porque los porcentajes de las dos corrientes mermaron en comparación con 2017. Entre los dos candidatos sumaron 4,8 millones de votos, mientras que 5,7 millones de votantes no optaron por ninguno de los dos”.  

Según coinciden los análisis, el abstencionismo va a decidir mucho. La mitad del electorado es menor de 30 años y ninguno de los candidatos tiene la certeza de conseguir los votos de este segmento, como tampoco el de los indígenas. “Ante esto, Lasso se ha bajado de las altas tarimas y se ha sentado en mesas redondas con jóvenes y mujeres, pero la imagen de este candidato del neoliberalismo está muy desgastada y es difícil que estos sectores sean movilizados por su nueva estética de candidato Tik-Tok”.  

Aruz tampoco la tiene fácil con el sector indígena que no lo respaldó en la primera vuelta. Una parte de este segmento no tiene buenas relaciones con el correísmo. Arauz se debatió entre desempolvar el estilo del discurso de Correa para ganar adeptos entre los indígenas y hacer lo posible por no perder el voto duro correísta, especialmente fuerte en los sectores urbanos populares, sobre todo en la costa. Durante meses los analistas apuntaron que el principal objetivo de Arauz era desplazar la polarización sobre el correísmo y centrar el debate en el neoliberalismo, que está representado en Lasso”. 

Como conclusión, planteó que las elecciones en Ecuador pueden dar muchas sorpresas. “Está el voto indígena, por un lado; está el voto joven, que ninguno lo tiene ganado; está el precedente de las elecciones de 2017 y los altísimos niveles de abstención que jugarán un papel fundamental; y está el problema de la pandemia que será decisor. Son elecciones sui géneris, existe el temor de contagio que frena a una parte del electorado. Es el país suramericano que, después de Brasil, ha sufrido más por el coronavirus. Basta recordar la situación que se presentó con cadáveres en las calles y las morgues repletas”. 

“Muchos usuarios y usuarias tienen su corazón con Arauz. Yo soy contrario a Lasso, pero al momento de hacer análisis hay que ser serios, no es un programa de militancia a ultranza ni de propaganda. Tocamos susceptibilidades, pero estamos analizando los hechos concretos”, enfatizó Pérez Pirela, tras ponderar la interacción de la audiencia sobre este tema. 

Bolivia: el MAS enfrenta a disidentes 

En el turno de Bolivia, resaltó las particularidades del proceso del domingo: una es que el MAS, partido gobernante liderado por Evo Morales y el presidente Luis Arce, enfrenta a antiguos militantes de sus filas. Otra característica peculiar es que, de nuevo, estará la Organización de Estados Americanos, como observadora internacional.  

“La misma OEA que le dio el golpe de Estado a Evo Morales. El presidente del Tribunal Supremo Electoral, Salvador Romero, dijo que el plazo máximo para dar los resultados finales es de una semana. Sumó que las misiones de observación tienen plena autoridad para decidir dónde van a desplegar a sus representantes”, informó. 

El MAS intentará ganar las cuatro regiones que le fueron esquivas en la primera vuelta. Bolivia es una nación conformada por nueve departamentos. Tras el proceso desarrollado el 7 de marzo, cinco de esas regiones eligieron a sus gobernadores resultando tres de ellos integrantes del MAS. El 11 de abril, los departamentos de Tarija, Chuquisaca, Pando y La Paz celebrarán una segunda vuelta para elegir a sus gobernadores. La segunda vuelta electoral en estas regiones se presenta debido a que los candidatos no alcanzaron el 51 % de los votos, o el 40 % y una ventaja de 10 puntos porcentuales respecto al segundo aspirante, requeridos para ser proclamados como ejecutivos regionales.  

“La segunda vuelta electoral se presenta en medio de la tensión política entre Bolivia y la OEA, originada en el país luego de la exdictadora de la nación, Jeanine Áñez, sobre quien pesa una acusación por la presunta comisión de los delitos de terrorismo, sedición y conspiración en la causa denominada golpe de Estado».  

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Bolivia hizo un llamado a que estos comicios se desarrollen en paz y respetando las medidas de bioseguridad establecidas para evitar contagios por Covid-19. 

El partido de Evo Morales y del presidente Luis Arce logró quedarse con 240 alcaldías. No obstante, estas no están en las principales ciudades. Estos comicios son claves para el MAS si quiere controlar la mayoría de las gobernaciones y ofrecerle un mayor respaldo político al presidente Arce.  No será una tarea fácil, pues el partido de Morales deberá rivalizar en tres departamentos contra aspirantes que estuvieron en sus filas hasta años atrás y fueron expulsados por distintas causas. Así ocurre en El Alto. A pesar de que este es considerado como un bastión del MAS, el partido perdió las elecciones en la primera vuelta ante la expresidenta del Senado Eva Copa, una antigua militante que quedó al margen del movimiento. Fue ella quien se quedó con la mayoría de los votos para la alcaldía alteña, con la agrupación Jallalla 

Respecto a la gobernación de La Paz, la disputa es entre los aymaras Franklin Flores, del MAS, y Santos Quispe, de la agrupación Jallalla 

En relación al caso boliviano, la participación del público se centró en la crítica a la presencia de la OEA, habida cuenta del rol que tuvo este organismo en el golpe de Estado de 2019, generado a partir de informes amañados en las elecciones presidenciales que ganó Evo Morales. 

Pérez Pirela rememoró que en la entrevista que le hizo a Morales en Desde donde sea, en 2020, le preguntó muy concretamente por qué se le había permitido a la OEA tener ese rol protagónico y él respondió que, como miembro del organismo internacional, Bolivia debía permitir la presencia de este en rol de observador. “Esa es la visión institucionalista de Morales y del MAS. No la entendimos entonces ni la entendemos ahora, tal vez por la diferencia de temperamento entre la gente del altiplano y nosotros, los caribeños alebrestados. En todo caso, el tiempo le dio la razón a Evo porque su partido ganó las elecciones, volvió al poder y la exdictadora está presa”, comentó. 

Perú: votar en medio del desencanto 

Arribó así a Perú, país que enfrenta un proceso electoral signado por la apatía general y por los riesgos que implica el voto en medio de la pandemia. “La cosa está complicada. La Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) recomienda la estrategia del voto escalonado a fin de sufragar con mayor seguridad y minimizar los riesgos de contagio”.  

La idea es que acudan a votar por horarios en la jornada que comienza a las 7 am y cierra a las 7 pm. Entre las 7 am y las 9 am acudirán a votar los adultos mayores, las embarazadas, las personas con discapacidad y las de alto riesgo ante la covid-19. Entre las 9 am y las 7 pm, la recomendación pasa por el voto por turnos, de acuerdo al último dígito del DNI (documento de identidad). 

“En Perú se intenta poner fin a la inestabilidad política que se agudizó desde la destitución del presidente Martín Vizcarra, quien por cierto se vio envuelto en otro escándalo porque se vacunó antes del momento en que le correspondía –significó Pérez Pirela-. Ninguno de los 18 candidatos tiene niveles de intención de voto que permita anticipar un resultado. Los más favorecidos tienen alrededor de 10% de intención de voto. De ellos, cuatro se contagiaron con coronavirus: Pedro Castillo, de Perú Libre; Julio Guzmán, del Partido Morado; George Forsyth, de Victoria Nacional; y Ciro Galvez, de Renacimiento Andino”. 

El principal problema de estas elecciones es que Perú enfrenta una grave crisis de todas sus instituciones, tanto públicas como privadas. Para sostener este punto, leyó varios fragmentos del artículo “Perú: un país que no espera nada de sus élites”, publicado en The Washington Post por el periodista peruano Diego Salazar. 

“Según se acercan las elecciones generales, nuestras conversaciones y mensajes de WhatsApp se llenan de términos como simulacro de votación, margen de error, sondeo de opinión o diseño muestral. En un sistema donde los partidos políticos son, en buena medida, meros cascarones para las ambiciones del minicaudillo de turno y los electores nos enfrentamos a 18 candidatos presidenciales en la boleta, intentamos paliar nuestra falta de convicción y confianza en las propuestas con la emoción y certidumbre que, creemos, brindan los números. Pero esta vez, los números aportan cualquier cosa menos calma”, señala el artículo. 

“A pocos días de la primera vuelta, tenemos hasta seis candidatos con posibilidades de pasar a la segunda, ninguno de los cuales alcanza siquiera 15% de preferencia. Pese a la ya habitual fragmentación de la vida política peruana, esta no es una situación normal: hace cinco años, en la última encuesta publicada antes de las elecciones de 2016, la candidata que lideraba el pelotón llegaba a 40.8% y el segundo alcanzaba 19.9%. (…) Hay un número que destaca por encima de todos los candidatos: el porcentaje de electores que responden que no saben por quién votar o que no quieren votar por ninguna de las opciones disponibles. El número, según la encuesta a la que nos asomemos, va de 25% a 36,9% -prosigue el análisis de Salazar-. En esta carrera de ponis, el caballo que asoma la cabeza como probable ganador es la desafección política de un tercio de los peruanos”. 

A juicio del analista peruano, “esos números de desafección no son muestra de un rechazo a la clase política, sino de un rechazo más amplio y general a las élites, a aquellos que, en distintos ámbitos, llevan las riendas y tienen la voz cantante en los asuntos del país. (…) Unas élites que, percibimos muchos, a izquierda y derecha del espectro ideológico, no solo nos han fallado, sino que, de forma insistente, nos vienen traicionando”. 

Precisa el artículo que, en mayo de 2020, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) publicó por última vez su informe de Percepción Ciudadana de Gobernabilidad, Democracia y Confianza en las Instituciones. “En ese reporte nos topamos con algunos números que dan cuenta de ese rechazo. Cuando el INEI preguntó por la confianza de los encuestados en 21 instituciones gubernamentales y no gubernamentales, la única que superó 50% fue el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil. El organismo que emite nuestros documentos de identidad. Hasta cierto punto, resulta consolador que confiemos, al menos, en la institución que nos dice de manera oficial quiénes somos. Después, todos, incluida la Iglesia católica, los partidos políticos, el Congreso y, por supuesto, los medios de prensa, desaprueban. Los datos de esta encuesta fueron recabados justo antes de la pandemia por covid-19, entre octubre de 2019 y marzo de 2020. No es descabellado suponer que, visto el desastroso manejo de la crisis sanitaria y los varios escándalos que la han acompañado, cuando se publique la siguiente edición del informe los números sean aún peores”. 

El periodista peruano alega que pocos casos ilustran tan bien el fracaso y traición de las élites como el llamado Vacunagate. “En febrero de este año, los peruanos pudimos saber que el expresidente, Martín Vizcarra, vacado por el Congreso a principios de noviembre de 2020, había sido vacunado de forma irregular poco antes, junto a su esposa y hermano, durante los estudios clínicos que la farmacéutica Sinopharm realizaba en colaboración con la Universidad Cayetano Heredia, una de las instituciones educativas y científicas más prestigiosas del país. Además de Vizcarra y su familia, en la lista oficial de vacunados de manera irregular se encontraban, entre otros, las ministras de Salud y de Relaciones Exterioresvarios funcionarios públicos, los médicos responsables del estudio y algunos de sus familiaresvarios empresariosuna conocida lobbista y exasesora del Consejo de Ministrosel rector de la Cayetano Heredia y el rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. También, por cierto, el nuncio apostólico en el Perú, quien indicó en un comunicado que había sido vacunado irregularmente debido a su labor como ‘consultor en temas éticos’. El chiste, tan gracioso como patético, se cuenta solo”. 

Observó que esto ocurría mientras el país alcanzaba nuevos récords de fallecidos por la pandemia. “Según The Financial Times, Perú es hoy el líder mundial  en exceso de muertes por millón de habitantes. Y el gobierno actual -el cuarto en tres años de crisis política rampante- sigue sufriendo para conseguir vacunas y a la fecha no ha vacunado ni a 2% de la población”. 

“¿Podemos, a la luz de estos datos, culpar a los peruanos por no esperar nada de las élites que los gobiernan o controlan las instituciones que guían los designios del país, ya sea desde la academia, el mundo de los negocios o la prensa? –se pregunta el articulista-. Unas élites que, pese a verse a sí mismas como líderes de opinión y presentarse como periodistas o analistas, hacen las veces de asesores en la sombra de candidatos y presidentes. Unas élites que pagan un canal de televisión dedicado a promover fraudulentamente el uso de ivermectina contra el covid-19 y a organizar agasajos camuflados de entrevistas a su candidato presidencial favorito. (…) Un país donde la corrupción es considerada por mucho el principal problema (60.6% frente a la delincuencia con 41.8%, según el reporte del INEI), uno de los moderadores del debate presidencial oficial sea un periodista conocido por trabajar manejando temas de comunicación para Odebrecht. Una empresa, por si hace falta recordarlo, responsable del mayor escándalo de corrupción de América Latina en los últimos años y que en el Perú, de momento, se ha traído abajo a un presidente, ha puesto a otros tres bajo la mira, además de a dos alcaldes de Lima, una candidata presidencial y a varios de los principales empresarios del país (…). Unas élites hablan de ‘defender el modelo’ pero viven ajenas a los mínimos de transparencia, responsabilidad y rendición de cuentas que exige cualquier sociedad democrática medianamente funcional”. 

Otra opinión referida por Pérez Pirela fue la de la politóloga de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Kathy Zegarra Díaz, quien coincide en la lectura de Salazar y agrega algunos elementos, como la desigualdad que divide a la población en sectores más y menos afectados.  

“Buena parte de la ciudadanía está pensando más en sobrevivir que en votar. La proyección más preocupante es la del Congreso. En el caso de congresistas, la elección se define el mismo 11 de abril y, como lo exige la Ley de Organizaciones Políticas, cada partido deberá pasar el mínimo del 5% de votos válidos a nivel nacional para hacerse de un lugar en el hemiciclo. De acuerdo con los últimos sondeos publicados, el próximo Parlamento peruano se proyecta más atomizado que el actual, con unos diez o hasta doce partidos que podrían ganar escaños”, vaticinó la experta.  

Otro especialista, Gonzalo Banda añadió: “Esto es como un ‘déjà vu‘. Pareciera que los Congresos peruanos entran cada vez más fraccionados, elección tras elección y eso lleva, de manera muy válida, a pensar en posibles nuevas crisis. Esa película ya la vimos y termina con presidentes que tienen que ceder ante la presión del Congreso. Si un Congreso como los pasados ya eran malos, imaginemos un Congreso con diez o doce bancadas. Eso es ingobernable. Preocupa mucho. ¿Qué viabilidad tendrá el candidato presidencial electo si en el Congreso nuevo solo estará defendido por una bancada oficialista de, a lo mucho, unos 15 congresistas? ¿Con quiénes y cómo se van a aliar?”. 

Los participantes, algunos de ellos de nacionalidad peruana, coincidieron con estos análisis y confirmaron que en su país el voto es obligatorio. Quienes no acudan a la jornada electoral pueden ser multados y recibir otro tipo de sanciones.  

El consecuente contertulio Diógenes, opinó que Perú, tal como Paraguay, Panamá o Costa Rica, tienen la característica de que no existe una izquierda organizada. 

Varios comentarios apuntaron a la ironía de que un país con tanta inestabilidad política, en el que ni el gobierno ni otros factores de la sociedad tienen apoyo popular, sea la cabeza del Grupo de Lima, que pretende dar lecciones democracia a Venezuela. 

Usuarios tanto de Ecuador como de Perú resaltaron que en ambas contiendas electorales se ha usado descaradamente el tema de Venezuela y a los migrantes venezolanos como elemento propagandístico. Pérez Pirela dijo que una de las campañas más sucias ha sido la del candidato de la derecha ecuatoriana, Guillermo Lasso. 

Al cierre, el presentador hizo hincapié en que, a partir de esta emisión, el programa se está transmitiendo también vía Twitter, además de Youtube, Instagram y Facebook. Esto se ha conseguido, tras la recuperación de la cuenta @maperezpirela, que fue arbitrariamente suspendida en 2020. 

Por otra parte, invitó a la tertulia pautada para el Viernes de filosofía con el profesor argentino Nahuel Michalski. Se trata de un debate sobre la apatía política en nuestros tiempos y respecto a las razones de la servidumbre voluntaria, un concepto del filósofo francés Étienne de La Boétie. 

(LaIguana.TV)