Esta es la historia de un hombre montenegrino, un ladrón de joyas que tiene en su haber robos millonarios en Europa, que es parte de una banda criminal buscada en todo el mundo, que mantenía muy bajo perfil y salía de su casa en el barrio porteño de Núñez cada 10 días, pero que fue detenido por el amor de una mujer argentina.

Se hacen llamar Pink Panthers en alusión a la película de Blake Edwards, La Pantera Rosa (por su nombre en inglés), en la que el protagonista es un ladrón que intenta robar el diamante más valioso del mundo. Al grupo criminal se le adjudican golpes millonarios en joyerías de toda Europa.

Pink Panthers: ¿cuánto robaron?

En 2018 en Milán (Italia) irrumpieron en la joyería Paradiso Luxury, donde, a punta de pistola, tres integrantes del grupo se llevaron 20 relojes Rolex, Patek Philippe, Hamilton y Cartier, y dos brazaletes de 242.000 dólares cada uno.

A las Panteras Rosas también se les adjudica un robo en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, en 2007. Allí irrumpieron en el Wafi Mall en dos Audi y circularon hasta una joyería donde, en menos de un minuto, se hicieron de un botín de 8 millones de dólares.

En 2005 robaron la joyería Saint-Tropez, en Cannes (Francia), en un atraco de película de Hollywood: duró 75 segundos y escaparon en una lancha a motor. Obtuvieron un botín de 2,5 millones de dólares, que se llevaron en dos bolsas negras.

A Bogic se lo recuerda por participar, entre otros, en ese robo en Cannes. Según el diario francés Libération, uno de los cómplices de Begic fue detenido. Cometió un error que lo llevó tras las rejas: en un bar situado a pocos metros de la joyería bebió una gaseosa y su ADN quedó en el sorbete de plástico. Fue apresado poco después en Ámsterdam, capital de los Países Bajos.

En cambio, Begic escapó. Fue condenado en Francia a la pena de 15 años de cárcel. Según consignó el diario argentino La Nación, en 2016 habría ingresado por la Triple Frontera a Argentina con un documento ucraniano a nombre de Tymoffi Ivanenko.

¿Quién es Begic?

Begic vivía desde hace al menos dos años en un moderno departamento en Núñez con su esposa y dos hijos, llegó a estar diez días sin salir, por mantener un bajo perfil. Casi nadie sabía que ese hombre de 46 años que se hacía llamar Eduardo René Díaz era un experto ladrón buscado en el mundo.

«No era de moverse mucho. Pero cuando decidía salir del edificio donde vivía se ausentaba por un par de días», dijo a La Nación un detective policial.

Los detectives de la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina (PFA) lo detuvieron en la calle en la mañana del 21 de abril, justo después de que saliera del edificio y comenzara a caminar; lo esposaron y subieron a un automóvil.

Cuando fue sorprendido por los detectives, el ladrón de joyas tenía en su poder 57.600 pesos argentinos, 870 euros, 2.134 dólares, 2.000 guaraníes (3.800 dólares en total) y dos teléfonos celulares.

Según La Nación, los policías habían permanecido en guardia día y noche por más de una semana. Hace 18 meses que estaban tras sus pasos, intercambiando información con sus colegas italianos.

«En la Argentina se reencontró con su mujer, a la que habría conocido en Italia. Ella volvió a la Argentina y aquí se reencontraron. A partir de esa investigación aportada por colegas italianos comenzamos a seguir sus rastros en el país», explicó un detective al periódico argentino.

No hay registro de un trabajo formal o informal de Begic en la Argentina. Su mujer tendría negocios vinculados con el rubro de los cosméticos. «No existe ningún indicio de que haya protagonizado algún hecho delictivo en la Argentina. Tampoco se conoce la existencia de algún plan criminal. Tenía un bajo perfil y no llamaba la atención», agregó el detective consultado.

(Sputnik)