La Superliga, el polémico torneo con el que 12 equipos procedentes de Inglaterra, España e Italia pretendieron erigirse como élite futbolística europea, desconociendo las disposiciones internacionales en aras de lucro, parece estar condenado, cuando menos, a una postergación.

La justa, que fue anunciada oficialmente el pasado 18 de abril y de la que inicialmente formaban parte equipos Arsenal, Chelsea, Liverpool, Tottenham, Manchester United y Manchester City de la ‘Premier League’ inglesa, Atlético de Madrid, Barcelona y Real Madrid, pertenecientes a la Primera División del fútbol español; así como AC Milán, Inter y Juventus de la Serie A de la liga italiana, amenaza con zozobrar, luego de que ocho de los fundadores se bajaran de un barco aún atracado.

La estampida comenzó con el Manchester City, que anunció su salida durante la tarde del pasado martes. «Si no hay una relación entre esfuerzo y éxito, no es deporte; si el éxito está garantizado de antemano, no es deporte; no es deporte, si no importa que uno pierda», adujo Pep Guardiola, Director Técnico de la plantilla en una rueda de prensa, en referencia a las prerrogativas de las que disfrutarían los miembros fundadores, clasificados de antemano para las competencias, independientemente de su desempeño.

De seguidas y alegando razones varias, se sumaron el Arsenal, el Chelsea, el Liverpool, el Tottenham y Manchester United, un movimiento que, en el parecer del analista español Luis Gonzalo Segura, buscaba preservar la unidad dentro de la institución futbolística inglesa y frenar la furia de fanáticos y personalidades, decididamente opuestos al proyecto.

«No debe extrañar que los equipos ingleses hayan sido los primeros en abandonar el proyecto, pues si bien romper con Europa no supone un gran problema para los ingleses, desgajar la Premier League, toda una institución en el país, es casi una afrenta nacional. (…) el problema en Inglaterra no fue abandonar la Champions League, sino dañar a la Premier League», puntualizó en un trabajo periodístico para la agencia RT.

Si la salida de los seis equipos ingleses –a la sazón, la mitad de los promotores– era suficiente motivo para pensar que la Superliga se hundiría sin haber alzado las velas, este miércoles se anunció la salida del Atlético de Madrid y del Inter.

«El Consejo de Administración del Atlético de Madrid, reunido este miércoles [21 de abril] por la mañana, ha decidido comunicar formalmente a la Superliga y al resto de clubes fundadores su decisión de no formalizar finalmente su adhesión al proyecto», señaló el club en un comunicado.

El equipo italiano, de su parte, justificó oficialmente su renuncia, aduciendo que «el fútbol debe estar interesado en mejorar de manera constante sus competiciones a fin de seguir emocionando a los aficionados de todas las edades en el mundo entero, en un marco de sostenibilidad financiera», al tiempo que reiteró que su «compromiso con todas las partes interesadas para mejorar la industria del fútbol no cambiará nunca».

En un artículo aparecido en Sputnik, el periodista Héctor Miranda sostiene esta estampida es la resulta de que «las entidades rectoras del fútbol en todas sus instancias, desde la FIFA hasta las federaciones y ligas nacionales, pasando por la UEFA, amenazaron con represalias contra los clubes involucrados. Incluso políticos, gobiernos y aficionados manifestaron su oposición y discrepancias».

(LaIguana.TV)