El vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, a través de su cuenta de Twitter, recordó los cruentos tiempos del 11 de abril de 2002, cuando la derecha ejecutó un golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez.

“#PuebloYFANBPorLaPatria hace 19 años el imperialismo y sus aliados daban un zarpazo a las esperanzas de una Patria. No contaban con la mayor fuerza de una revolución: Pueblo y FANB unidos, que nos llevó del queremos ver a Chávez al volvió, volvió, volvió. Nosotros venceremos”, dijo Cabello.

Luego que la extrema derecha venezolana convocara a una manifestación en el este de Caracas, sus dirigentes de manera repentina y sin ningún permiso, direccionaron a sus seguidores al Palacio de Miraflores, con el fin de que supuestamente solicitaran la renuncia del comandante Chávez, cuando realmente estaban siendo guiados a un teatro de operaciones montado para masacrar personas.

Entre los dirigentes estaba Carlos Ortega Carvajal, presidente de la Confederación de trabajadores de Venezuela (CTV) y Pedro Carmona Estanga, presidente de Fedecámaras, junto a los dirigentes de Primero Justicia, Julio Borges, Leopoldo López y Enrique Capriles Radonski, quienes con los medios de comunicación privados y el alto mando militar organizaron un teatro de operación para asesinar al pueblo y justificar la salida del presidente de la República.

El puente Llaguno de la avenida Baralt fue el sitio escogido por esta dirigencia que, junto a la Policía Metropolitana, colocaron en terrazas de varios edificios francotiradores, para disparar a los manifestantes que transitaban por esta avenida, y lugares cercanos a Miraflores.

Los medios de comunicación privados, violentaron las normas de trasmisión, al interrumpir la cadena nacional del presidente Hugo Chávez, y dividieron la pantalla en dos, donde mostraban las escenas de la masacre que estaba ocurriendo y al mandatario.

Luego el presidente fue secuestrado y llevado a la base naval de Turiamo y, posteriormente, trasladado a la base naval de la Orchila, mientras se le pedía la renuncia, cuestión que nunca aceptó, mientras en Caracas, el fascismo se desató por parte de los dirigentes que orquestaron el intento de golpe de Estado, persiguiendo a los ministros y dirigentes del Gobierno, sometiéndolos al escarnio público. Además, violaron acuerdos internacionales al quebrantar los derechos humanos del personal de la embajada de Cuba.

El primer país que reconoce la supuesta legitimidad del nuevo gobierno, presidido por Pedro Carmona Estanga, fue Estados Unidos, que deseoso del petróleo venezolano hacía evidente su protagonismo en dicho movimiento, que dos días después sería desmontado por el mismo pueblo en unión cívico militar, regresando al legítimo presidente a su silla.

(LaIguana.TV)