La soberanía de los países latinoamericanos está cada vez más vulnerada y amenazada, en planos tan diversos como el territorial, económico, sanitario y alimentario, lo que compromete su existencia misma como Estados-nación. 

En su programa Desde Donde Sea, el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela amalgamó la teoría política con el análisis de varios casos de máxima actualidad para comprobar que está en marcha de manera constante un ataque inclemente contra las bases mismas de la institucionalidad nacional en Nuestra América, detrás del cual se mueven los intereses de Estados Unidos, los miembros de la Unión Europea y las grandes corporaciones capitalistas. 

“Hoy vamos a hacer una aproximación desde la teoría política, pero aplicada a la coyuntura, para apreciar cómo el concepto de soberanía de los estados-nación es afectado de diversas maneras en la región”, explicó al iniciar su disertación. 

Señaló que la figura del Estado-nación comienza en el Renacimiento, en el siglo XVI, atisbada por filósofos como Maquiavelo, a quien, de hecho, se le encomendó la tarea de crear un ejército en Florencia, lo que no pudo hacer porque por entonces no existía la identidad tal de nación que pudiera permitirlo. “Hasta entonces, en Europa había ciudades-Estado. La república de Florencia; el Vaticano, que abarcaba el centro de Italia, Roma y sus alrededores, toda la zona del Lazio; principados y reinados como Turín, Bologna, Milán. No se podía hablar de un Estado-nación como los del siglo XVII, pero estas ciudades-Estado fueron como un preámbulo. En Italia, la idea de nación no se consolidaría hasta Garibaldi, a finales del siglo XIX. Es entonces cuando todas las ciudades-Estado (Nápoles, Florencia, Milán, Turín) comienzan a unirse para formar la República Italiana. Lo mismo puede decirse de países como Francia. Pero ya en el siglo XVII comienzan a surgir teorías, algunas veces llamadas absolutistas, que prevén la constitución de Estados-nación”.  

Señaló que esa figura se forja a partir del concepto de soberanía, que comienza por el cuerpo individual, ya que esta marca las primeras fronteras las que hay que respetar. Por expansión se llega al concepto de Estado-nación, con la soberanía como elemento estructural. “Es su esencia, sin soberanía no hay Estado-nación”, sentenció. 

“Un Estado-nación es soberano cuando tiene fronteras comunes que deben ser respetadas. Si alguna fuerza externa viola las fronteras, ese Estado-nación no tiene soberanía; Weber plantea que otro elemento fundamental es el monopolio legítimo de la violencia. El Estado-nación posee las armas para proteger la soberanía; y un tercer elemento es el liderazgo común. Un Estado que tenga diferentes cabezas al mando está dividido, no tiene la unidad de liderazgo que es característica propia del Estado-nación. Si otro Estado o ente público o privado decide sobre los asuntos de ese Estado-nación, puede afirmarse que carece de soberanía”, añadió. 

Para subrayar la diferencia entre nación y Estado refirió el caso colombiano, que ha estudiado a fondo (el resultado está plasmado en los libros La cuestión colombo-venezolana y La invasión paramilitar, el caso Daktari). “Se puede hablar de una nación colombiana porque todos los nacidos en el territorio se sienten colombianos, pero no se puede hablar de un Estado colombiano porque no tiene liderazgo común ni monopolio legítimo de la violencia. Existe el Estado formal, encabezado por la oligarquía, pero también un Estado paramilitar y un Estado guerrillero. Si a eso le sumamos que hay una decena de bases militares de EEUU, el concepto de soberanía se debilita por la cesión de la jurisdicción. Los marines estadounidenses que cometen delitos comunes en Colombia no pueden ser juzgados por autoridades colombianas. Es decir, que el Estado pierde la soberanía dentro de su propio territorio”. 

Misiles británicos sobre las Malvinas

Comenzó a analizar las coyunturas específicas en las que se observa una vulneración de la soberanía de países latinoamericanos.  

Comenzó por el caso de Argentina frente a Reino Unido. La añeja disputa territorial por las islas Malvinas recrudece con la decisión británica de efectuar ejercicios militares con lanzamiento de misiles en el Atlántico Sur. Citó el comunicado emitido por el gobierno argentino: 

“La República Argentina rechaza nuevos lanzamientos de misiles realizados por el Reino Unido, entre el 26 y el 28 de abril, desde las Islas Malvinas, territorio argentino ilegítimamente ocupado (…) Estas maniobras constituyen una injustificada demostración de fuerza y nuevamente hacen caso omiso de los llamamientos de las numerosas resoluciones de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales, que instan tanto a la Argentina como al Reino Unido a reanudar las negociaciones, a fin de encontrar una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía”. 

Prosigue la declaración diplomática señalando que “la presencia militar, y el lanzamiento de misiles, contradice la resolución 41/11 de la Asamblea General (Zona de Paz y Cooperación en el Atlántico Sur) que, entre otras disposiciones, exhorta a los Estados de todas las demás regiones, en especial a los Estados militarmente importantes, a que respeten escrupulosamente la región del Atlántico Sur como zona de paz y cooperación (…) También violan específicamente la resolución 31/49 de la Asamblea General de Naciones Unidas por la persistencia del Reino Unido en la realización de ejercicios militares en el Atlántico Sur”. 

El Ejecutivo argentino emitió un aviso náutico para que el tráfico marítimo no sea puesto en peligro por los ejercicios ilegales británicos. Estas maniobras militares demuestran, según el punto de vista argentino, una vez más que la ocupación ilegítima de Malvinas es la excusa para el establecimiento de una desproporcionada base militar. Actualmente, el país europeo cuenta en las islas con 1200 efectivos en Monte Agradable y otros 300 civiles que prestan servicios realizando tareas de apoyo.

“Frente a este nuevo acto de hostilidad, la República Argentina sigue reafirmando su permanente y constante voluntad de negociación entre las dos partes involucradas en la disputa de soberanía”, indica el comunicado. 

El conflicto se avivó desde marzo, cuando el primer ministro, Boris Johnson, anunció que aumentaría la presencia militar permanente en las islas, mientras llamaba a Argentina “socio estratégico”, acaso usando el mejor humor británico. 

La disputa por las Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur tiene su origen el 3 de enero de 1833, cuando Gran Bretaña ocupó ilegalmente las islas y expulsó a las autoridades argentinas, prohibiendo su reingreso, así como el de otros ciudadanos argentinos provenientes del territorio continental.  

Argentina ha intentado negociar de forma pacífica un arreglo, pero Reino Unido se ha negado siempre a dialogar. A fines de 1981, la dictadura de Leopoldo Galtieri consideró como alternativa la solución armada para recuperar las islas mediante una acción sorpresiva que desde el punto de vista militar fue un desastre total y abrió los caminos para que la dictadura comenzara a mermar. Para Argentina, la cuestión de las Malvinas es un tema crucial porque en ella se enmarca la disputa por la soberanía de una importante región usurpada por una potencia colonialista, que hoy en día sigue en vigencia.  

Pérez Pirela expresó que este caso demuestra, una vez más, que detrás de los movimientos militares siempre hay intereses económicos, geoestratégicos y de control de recursos naturales. El propósito en este caso es la apropiación de recursos geoestratégico como hidrocarburos, agua dulce y recursos naturales en general y la vía marítima sobre el Atlántico Sur.  

En ese sentido, precisó que el interés de Reino Unido se intensificó con el descubrimiento de reservas petrolíferas de gran magnitud en el mar argentino, y aseveró que la militarización en el Atlántico Sur es un peligro para Argentina y para toda la región suramericana.  

“La soberanía es un seguro de vida para nuestros recursos naturales y por eso EEUU y la Unión Europea se proponen quebrarla para así expoliar, robar y extraer esos recursos. No olvidemos que Suramérica posee 30 cuencas hidrográficas internacionales que cubren 60% de su superficie terrestre. La potencialidad energética de sus diversas regiones representa el verdadero objetivo de la presencia militar británica en Argentina”, dijo.  

Argentina cuenta con el apoyo de los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), y el llamado a las negociaciones es respaldado incluso por la Organización de Estados Americanos, el G77 + China y otros foros multilaterales y regionales. 

Comentó que, más allá de las declaraciones diplomáticas, la actitud real de los países depende en buena medida del signo político de sus gobiernos. “Hay que recordar que el dictador Pinochet prestó el territorio chileno para atacar a Argentina durante la guerra por las Malvinas”. 

Ecuador y la soberanía económica

Otra modalidad de menoscabo de la soberanía en América Latina es la que se basa en las políticas económicas. En Ecuador, el presidente saliente Lenin Moreno inició un proceso de vulneración de soberanía que ahora rematará el nuevo mandatario derechista neoliberal, Guillermo Lasso. 

El 22 de abril, el Parlamento ecuatoriano aprobó la Ley para la Defensa de la Dolarización, presentándola como estrategia de protección de la soberanía, pero muchos de sus críticos la califican, por el contrario, como una privatización del Banco Central de Ecuador. 

La ley reforma el Código Orgánico Monetario y Financiero con el declarado propósito de que “el Banco Central sea manejado de manera independiente, de forma que se eviten los manejos políticos de las reservas internacionales en el manejo del gasto del Estado”. 

La bancada progresista del Congreso saliente señala la inconstitucionalidad del proyecto y aseguran que se está trasladando al sector privado una competencia del Estado. Es parte de los pactos suscritos por Moreno con el Fondo Monetario Internacional y que endeudaron a Ecuador.  

“Siempre que el FMI y el Banco Mundial prestan dinero es a cambio de recetas neoliberales que desestructuran el Estado-nación y vulneran la soberanía del país”, enfatizó el moderador del programa, mientras una participante resumió la finalidad real de la ley, señalando que “están entregando la banca ecuatoriana a la Reserva Federal de EEUU”.  

“¿Se dan cuenta de que también se puede ceder soberanía económica? –interrogó Pérez Pirela-. Según quienes cuestionan esta ley, Lasso posee todo el aparataje empresarial necesario para sacar del país todas las divisas que servirían para mantener el poder adquisitivo de los ecuatorianos”. 

Venezuela: soberanía bajo múltiples ataques

En el caso venezolano, la soberanía enfrenta un ataque en muy diversos frentes. Uno de ellos es el sanitario. 

Al respecto, refirió las declaraciones, en el marco de la Cumbre Iberoamericana de Andorra, de la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, quien exigió respeto a la soberanía nacional y el derecho al acceso a las vacunas contra la covid-19.  

Instó a dejar los puentes tendidos, incluso cuando hay recursos del pueblo venezolano secuestrados en países europeos y, en ese sentido, pidió ayuda a Portugal, país que actualmente preside la UE. 

“La vicepresidenta criticó el bloqueo del acceso a los mecanismos de giro para pagar las vacunas, debido a criterios que ella llamó políticos, pero yo los llamaría politiqueros”, observó Pérez Pirela. 

El gobierno cubano se pronunció a favor del reclamo de Venezuela y exigió que se respete la autodeterminación de esta nación, no inmiscuyéndose en asuntos internos. El presidente, Miguel Díaz-Canel, dijo que es hipócrita hacer señalamientos sobre la crisis venezolana sin tomar en cuenta las medidas coercitivas unilaterales de EEUU a las que se han sumado algunos países de la región. “Sería útil y sincero reconocer que lo hecho por EEUU contra Venezuela fracasó”, expresó el mandatario antillano y llamó a los países que muestran supuesta preocupación por Venezuela a respetar los principios de la proclama de América Latina como zona de paz. 

Otro de los frentes de ataque a la soberanía venezolana es el militar, ejecutado por grupos irregulares colombianos en el estado Apure. 

“El ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López dijo que ‘Venezuela está preparada para dar una respuesta contundente si Colombia pretende violar su soberanía’, y esto no es bravuconería o flatus vocis. Agregó que ‘enfrentaremos con toda la fuerza a los enemigos. No se equivoquen en Colombia’, y sostuvo que ‘el Estado colombiano no controla a los grupos irregulares en su territorio y estos traspasan la frontera’. No las controla porque no tiene con qué. Es un Estado que ha perdido su soberanía en toda la zona fronteriza y la ha cedido a insurgentes organizados en guerrilla o a paramilitares creados por el mismo Estado”. 

Un tercer campo en el que se agrede la soberanía nacional es el territorial, referido a la pretensión de grandes corporaciones transnacionales de apoderarse de las riquezas del Esequibo, a través del desconocimiento de la centenaria reclamación venezolana sobre esa región. 

El 18 diciembre de 2020 la Corte Internacional de Justicia asumió jurisdicción para intervenir en la controversia del Esequibo. Venezuela se mantiene al margen para no otorgarle legitimidad y creó una Comisión Presidencial en Defensa de los Derechos sobre el Esequibo. 

“Detrás de Guyana se esconden los intereses de un tercer jugador: la transnacional ExxonMobil. Guyana incluso reconoció que ha sufragado los gastos de la gestión ante el Tribunal de La Haya con el dinero que le ha pagado esta empresa. Esto conduce a un debate ético-político. ¿Guyana lucha por su propia soberanía o es un medio para los intereses transnacionales?”, interpeló Pérez Pirela. 

ExxonMobil ha realizado exploraciones desde hace tres décadas en la zona en disputa y ha delimitado un espacio que abarca 26 mil kilómetros cuadrados que se extiende sobre el territorio y la zona marítima.  

El presidente de la comisión venezolana encargada del tema, Hermann Escarrá, ha dicho que dirimir el conflicto en la CIJ requiere consentimiento de ambas partes y Venezuela no ha dado el suyo.  

Escarrá dijo también que “para que ambas naciones puedan favorecerse de la riqueza natural y energética del Esequibo antes debe lograrse la solución práctica en el marco del Acuerdo de Ginebra, garantizando que la soberanía nacional no se vea afectada”. 

Venezuela ha enviado numerosas notas de protesta a Guyana por otorgar concesiones en la zona en reclamación, pero lejos de detenerse, las operaciones se han expandido. El gobierno venezolano creó cuatro zonas operativas de defensa integral marítima y planteó una ley de asuntos limítrofes, pero Guyana continúa otorgando concesiones no solo para explotar petróleo, sino también oro, bauxita y otros minerales. 

Durante muchas décadas, la confrontación fue con Reino Unido, que era el país fuerte enfrentado a la débil Venezuela, pero al producirse la independencia de Guyana, se invirtieron los papeles. La realidad es que detrás de Guyana no están los intereses de su pueblo, sino los de trasnacionales como ExxonMobil y otras estadounidenses y británicas. 

“Estamos ante un ataque global de EEUU, países de la UE y otros como Israel contra Venezuela. Donald Trump desarrolló el típico chantaje imperial: o ustedes colocan en la presidencia de la República a este pelele que yo nombré, por el que nadie votó, o nosotros vulneraremos su soberanía desde todo punto de vista: fronteras, gobierno paralelo, ataques a la Fuerza Armada, robo del tesoro público. Es un negocio por todos los lados”. 

Soberanía alimentaria

Dedicó también una parte del programa a los perjuicios que sufre la soberanía de los países nuestroamericanos en el campo alimentario, especialmente por la acción de las grandes empresas del agronegocio. 

“El uso de agrotóxicos amenaza la seguridad alimentaria y la riqueza del suelo, según un informe difundido este martes por la red internacional FIAN sobre las violaciones del derecho a la alimentación y a la nutrición en varios países de América Latina (…) Los agrotóxicos afectan a la salud humana, la naturaleza e impide la plena realización del derecho a la alimentación en al menos ocho países de la región», reseñó. 

Explicó que una de las tantas modalidades de ataque es la venta de “semillas suicidas”, que debido a las modificaciones transgénicas, mueren una vez que se utilizan y traen resultados nefastos para las tierras. Este tipo de semillas deben utilizarse en combinación con agrotóxicos que causan enfermedades graves.  

Resaltó que Venezuela ha marcado pauta en este campo, pues por ley, es libre de semillas transgénicas. 

Interacción

En los minutos finales del programa, los participantes y el moderador destacaron la necesidad de luchar también por la soberanía cultural, simbólica, científica y tecnológica, de las ideas, del saber hacer. Un ejemplo de ello sería la búsqueda de la autonomía en cuanto a los servicios de internet y las redes sociales actualmente dependientes de EEUU y otras naciones del norte. Se planteó asumir el ejemplo de Rusia y China, que han desarrollado sus propias redes sociales.  

Señaló Pérez Pirela que, irónicamente, el propio EEUU padece problemas de soberanía tecnológica porque depende por completo de los microchips chinos, situación que se ha puesto de manifiesto durante la pandemia. 

Por solicitud de un participante, abundó en el punto de la soberanía cultural y simbólica, indicando que es clave porque la transculturización avanza ahora de la mano de Netflix, una maquinaria que hace lo mismo que antes hizo Hollywood, imponerse como una fábrica de soberanía simbólica e identitaria. “Hay soberanías que se pierden a cuentagotas, sin necesidad de que nos bombardeen los F16 gringos”, puntualizó. 

En el intercambio se habló de las raíces históricas de la vulneración de la identidad, que se remontan a la llegada de Cristóbal Colón, quien puede calificarse como el primer violador de la soberanía. 

Participantes de Centroamérica acotaron que esta región ha sido particularmente sojuzgada por las políticas imperiales, tanto en lo territorial y alimentario como en el plano cultural. 

“Es cierto, Centroamérica es un lugar genético de la cultura ancestral nuestroamericana, y ha sufrido particularmente este despojo de soberanía –deploró-. EEUU presenta a los centroamericanos como si fueran apéndices de su modo de vida. Resulta que ahora los seres superiores y desarrollados son los marines de EEUU”. 

(LaIguana.TV)